Análisis Ciclismo

“Atacar contra esos trenes es lanzar una bala al aire y que te caiga en la cabeza”

Confesiones de Nairo

En el primer día de descanso del Tour Nairo pronunciaba esta frase durante una rueda de prensa virtual.  Los fanáticos del ciclismo quedábamos mitad aturdidos y mitad decepcionados ante la magnitud de esta declaración.  En ciclismo de ruta el ataque es sinónimo de espectáculo, si uno de los principales candidatos a la victoria se resigna a atacar, ¿que nos espera?

El umbral

Uno de los parámetros de rendimiento más importantes en ciclismo de ruta es el umbral.  Muchos autores han desarrollado diversos conceptos para describir más o menos lo mismo. Umbral de lactato, máximo estado estable de lactato, segundo umbral ventilatorio, o umbral de potencia funcional (FTP).  El ejercicio aeróbico produce residuos que son reciclados por el cuerpo, a medida que aumenta la intensidad del ejercicio (vatios)  aumenta la producción de los mismos.  Hay un punto de intensidad en el cual el ritmo de producción iguala la capacidad del cuerpo de limpiarlos. En ese punto, la concentración de lactato en sangre es estable (alrededor de 4 mmol/litro).

Si se sube la intensidad por encima de ese nivel, se empieza a acumular ácido láctico en los músculos de una manera alarmante (exponencial). Rápidamente llega un momento en el que el ardor en las piernas obliga al deportista a bajar la intensidad.  A intensidades inferiores del umbral, un deportista bien entrenado puede ejercitarse durante muchas horas, a intensidades superiores solo resisten unos cuantos minutos.

Los capos de las grandes vueltas

Según la mayoría de científicos del ciclismo, un aspirante a ganar grandes vueltas debe ser capaz de desarrollar alrededor de 6.3 Vatios/kg en el umbral, esto le permite desempeñarse muy bien en un premio de montaña que tome 40-50 minutos para ascenderlo.  Incluso hay autores que dicen que niveles superiores a 6.7 Vatios/kg en 40 minutos ya despiertan sospechas de dopaje.  Un gregario de lujo para la montaña debe mover mínimo 5.5 Vatios/kg para ser incluido en la selección definitiva para el Tour, Giro o Vuelta.

Los trenes de los equipos

Con lo anterior, un equipo poderoso que quiera controlar la carrera en una etapa de montaña le basta con poner a sus gregarios a tirar del lote a una potencia cercana a los 6 watts/kg.  Este ritmo, sumado a los beneficios aerodinámicos de andar en lote, producirán una velocidad que solo podrá ser sostenida por los mejores (con mucho esfuerzo).  Es por esto que cuando entran en funcionamiento los trenes (US Postal, Sky/Ineos y ahora Jumbo) vemos como el lote de favoritos se va reduciendo poco a poco.  Estos grandes equipos contratan corredores que podrían ser capos en otros equipos.

¿Y los ataques?

Para saltar de un lote que ruede a esta intensidad es necesario meter un cambio de ritmo superior al umbral. Este ataque debe durar un tiempo suficiente que permita abrir un hueco considerable (para que se rompa la estela aerodinámica).  Estamos hablando de 8-9 vatios/kg durante al menos 20-30 segundos y luego ser capaz de retornar a un ritmo cercano al umbral.  Entre más largo el ataque mayor el riesgo de acumular tanto ardor en las piernas que imposibilite sostener el hueco abierto.

Cuando un corredor valiente lanza un ataque, uno de los gregarios del tren hace un cambio de ritmo cerrando el hueco y entrando en la estela aerodinámica del atacante llevando consigo al resto del lote.  El gregario que cierra el hueco seguramente pagará su esfuerzo perdiendo la rueda del tren, pero el capo de equipo que atacó acabará inmolado. Este es el tiro al aire que cae en la cabeza.

¿Es culpable el potenciómetro?

El concepto de umbral existe hace muchos años (finales de los 70´s), la realidad fisiológica del cuerpo humano ha existido siempre.  La existencia de los potenciómetros posibilitó ponerle números al concepto y  encontrar los valores referencia para los atletas de élite y así determinar los valores necesario claves para controlar un pelotón.  Igualmente permite al gregario ejecutar el libreto a la perfección.  En cierta entrevista Rigoberto Urán mencionaba que durante su paso por el Sky recibía para cada etapa un documento con los vatios a desarrollar en cada momento de carrera. Es por esto que vemos a muchos corredores poner más atención al computador que al mismo recorrido. Antes de los potenciómetros se corría por sensaciones y era más fácil equivocarse.

¿Estamos condenados a los trenes?

Etapas largas

Producir 6.3 vatios/kg o niveles cercanos está reservado para unos cuando atletas privilegiados,  meter esa potencia en la tercera semana de una gran vuelta o  al final de una etapa de más de 5 horas es exclusivo de ganadores de grandes vueltas.

Al final de las grandes vueltas y de las etapas más duras se reducen las fuerzas aumentando la probabilidad que los gregarios no puedan sostener la intensidad requerida por los trenes. En estos momentos los espectadores saltamos de alegría porque el líder se quedó solo y le tocará inevitablemente salir en persona a responder los ataques de sus rivales. ¡Tenemos espectáculo!

Etapas que acaben en descensos

Cuando una etapa acaba en un gran puerto, es de esperar que ante un tren dominante los ataques (si es que hay) solo se produzcan en los últimos 2 kilómetros, cuando las consecuencias de un tiro al aire estén acotadas a unos cuantos segundos. Es así, que en el ciclismo moderno un ataque a 3 kilómetros ya algunos periodistas lo denominan ataque de lejos.  En esta etapa veremos un tren de alta velocidad conformado por gregarios que al terminar su trabajo se dejan descolgar mientras los rivales de la clasificación general luchan por sostener el ritmo tratando de guardar un poco de fuerza para el sprint final.

Si la etapa acaba en el descenso, es posible ver más variantes tácticas. Se producen ataques mas intensos en el último ascenso con la esperanza de lograr ventaja lo suficientemente grande que se pueda mantener en el descenso, donde importa más la habilidad que las fuerzas.  Si además tenemos un trayecto corto plano después del descenso podremos ver bonitas persecuciones y hasta un sprint en grupo reducido.

Puertos con altas pendientes

La resistencia aerodinámica aumenta con el cuadrado de la velocidad lo que la vuelve sumamente importante por encima de 20 km/h. Con los vatios desarrollados por los ciclistas profesionales esta velocidad es superada con pendientes inferiores al 7.5%.  Si la pendiente es lo suficientemente elevada para reducir la velocidad de 16 km/h o menos, los beneficios de ir a rueda prácticamente desaparecen. Es el ciclista contra la fuerza de gravedad.  Pendientes medias de 8% al 10% suelen garantizar mejores niveles de espectáculo. Desafortunadamente cuando esta fórmula se lleva al extremo aparecen las denominadas cuestas de cabras. Pendientes del 15-20% y hasta mas, donde los ciclistas se retuercen para mantener el equilibrio.  Formula muy empleada por la vuelta a España y recientemente en el Tour que tampoco incentiva mayores ataques.

Ataque vs puestómetro

Los grandes ataques son agradecidos por el espectador, pero pocas veces con resultados. En el tour 2017 Uran finalizó segundo sin atacar y en el 2019 Kruijswijk logró el ultimo cajón del podio yendo a rueda.

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