A estas alturas de la temporada, nadie debe dudar que la jugadora más consistente de la WTA es Garbiñe Muguruza. Sin embargo, a la hispanovenezolana le falta levantar un trofeo al final de la semana, para que su nombre esté a la misma altura de Ashley Barty, Naomi Osaka y Petra Kvitova. Todas la han vencido y se han coronado campeonas en tres de los cuatro torneos que ha participado durante este año.
A rematar la faena
Si su participación en Australia y en Doha fue destacada, en Dubái ha sido sencillamente impresionante. El apabullante dominio sobre Iga Swiatek, el épico triunfo contra Aryna Sabalenka por segunda semana consecutiva, y la victoria en sets corridos sobre Elise Mertens, convierten a Muguruza en la clara favorita para ganar el primer WTA 1000 de la temporada.
Partido inédito
Su rival es Barbora Krejcikova, quien es más conocida como una especialista en dobles. No hay partidos registrados entre ambas, pero por la forma en que ha jugado durante la semana, hay que concluir que podría darle la pelea a Muguruza. La checa llega a la final sin haber cedido un set ante respetables jugadoras como Maria Sakkari, Jelena Ostapenko, Svetlana Kuznetsova, Anastasia Potapova y Jil Teichman. De manera que parece haber encontrado en la soledad de la cancha, la confianza que ya ha demostrado tener junto a su compañera de dobles, Katerina Siniakova.
A pesar de lo anterior, Muguruza debería levantar mañana, el trofeo que le ha sido negado en las pasadas semanas, a pesar de estar jugando a un nivel muy alto.
Sabremos en unas horas.
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Fuente de la foto principal: @DDFTennis
