A vueltas con el Loma vs López
Lo que nos espera el sábado es uno de los combates más esperados de los últimos años. Estilos antagónicos, experiencia contra juventud, dos campeones en una pelea de unificación que es un oasis para los aficionados al box que atravesamos este desierto escaso de buenas veladas. Como bien tituló ESPN en sus vídeos de promoción Blood, Sweat and Tears, todos esperamos eso este sábado.
Sangre.
En una pelea de unificación entre “No más-chenko” y un noqueador como López, que haya sangre es esperable. Lo que no sabemos es si la habrá más que en la previa. Porque el hondureño y especialmente su padre y entrenador se están encargando de hacer mucha sangre. De la mala, concretamente (bad blood, como se dice en América cuando hay “mal rollo”). Ataques personales al ucraniano (“es una diva”, “es una zorra”), a su estilo de entrenamiento y arriesgando con el resultado final (“le noquearé antes del quinto”, “si Lomachenko le aguanta a mi hijo 12 rounds, me retiro”). Loma se concentra en lo suyo, pero advierte “lo que se habla fuera del ring hay que demostrarlo dentro de él”.
Sudor.
Ambos tendrán que sudar para llevarse el gato al agua. Lomachenko nos tiene acostumbrados a dar doce asaltos (si es que le aguantan) non-stop sin bajar el ritmo, cuando no va de menos a más. Se puede tirar todos los rounds yendo a buscar a su oponente creando combinaciones de golpes interminables, creando ángulos imposibles y presionar de forma incansable. ¿Aguantará el físico de López ese ritmo?
Teófimo por su parte cuenta con su explosividad y su poder para no llegar a la decisión para terminar el combate. Siendo mucho más corpulento y sabiendo que podrá rehidratarse sin límites (la IBF lo permite al ser pelea de unificación) cuenta con la fuerza bruta de su lado. Loma no suele cometer errores, pero si se despista como aquella vez que Linares le propició su único knockdown hasta la fecha o en el séptimo asalto ante Campbell, le puede costar caro ante un noqueador como Teófimo López. ¿Podrá soportar Lomachenko los embistes del hondureño?
Tampoco olvidar que ambos llevan prácticamente de campamento desde febrero, dado que la velada estaba programada para Marzo o Abril y se pospuso debido a la situación. Ocho meses sudando va a hacer que suban al ring como unos leones hambrientos acuden a visitar una manada de búfalos.
Lágrimas.
De ganar el ucraniano, que no es muy dado a expresar emociones, tendrá motivo de llorar de alegría porque agrandará más todavía su leyenda barriendo la división de peso ligero, quizá la más difícil y la que más talento tiene en la actualidad. Además de reforzarle en su estatus de mejor boxeador libra por libra, le hará quizás convertirse en uno de los mejores de siempre, si no lo es ya. Para Teófimo, ganar significaría hacer historia derrotando a uno de los mejores peleadores de su época y entrando en el olimpo a una edad (23 años) en la que la mayoría están empezando a dar sus primeros pasos. Para derramar lágrimas de júbilo antes de dar sus famosas volteretas inversas después de cada victoria.
Imagen: YouTube
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