Carolina Panthers 23 – Atlanta Falcons 16
Los Carolina Panthers se dieron ayer un doble lujo: ganar en el campo de su eterno rival por primera vez desde 2014, y a la vez, sumir a los Atlanta Falcons en una importante crisis deportiva. Aunque muchos no lo crean, parece que la paciencia de Arthur Blank si tenía un límite. Tras la derrota de ayer, con el equipo 0-5, decidió por fin prescindir del entrenador Dan Quinn. Un movimiento que por lo que se vio ayer en el campo quizá tendría que haber ocurrido mucho antes. Algo que sí hizo en su día el dueño de los Panthers, Dave Tepper, y al que el excelente trabajo de su nuevo entrenador Matt Rhule le está dando la razón. Es tiempo de ilusión en Carolina.
Un equipo con un plan contra la desesperación de Dan Quinn
Y es que Carolina demostró ayer ser el equipo con un plan. Tras un buen primer drive de Atlanta que culminó en un TD de carrera de Todd Gurley (121 yardas, 1 TD), el resto del primer tiempo fue de Carolina. En cuanto carburó, Teddy Bridgewater empezó a mover el balón con su actual precisión terminando la primera parte con 268 yardas de pase. De nuevo los principales beneficiados fueron los WRs Moore, Anderson, Samuel y el RB Davis que tuvieron todos actuaciones muy sólidas. Al descanso, el marcador llegaba con 20-7 a favor de los Panthers.
En la segunda parte, se produjo la reacción de los Falcons que subieron el nivel y pararon el ataque de Carolina hasta bien entrado el último cuarto. Tiempo que aprovechó Matt Ryan para empezar a conectar con Calvin Ridley (Julio Jones estaba tocado y no pudo jugar) y meter a Atlanta en el partido. Sin embargo, una costosísima intercepción en la end zone, que hubiera supuesto el empate a 20 culminó con sus esperanzas. En el siguiente drive, Carolina quemó el reloj durante más de seis minutos y no hubo tiempo para más. Dan Quinn estaba sentenciado.
¿Quo Vadis? ¿Dónde vas Atlanta?
El partido de ayer fue la certificación del fin del proyecto de Dan Quinn, y que tocó su techo en la Súperbowl de 2017 que culminó en pesadilla tras la ya mítica remontada de los Patriots en la segunda parte. Desde entonces (sobre todo desde la marcha de Shanahan a los 49ers), el proyecto de Atlanta ha deambulado en la mediocridad, sin tener una identidad clara lastrado por lesiones, estrellas inconsistentes, y en muchos momentos falta de compromiso.
Es esa inconsistencia y falta de identidad lo que se volvió ayer de nuevo en el emparrillado. El equipo tuvo momentos de luz con un buen primer drive culminado por una gran carrera de Todd Gurley (quien tuvo su mejor partido en dos años), o una defensa asfixiante que consiguió frenar a Carolina en la segunda parte, dando a su equipo la oportunidad de empatar. Pero eso en la NFL no es suficiente. Hay que ser consistente. Matt Ryan cometió una intercepción crucial en la end zone cuando su equipo buscaba empatar el partido. Calvin Ridley tuvo varios drops inexplicables. Todd Gurley no volvió a ser un factor en la segunda parte. Y la defensa fue triturada por Teddy Bridgewater en la primera parte (268 yardas de pase) y fue incapaz de parar a los Panthers en el último drive que se comió seis minutos de reloj.
Con un récord de 0-5, y ya sin Dan Quinn, Atlanta entra de nuevo en modo reconstrucción sin tener muy claro si lo que falla es su QB, su juego de carrera, sus líneas, la secundaria o quizá todo. Por lo que deberán empezar sin duda es por levantar el ánimo de un equipo demasiado acostumbrado a perder.
Carolina Panthers, Keep Pounding
Keep pounding (“sigue golpeando”), inspirado por la lucha contra el cáncer de la leyenda Sam Mills, es el lema de la franquicia de Carolina. Parece que desde muy pronto Matt Rhule y su equipo se han contagiado de ese espíritu combativo que pone el foco en el día a día y no dejarse vencer por las adversidades. A pesar de haber perdido a su estrella Christian McCaffrey, los Panthers han seguido compitiendo de manera feroz y ya se han convertido en una de las grandes sorpresas de la liga. Empatados en la cabeza de la NFC sur, su nombre empieza a sonar entre los aspirantes a playoffs.
¿Las claves del éxito? Sin duda el esfuerzo y el trabajo en equipo. Durante este primer tramo de liga Carolina ha demostrado ser un equipo coral. Ayer, por ejemplo, el RB jornalero Mike Davis fue la estrella del partido, negándose a caer y buscando seguir avanzando tras el contacto. Un RB duro como una roca que debe complementar perfectamente a McCaffrey tras su vuelta. Pero el jugador que protagonizó las jugadas decisivas fue el WR3, Curtis Samuel. Empleado a la vez de WR y RB, siempre encontró la forma de convertir los tercer downs. Sobre todo, uno magnífico y decisivo en el último cuarto con una carrera de 20 yardas por el centro.
Tampoco puede dejarse de lado el excelente trabajo de la línea, que lleva dos semanas sin permitir un sack. Ni tampoco de la defensa que está subiendo el nivel y sigue acumulando recuperaciones de balón como la de Justin Burris a Matt Ryan. Ahora el partido contra Chicago (4-1) se deviene como decisivo para medir las aspiraciones de un equipo que quiere seguir golpeando.
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