El atleta norteamericano, Christian Coleman, actual campeón del mundo de los 100 m, ha sido finalmente suspendido por dos años por incumplir en tres ocasiones durante un año la regla de estar localizable para someterse a los controles antidopaje.
Buscando al heredero de Usain Bolt
El 12 de agosto de 2017, tenía lugar una triste noticia para el mundo del atletismo. Usain Bolt, el atleta más grande de todos los tiempos, ponía el punto y final a su exitosa carrera deportiva. Durante los 15 años que estuvo en activo fue el atleta más mediático y carismático desde Jessie Owens y Carl Lewis. Fue también un modelo a seguir, y el mayor activo dentro de un deporte tan difícil y complejo como el atletismo. El miedo por qué el atletismo en general, y el sprint en particular, sufrieran un retroceso mediático tras el hueco dejado por el jamaicano y la falta de reclamos del nivel de Bolt, urgía encontrar a alguien que cubriera el lugar dejado por este último.
Van Niekerk, opción frustrada
En un principio el principal candidato para sustituirle era el sudafricano Wayne Van Niekerk, no solo plusmarquista mundial, sino también campeón olímpico de los 400 m. A su favor estaba que Van Niekerk acababa de batir un difícil récord del mundo, el del norteamericano Michael Johnson, “la locomotora de Waco”, en los 400 m con 43,03 en la final de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Pero las expectativas se truncaron cuando un año más tarde el surafricano sufrió una gravísima lesión en su rodilla derecha jugando un partido de rugby, que le ha apartado del tartán dos años y medio.
Las miradas se centran el los jóvenes sprinters del momento
La búsqueda de una estrella que heredara la corona de Bolt ante la ausencia de Van Niekerk, se centró entonces en las jóvenes estrellas emergentes del hectómetro, jóvenes promesas que apuntaban alto, y a los que únicamente plantaba cara un veterano e incombustible Justin Gatlin, que a pesar de estar en el ocaso de su carrera deportiva aún se mostraba como un duro rival.
De estas jóvenes promesas destacó pronto el canadiense André Degrasse que ya había demostrado su calidad siendo bronce en la final de los 100m y plata en los 200m, en Río 2016, postulándose como digno sucesor de Bolt.
Con el objetivo puesto en el mundial de Londres 2017 y cuando mejor estaba, siendo uno de los favoritos para colgarse el oro en 100 y 200 m, sufrió una lesión en los isquiotibiales mientras entrenaba, confirmándose posteriormente un desgarro, volviéndose al punto de partida.
Aparece Coleman
Pero en 2018 se produjo la explosión de un joven velocista estadounidense, Christian Coleman, conocido como “la bala de Atlanta” que con solo 22 años corrió en 9.79 en los 100 m de la final de la Diamond League de Bruselas. Esto le colocaba como el séptimo mejor especialista de los 100 m de todos los tiempos, presentando su candidatura a suceder a la leyenda jamaicana. Además Coleman vino a sacar del oscurantismo a la prueba de los 100 m haciendo la mejor marca desde hacía tres años. El único que le pudo hacer frente en 2018 y 2019 fue su compatriota de 21 años Noah Lyles, que aunque especialista en 200 m, tiene unos esplendidos 100m y también era un candidato a liderar el ránking del hectómetro.
Christian Coleman, una estrella caída
Pero el 9 de diciembre de este año las cosas iban a cambiar para el joven atleta, y se comenzaba a poner en duda la honestidad deportiva de Coleman. Ese día se personaron en su domicilio varios controladores y al parecer el atleta norteamericano no les facilitó el acceso a su vivienda a pesar de la insistencia de estos, que estuvieron en su puerta más de una hora según afirmó la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU). La actitud evasiva de Coleman provocó su suspensión cautelar por no estar disponible, a sabiendas, para estos controles antidopaje. De está forma el atleta se arriesgaba a una dura sanción de suspensión de hasta dos años, poniendo en peligro su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio.
El reglamento es igual para todos
Coleman, conocía el reglamento y sabía por tanto, su obligación de estar localizado en todo momento para la realización de estos controles. Con 24 años el Sprinter norteamericano se complicaba la vida y empezaba a poner en duda la “limpieza” de su oro en los 100 m del Mundial de Doha. Las comparaciones con el honesto Usain Bolt se hicieron inevitables.
Recientemente la Agencia Antidopaje de Estados Unidos, ha confirmado una suspensión de dos años para Coleman por cometer tres errores de paradero en un año, así que estará en el dique seco hasta el 13 de mayo de 2022. Ello supone que en principio se perdería los juegos Olímpicos de Tokio y no podría competir hasta el Mundial de Oregón, en el verano del 2022.
La falta de honradez deportiva, y las continuas sospechas de dopaje, traducido todo ello en esta suspensión de dos años, sitúan a este atleta a años luz del mejor atleta del mundo.
@AtletismoSub4 para sextoanillo.com y @sextoanillo
