Hungría cimenta su pleno de puntos a base de saber aguantar los efímeros embates y castigar los numerosos errores de una Brasil que no pudo gestionar sus fuerzas hasta el final.
Demasiado peso para un solo brazo
Se enfrentaban Hungría y Brasil en un duelo que, debido a las virtudes y carencias mostradas por ambos conjuntos, a priori se antojaba más reñido de lo que la clasificación podía antojar. Los de Istvan Gulyas se presentaban líderes del grupo I de la Main Round con 4 puntos mientras que Brasil llegaba solo con 1 punto, lo cual obligaba a los dirigidos por Leonardo Bortolini (debido a la baja del seleccionador habitual) a poner toda la carne en el asador.
Brasil comenzaba con la tónica habitual del torneo: juego poco elaborado y aferrándose al demoledor brazo de Langaro, quien pronto empezó a lucirlo; Hungría sin embargo apostaba por un ritmo algo más pausado, buscando los goles desde posiciones más cercanas al marco al aprovecharse de la envergadura de Banhidi. Superado el ecuador del primer tiempo, la primera línea brasileña comenzó a bajar sus prestaciones, mientras que la magiar empezó a asomar la cabeza, de la mano de Mathe, al tiempo que Banhidi seguía siendo algo indescifrable para la defensa carioca, lo cual permitió poner a Hungría la máxima diferencia hasta entonces (11:8).
“Mikler in session”
Consciente de que no podía sostener todo su juego en Langaro, más aún tras la lesión de Toledo, Brasil optó por comenzar a buscar a su segunda línea, siendo Chiuffa el que asumiese la tarea de acortar las diferencias. Pese a los intentos de apretar el resultado, Brasil seguía perdiendo balones, se estrellaba en Mikler y se mostraba endeble en defensa. Con semejante suma de fallos, la tarea de igualar el marcador iba a ser una quimera, pues el DJ a tiempo parcial cada vez crecía más en portería y los goles Bodo se encargaban de disparar la diferencia hasta 5 goles al descanso (16:11).
Espejismo brasileño
La segunda mitad comenzó como un “deja vu” de la primera: Langaro salía desatado, cargando todo el peso ofensivo de su selección, anotando una y otra vez; la diferencia estaba en que Hungría parecía no haber vuelto de vestuarios, desarrollando un juego más torpe y sin encontrar a su faro Banhidi, lo cual daba ciertas alas a Brasil que lograba acortar las distancias.
Tras 15 minutos, en cuanto al cañonero brasileño se le comenzaron a agotar las fuerzas, Brasil volvió a enseñar sus costuras, precipitándose mucho en ataque y poniendo en bandeja que Hungría, sin tener que pisar demasiado el acelerador, volviese a abrir brecha en el marcador por medio del contraataque directo (23:17).
Brasil había hincado la rodilla totalmente, sin apenas energías en ataque se estrellaban una y otra vez contra Mikler, al tiempo que en defensa eran incapaces de bascular y contactar; lo cual permitía a los magiares hacer sangrar cada vez más la herida por medio de su extremo Sunajko y cerrar el partido con el resultado de 29:23.
Con esta victoria Hungría sigue con pleno de puntos, siendo una apuesta muy seria para alcanzar los cuartos, mientras que Brasil se despide de cualquier esperanza que pudiese albergar en esta segunda fase.
Ficha técnica
29-Hungría: Mikler, Szekely, Sipos (1), Boka, Hanusz, Nagy, Rosta (2), Sunajko (4), Mathe (4), Rodriguez, Banhidi (5), Szita (2), Ancsin (1), Bodo (4), Hornyak 3), Lekai (3).
23-Brasil: Rangel da Rosa, Almeida, Joao Silva (1), Toledo, Moraes (3), Chiuffa (4), Torriani, Langaro (8), Henrique Teixeira, V. Teixeira, Patrianova, Luciano, Thiago Ponciano (2), Hackbarth (2), Rodrigues (3).
Parciales cada 5 minutos: 2:2; 5:5; 8:8; 11:9; 13:11; 16:11; 18:12; 20:15; 22:17; 25:18; 27:20; 29:23.
Árbitros: Arthur Brunner (Suiza), Morad Salah (Suiza). Exclusiones: Por Hungría: Banhidi (11´, 42´), Ancsin (19´, 23´); por Brasil: Torriani (12´), Moraes (24´), Patrianova (34´).
Estadio: New Capital Sports Hall, Cairo.
Foto vía: https://www.ihf.info
Jorge Couceiro Quintana
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