Para volver a hablar de tenis ¿De quién mejor para hacerlo que de su majestad, la perfección, el expreso suizo Roger Federer?
La confirmación de Roger
Pero más específicamente de uno de los momentos donde tuvo que probarse ante el mundo. Cuando tuvo que demostrar que su campeonato en Wimbledon del 2003 no fue una simple casualidad, que no era un tenista que solo destacaba en su superficie favorita sino un atleta de élite completo. Esto sucedió en el Australian Open del 2004, tras demostrar su calidad al ganar Wimbledon pero tener un resultado no del todo favorable en el US Open cayendo en 4ta ronda ante el argentino, David Nalbandian en 4 sets.
Empezaba el año 2004 para Federer y él dejaba muy claro que se presentaba como uno de los favoritos tras pasar las tres primeras rondas del abierto australiano de forma contundente. En octavos de final se enfrentaría con uno de los exponentes del tenis australiano: Lleyton Hewitt.
Espíritu combativo
Aquí, su majestad demostraría su espíritu de pelea tras remontar el primer set perdido por 6-4 para luego ganar los tres siguientes por 6-3/6-0 y 6-4. Al avanzar a cuartos de final, Federer tendría la difícil tarea de medirse ante el responsable de su salida del último Grand Slam del año, el Rey David Nalbandian. La tensión era muy notoria, pero Roger estaba listo y se llevaría los dos primeros parciales por 7-5 y 6-4. Sin embargo, el partido estaba muy apretado y el argentino aprovecharía un par de puntos claves para llevarse el tercer set por 7-5 y desestabilizar al en ese entonces joven Federer. De todas formas, el maestro demostraría la clase y compostura a la que actualmente nos tiene acostumbrados para cerrar el cuarto y último set por 6-3.
La mitad del trabajo estaba hecho. Roger había derrotado a su verdugo, pero el camino seguía siendo cuesta arriba. A continuación, debía medirse ante Juan Carlos Ferrero, claro exponente de la generación dorada del tenis español. Ferrero luchó con garra como acostumbra, pero Federer a sus cortísimos 22 años de edad, lo dominaría para llevarse el partido en tres sets corridos.
Safin se rinde a Su Majestad
Roger Federer se encontraba a tan solo un partido de consolidarse como un nuevo grande del tenis mundial. De cualquier forma, esto no podía ser fácil y como tal, el obstáculo a vencer era el gigante ruso Marat Safin. Safin como siempre se presentó a demostrar su potencia en la cancha pero en este momento no había fuerza humana que detenga al expreso suizo. Finalmente, Roger se llevó el partido con relativa facilidad por 7-6, 6-4 y 6-2 logrando así su segundo título de Grand Slam, primero en superficie dura. Así fue como Roger Federer, con esta y sus otras innumerables hazañas ha ido demostrando al mundo que el joven maestro suizo, campeón de Wimbledon a sus 21 años, había llegado para consolidarse en la élite del tenis mundial.
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Fuente de la foto principal: ATP Tour
