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Novak Djokovic – La bola del escándalo



Pocas veces en la historia del tenis se había presentado un torneo de Grand Slam tan abrumadoramente concentrador del favoritismo de un jugador como en el Abierto de los Estados Unidos que está disputando en Nueva York. Es que los antecedentes del número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic eran aplastantes: hasta hoy llevaba 26 partidos jugados en 2020 y todos ganados.

Pablo Carreño, un duro rival

Su rival en los octavos de final, el español Pablo Carreño Busta, un correcto jugador que ya había alcanzado las semifinales en este mismo torneo en 2017, exhibió un buen nivel durante los primeros tres partidos de la competencia, pero era poco probable que destronara al máximo aspirante al título.

Un mal momento 


Ocho finales de US Open disputadas y 17 títulos de Grand Slam no impidieron que a Novak Djokovic se le soltara la cadena. En momentos en que el serbio estaba 5-4 arriba en el set inicial y sacaba Carreño Busta 0-40, se produjeron circunstancias totalmente inusuales que fueron llevando a pensar que a veces, cuando no tiene que ser, no es.
Primero, un drive paralelo del español que fue cantado malo y desafiado, mostrando la repetición que el último milímetro de la pelota había tocado la línea de fondo dando la razón al español. Luego, un mini tenis en la red terminó con un toque de Nole que pegó en la faja y se quedó de su lado, y finalmente, un drop shot del ibérico que con mucha clase definió el punto, frente al que Djokovic reaccionó golpeando la pelota violentamente contra un cartel de publicidad ubicado al costado de la cancha.

Se veía venir 

Este fue un trueno que anunciaba la tormenta que vendría instantes después.
Carreño Busta mantuvo el saque. A continuación, y con el servicio de Djokovic, el español le jugó un contrapié que hizo caer al serbio sobre su hombro izquierdo, requiriendo atención fisioterapéutica e interrumpiéndose el juego durante varios minutos sin certeza de si podría continuar o no. Al cabo de la revisión, el número uno se reintegró al juego estando 0-30 y con un Carreño Busta preciso y sumamente veloz. Tal es así que al disponer del segundo punto de quiebre, el español corrió una pelota desde bien atrás del fondo de cancha hasta la red, definiendo el punto con toque magistral cruzado que desencadenó otra violenta reacción de Djokovic, que esta vez lo crucificaría.

Una bola perdida


Mirando en dirección al fondo de su propio lado, el serbio golpeó una pelota de manera desaprensiva, con tal puntería que la misma impactó la garganta de una jueza de línea, provocándola una caída, comenzado a toser instantáneamente y haciendo gestos de falta de aire. Consciente de que lo que había provocado, Nole levantó la mano en señal de disculpa y se dirigió presuroso a ver a la auxiliar, en cuyo momento también corrieron en su ayuda la jueza de silla Aurelie Tourte y otro juez de línea. Allí comenzaron los cabildeos entre Soeren Friemel, árbitro general del torneo, Andreas Egli, supervisor de Grand Slam y el propio Djokovic, en un clima que pasó de la sonrisa, tal vez nerviosa del serbio, a un gesto serio y preocupado que denotaba que la decisión no era favorable a su continuidad, pese a las explicaciones que él ensayaba, principalmente alegando falta de intención en provocar un daño.

El reglamento habla claro


Lo cierto es que la regla es clara en cuanto a golpear una pelota que no está en juego, con desinterés de las consecuencias de la acción. Es decir, no se requiere dolo, sino que es suficiente la culpa para recibir una sanción, que, en este caso, dada la gravedad del hecho, tuvo necesariamente que consistir en la descalificación de Djokovic. Es que a veces, pese a todos los esfuerzos, parece que cuando no tiene que ser, no es. Y este terminó no siendo el décimo octavo título grande para el número uno.

Carreño del lado de los jueces

Poco después del encuentro, Carreño Busta, a la postre clasificado para disputar los cuartos de final, dejó su impresión respecto de lo ocurrido y señaló que “al final la decisión la toman los jueces que para eso están. Yo creo que es un momento feo y difícil para todos, pero por mucho que su intención no haya sido darle, creo que la decisión era la que había que tomar porque al final estas cosas no pueden pasar en una pista de tenis.”

US OPEN marcado por la mala suerte

El US Open 2020, una cita que parece destinada a los tropiezos e infortunios que la vienen aquejando desde hace meses. Inicialmente, cuando se discutía la conveniencia de llevarla a cabo, luego las dudas y deserción de tenistas importantes hombres y mujeres, más tarde las controversias por el cumplimiento de protocolos, los casos de coronavirus, las cuarentenas, los aislamientos y hasta la baja de la pareja número 1 de mujeres antes de disputar la segunda ronda, porque una de sus integrantes, la francesa Kristina Mladenovic, fue vetada por el Condado de Nassau por haber estado en contacto con su compatriota Benoit Paire a quien se le había diagnosticado Covid-19 una semana atrás. Sin dudas, este Grand Slam dejará muchas lecciones para aprender, una de las cuales es que, por más que queramos torcer el orden natural de las cosas, éstas de una manera u otra buscan retomar su cauce.

Daniel Álvarez @chipandchargear

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