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El “niño” que volvió al Manzanares como un hombre

Fernando Torres es uno de los delanteros más emblemáticos que se recuerdan en el panorama internacional. Su paso por algunos de los equipos con más nombre en Europa y el camino recorrido en la selección española le han permitido dejar su huella en este deporte. Sin embargo, su carrera profesional ha estado llena de altibajos y, debido a ello, ha tenido que hacer frente a numerosas críticas para construir el futbolista que ha sido. ¿Conoces realmente su historia?

El nieto perfecto

Fernando era y es un chico de lo más normal. Su amor por jugar al fútbol coincidía con el del resto de niños. Sin embargo, en aquella época en la que no había otra preocupación más que la de tener una pelota en los pies, el joven Fernando jugaba de portero, hasta que un día llegó a casa sin un diente gracias a un pelotazo y su madre le prohibió ponerse bajo los palos. Es ahí cuando comienza la historia del “niño” como delantero. Durante esos tiempos, el pequeño Torres pasaba los veranos en casa de sus abuelos. Allí algo le llamó la atención al pequeño Fernando. Su abuelo mostraba con orgullo en su casa un plato con el escudo del equipo colchonero. La historia de amor con el Atleti comenzó en ese mismo instante. El chico rubio, delgado y con unas piernas muy largas destacó jugando al fútbol sala y se animó a hacer una prueba para formar parte de los alevínes del Atlético de Madrid. Tras una inmensa lista en la que se publicaban los resultados de ciertas pruebas (la mayoría se quedaban solo en eso), apareció un al lado del nombre de Fernando Torres

Web Oficial de Fernando Torres - F9T

Fuente: fernando9torres.com 

Dejar atrás tu vida para dar un paso adelante 

Su paso por las categorías inferiores del equipo madrileño no pasó desapercibido y debutó con el primer equipo en 2001. Él todavía tenía 17 años y el Atleti jugaba en Segunda División. El día de su estreno, la afición lo recibió como una auténtica estrella y mostraban su ilusión ante el que esperaban que fuese el nuevo icono del equipo. Al año siguiente, el conjunto rojiblanco consiguió el ascenso de la mano del entrenador Luis Aragonés. El técnico mimó y cuidó desde el primer día a Torres, consciente de su potencial. Los años pasaban y Fernando se consagró como capitán de su equipo y compartió vestuario con curiosos nombres como el del que sería su futuro entrenador, Simeone. Pese a todo ello, había algo que le incomodaba al delantero de Fuenlabrada. La falta de títulos fue el detonante que hizo que el “niño” decidiese abandonar el club de su vida en busca de nuevas metas. 

Torres se convirtió en nuevo jugador del Liverpool en 2007 bajo las órdenes de Benítez. Un traspaso que dejó 36 millones de euros en las arcas del Manzanares. Allí jugó tres temporadas en las que alcanzó su máximo esplendor futbolístico siendo el goleador del equipo. Muestra de ello es que fue el tercer jugador más votado para conseguir el Balón de Oro en 2008. Rodeado de grandes talentos como Steven Gerrard, experimentó de primera mano el salto de calidad en una liga tan competitiva como la inglesa. En cuanto a su camino en el combinado nacional, Torres marcó el gol de la final que dio a España la Eurocopa del 2008, una selección comandada por su exentrenador Luis Aragonés

2010 campeón del mundo

Sin embargo, el club inglés cambió de dueño en 2010 y puso en marcha un nuevo proyecto deportivo a largo plazo que no convenció al “niño”. Imposible no recordar lo que sucedió en ese mismo año. Torres sufrió una preocupante lesión en la rodilla a las puertas del Mundial. Durante su proceso de recuperación, el español quiso acortar los plazos a toda costa para llegar a la gran cita y su puesta a punto no se realizó de manera correcta. La selección española y Fernando se proclamaron campeones del mundo en Sudáfrica, aunque el delantero se volvió a lesionar en la final. Al año siguiente, se oficializó la marcha del delantero al Chelsea por casi 60 millones de euros, hasta entonces el jugador español más caro de la historia. En Londres vivió una etapa gris llena de críticas y decepciones. Torres llegaba con el cartel de figura goleadora a un equipo plagado de estrellas como Lampard o Drogba. No consiguió anotar todos los goles que se esperaban de alguien como Fernando. Fue entonces cuando abandonó el país británico y puso rumbo a Italia, donde pasó de puntillas por el histórico Milan

Fernando Torres encadena 19 horas sin marcar un gol con el Chelsea | Futbolprimera

Fuente: futbolprimera.es

¿Segundas partes nunca fueron buenas?

Durante sus años en el extranjero, el “niño” fue campeón de la FA Cup,  de la Champions League y de la Europa League, además de proclamarse con la selección campeón de Europa en 2008 y 2012 y campeón del mundo en 2010. Tras haber conseguido los títulos que buscaba, sus prioridades habían cambiado. Y esas eran volver al Atlético de Madrid y levantar un título con la camiseta rojiblanca. Dicho y hecho, Torres volvió a su casa 2015 en una presentación pocas veces vista en la historia del fútbol. Durante los tres años que estuvo allí, le dio tiempo a disputar una final de la Liga de Campeones aunque sin premio, frente al Real Madrid.

A modo de anécdota, es llamativo destacar que el peor momento que ha vivido en un campo de fútbol ha sido defendiendo el escudo del Atlético. Tras un choque fortuito, el “niño” quedó tumbado en el césped al haber perdido el conocimiento. Los jugadores presentes se percataron de ello y acudieron en auxilio para evitar que se tragase la lengua y salvarle la vida. Un traumatismo craneoencefálico puso en vilo a todos aquellos que vieron en directo la escena en el estadio de Riazor.

El broche como atlético

Tras unos años de idilio con la familia rojiblanca, anunció su salida del club en 2018 para poner rumbo a Japón. Tenía que ser su último año en la capital española cuando, por fin, el “niño” sumó a su palmarés el título que quizá más aprecie en toda su carrera. Levantó la UEFA Europa League con el escudo de su vida. Además, él mismo puso el cierre al fútbol en el Vicente Calderón, anotando un doblete en el último partido que acogió el estadio. Curiosamente, también marcó dos goles en su último partido con la elástica del Atleti en el nuevo estadio Wanda Metropolitano

Todo un ídolo para los indios del Manzanares, que disfrutaron de un jugador que se crío a fuego lento en las categorías inferiores del club. Su aventura en el extranjero prometía más de lo que acabó siendo. Es por eso que decidió buscar el calor de los suyos y volver a casa, donde la felicidad estuvo siempre al alcance de su fútbol. 

Marsella - Atlético: Y El Niño se va campeón | Deportes | EL PAÍS

Fuente: elpais.com

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Autor: Jaime Martínez Fernández

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