Sant Boi, cuna del rugby
En la antigua carretera general de Barcelona , a la altura de la población de Sant Boi de Llobregat, en una de aquellas rotondas tan impersonales que tienen la triste utilidad de unir una zona industrial con otra, emerge una balón de rugby con la inscripción “Sant Boi, bressol del rugbi, Sant Boi la Cuna del rugby”.
El sueño de Baldiri Aleu
Por motivos laborales, raro es el día que no paso por delante y raro es el día que no me pregunto cuántos conductores, después de otro ajetreado día laboral, se han fijado alguna vez en la escultura y si conocen la historia que hay detrás del balón ovalado. Fantaseo en qué porcentaje de automovilistas son conscientes que en esta pequeña ciudad de poco más de 80.000 personas, juega la Unió Esportiva Santboiana, el decano de nuestro rugby. El lugar donde gracias a un joven estudiante de veterinaria llamado Baldiri Aleu, que cruzó los pirineos y fue a estudiar a la ciudad francesa de Toulouse, pocos años después volvería a casa, con la firme intención de enseñar a sus vecinos este nuevo juego que le había cautivado.
Michel Reynard se suma al proyecto
Como el Rugby es un deporte de aventureros, a este joven Baldiri Aleu, al poco tiempo se le unió un francés residente en Barcelona, que al enterarse de las intenciones de crear el primer club de rugby de España, le escribiría una entrañable carta donde exponía su voluntad de ayudarle. Este maravilloso loco se llamaba Michel Reynard. Corresponsal en España del diario deportivo Sporting de París y muy conocido en aquella Barcelona de los años 20, entre la burguesía de la ciudad condal. Reynard era un sportman , como se denominaba en la época a aquellos caballeros que practicaban diferentes deportes, siempre de forma amateur, y que además seguía manteniendo contactos con equipos de rugby del sur de Francia.
La vida de Michel Reynard, es de película. Durante muchos años, impulsor de Rugby en nuestro país, jugador y directivo de la Santboiana. Al iniciarse la II Guerra Mundial, entró en contacto con la resistencia francesa, primero ayudando a falsificar documentos y haciendo de enlace entre los dos lados de los Pirineos .Desgraciadamente, capturado y torturado por la Gestapo, murió en el campo de concentración de Buchenwald.
Mucho más que títulos, mucho más que rugby
Sobre la trayectoria deportiva del equipo se han escrito infinidad de artículos, victorias importantes y derrotas lastimosas, como cualquier otro club con 100 años de historia a sus espaldas. Pero la importancia de la Santboiana no recae en los títulos ganados. Lo que le hace realmente especial es su trabajo comunitario, la grandeza del club es el vínculo con la ciudad, pasear cualquier tarde por sus instalaciones y encontrarte con su escuela de rugby.
Los equipos masculinos y femeninos de todas las edades, los niños y niñas de la ciudad que día tras día, entrenan en los campos del Baldiri Aleu, el amor por este deporte que se ha transmitido de generación en generación en muchas familias de la ciudad, la dedicación incansable de las muchísimas personas implicadas en la vida del club. En definitiva, todos aquellos que intentan transmitir a los más jóvenes, los valores de nuestro juego, y de una forma de entender la vida.
Una sonrisa de ilusión
Y aquí, de nuevo en la rotonda, de vez en cuando, a un conductor se le escapa una sonrisa. Porque a los pocos aficionados de este deporte de fuera de esta pequeña ciudad que nos apasiona el rugby, nunca no se nos olvida echar un vistazo a la escultura del balón con la inscripción de “Sant Boi , cuna del Rugby”. Sabemos de lo afortunados que somos al tener la aldea gala de Obelix y Asterix tan cerquita de casa y, disfrutar de un partido en las gradas, vivir el ambiente, o simplemente echar una cerveza bien fría, mientras hablamos de rugby.
¡¡Ferro Sant Boi! ¡Por cien años más!
@opadilla74
