Análisis Ciclismo Tour de Francia

Díptico pirenaico

Con un tercio de las etapas recorridas el Tour se prepara para la segunda semana, la buena noticia es que por ahora no hemos tenido que escribir ni una sola linea sobre la incidencia del COVID sobre la caravana ciclista y siguen en carrera 172 corredores, solo han tenido que bajarse de la bicicleta Phillipe Gilbert, John Degenkolb, Rafa Valls y Anthony Perez.

Un Tour por decidir

A pesar de que la organización diseñó una carrera para que ocurrieran cosas desde el principio, la verdad es que las diferencias en el pelotón siguen siendo muy pequeñas con 15 corredores en el mismo minuto que el líder Adam Yates. Pero difícilmente esto podrá seguir siendo así al final de esta semana tras el paso por los Pirineos y un Macizo Central más duro que de costumbre.

 

Pero vayamos por orden, una de las pocas cosas con sabor clásico de este año será este fin de semana en los Pirineos, os desmigamos a continuación las dos primeras etapas de alta montaña.

 

Etapa 8. Cazères sur Garon – Loudenvielle, 141 Km

 

Cazères sur Garon – Loudenvielle

 

Llega el momento de que el Tour de Francia saque a pasear una de su señas de identidad. Por primera vez veremos en nuestras pantallas ese HC junto al perfil de una ascensión, el Hors Categorie (Fuera de categoría) es la forma en la que la ronda gala lleva diciendo “Difícil no, lo siguiente” desde hace décadas.

 

Port de Barés (Hors Categorie) 11,7 Km al 7.7% de pendiente media es el primer monstruo pirenaico de esta edición. El coloso viene escoltado de otras dos moles cargadas de historia del ciclismo. Antes de Port de Barés el Col de Menté (1ª Categoría) en cuyo descenso Luis Ocaña se cayó en el 71 viendose obligado a abandonar, cuando llevaba 7 minutos en la general sobre el “Caníbal” Eddy Merckx. 

 

Col de Barès y Peyresourde

 

Después del HC el Col de Peyresourde (1ª Categoría) en cuyo descenso vimos en 2016 a Chris Froome atacando y  adoptando la postura de descenso más efectiva y antiestética de la historia del ciclismo. Desde su cima todo será terreno favorable hasta llegar a Loudenville en uno de esos descensos decisivos de la ronda gala.

 

Por sacarle algún defecto a este primer encuentro con la alta montaña hay que decir que en esa búsqueda de la innovación se está apostando por etapas muy cortas, 141 Km parecen más propios del Tour del Porvenir que de la carrera por etapas más importante del año. 

 

Etapa 9. Pau – Laruns, 153 Km

 

Pau – Laruns

 

La segunda y última etapa de los Pirineos es de esas en las que los profesionales de la bicicleta pueden demostrar que el espectáculo son ellos y no la carretera, porque desde luego el recorrido no se presta para nada al espectáculo. Otra vez una tirada demasiado corta, con dos puertos de primera categoría el Col de la Hopurcere y el Marie Blanque, los dos interesantes, pero demasiado aislados entre ellos y lo que es todavía más importante con la línea de meta demasiado lejos de la cima del Marie Blanque. Las otras tres dificultades montañosas de la jornada serían interesantes si esta no fuera una jornada de alta montaña, pero en este caso parecen más una broma de mal gusto.

 

Viendo el estado de forma del Jumbo-Visma y del Ineos parece difícil que la carrera pueda llegar rota a Laruns y quedaremos encomendados a que alguien como Thomas de Gent o algún otro ciclista amante de la épica nos pueda ofrecer algo de emoción. 

 

Todos tenemos claro que hay días en las grandes vueltas en las que puede no pasar nada, es parte del juego, pero al mismo tiempo todos sabemos que hay ciertas jornadas que deberían estar diseñadas para hacernos soñar y esta Pau-Laruns sobre el papel parece poca cosa para ser una cita pirenaica.

 

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