Hubo un tiempo en el que los equipos de fútbol españoles buscaban el talento fuera de su propia casa. Los jóvenes que se formaban en las distintas categorías inferiores veían como se hacía muy cuesta arriba dar el último paso hacia el primer equipo. Ello venía motivado por el hecho de que era preferible comprar un jugador que ofreciese un rendimiento inmediato a esperar pacientemente a un chico de la casa que todavía estaba por hacer. Pues bien, ha tenido que ocurrir una pandemia para darse que cuenta que la mejor inversión es la que haces en ti mismo, en otras palabras, apostar por lo que tienes.
A grandes males, grandes remedios
La situación económica que viven los clubes está en concordancia directa con la que sufren el resto de industrias y familias del país. Toca “abrocharse el cinturón” y, ante ello, buscar alternativas. Dada la disminución de ingresos que han sufrido todos los clubes debido a diferentes medidas como, por ejemplo, no poder llenar las gradas de sus estadios, los equipos no cuentan con el capital suficiente para acometer importantes fichajes. Ante ello, la mejor solución para reforzar las plantillas es mirar hacia abajo. Aquí entran en juego todos aquellos chicos de la cantera que sueñan con formar parte del primer equipo. Es una oportunidad única para ellos, puesto que ahora son más importantes que nunca. Posiblemente sea la temporada que más fácil lo tengan para escalar hacia arriba y demostrar que también hay hueco para ellos. Como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. La decisión de confiar en los futuros talentos que vienen pisando fuerte desde abajo ha tenido una gran expansión. Todos los equipos españoles de la máxima categoría han optado por esta solución.
El éxito de todos y no solo de uno
Dejando de lado el aspecto financiero, la decisión de dar importancia a la cantera también viene reforzada por el gran trabajo que se realiza desde las academias. Estas escuelas forman jugadores desde los tres años hasta los dieciocho, un tiempo en el que pasan por todos las categorías del club. Coordinadores, entrenadores, preparadores físicos, médicos, fisioterapeutas, utilleros e incluso los propios padres son figuras que hacen posible una buena formación, tanto en el ámbito futbolístico como en la vida misma.
Es algo que a veces no se tiene demasiado en cuenta, pero la relevancia que tiene es vital. Son personas que influyen y condicionan que un niño pueda cumplir su sueño o no tenga esa suerte. Desde hace años, los equipos se han dado cuenta de que invertir en formar buenos jugadores desde pequeños es fundamental para nutrir a la entidad de estos talentos. Es una apuesta a largo plazo que puede traer muchos beneficios y así se está demostrando ahora.
Clubes como la Real Sociedad, Sevilla, Celta de Vigo, Real Madrid, Barcelona o Athletic de Bilbao, entre otros, son claros ejemplos de que ya no hay dudas sobre si poner a jugar a los jóvenes que vienen desde abajo va a dar resultado o no. Todos los aficionados están siendo testigos de los “debuts” de muchos jugadores en LaLiga y de toda la ilusión y ambición que tienen estos chicos por demostrar lo que valen. Y consiguen sorprender a más de uno con las cosas que hacen en el terreno de juego. Este hecho también tiene una ventaja emotiva que no hay que pasar por alto.
A los seguidores de un equipo de fútbol les encanta ver cómo un jugador de la casa se deja la piel defendiendo a su equipo. Eso provoca ilusión en ellos, por lo que reclaman que cada vez sean más los futbolistas que se estrenen en el primer equipo.
Un joven canterano del Real Madrid, Dani Carvajal, pone la primera piedra de Valdebebas junto a Alfredo di Stéfano. Actualmente, defiende los mismos colores en el primer equipo blanco.
Fuente: goal.com y 90min.com
¿Cantera siempre antes que cartera?
La respuesta a la pregunta parece obvia. En general, sí. Aunque no es tan sencillo como parece. Para poder recurrir a la cantera, hay que tener la gran certeza de que las cosas se están haciendo lo suficientemente bien como para ofrecerles una oportunidad de tal magnitud. Si las academias no dan la talla, los clubes pondrán el foco en otros jugadores que pertenezcan a otros equipos porque no hay que olvidar que la meta es conseguir los objetivos que se establecen a principio de cada temporada, con jugadores de la cantera o sin ellos.
La solución más segura es preocuparse por la crianza de estos chicos porque, quien sabe, ellos serán los encargados de defender el club en un futuro más o menos lejano. Pese a que otros futbolistas de fuera recalen en un conjunto, la presencia de jugadores de la casa siempre hablará muy bien del buen hacer de un equipo de fútbol.
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Autor: Jaime Martínez Fernández
