En la continuación de la serie sobre el tenis olímpico femenino, llegamos a los Juegos Olímpicos de Sídney ’00, los cuales considero, el inicio de una nueva era.
Sidney 2000
El nuevo milenio traería consigo el dominio de las hermanas Williams. Y aunque al final fue Serena, la que terminaría siendo la mejor del dúo, el año 2000 fue de Venus. Al llegar a tierra australiana, Venus había ganado 26 partidos consecutivos en cinco torneos, entre los cuales destacaban Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos. Al ser la segunda sembrada, y con su confianza al nivel más alto, no tuvo problemas en sus primeros tres partidos donde derrotó en sets consecutivos a la eslovaca Henrieta Nagyova, a la tailandesa Tamarine Tanasugarn y a la alemana Jana Kandarr.
En los cuartos de finales la situación se complicó ante la veterana Arantxa Sánchez Vicario. La múltiple medallista olímpica sabía cómo hacerle frente a la estadounidense, y sin duda, la puso en aprietos, pero al final, la mayor de las Williams sabía que era su momento de brillar y no iba a sucumbir. En un partido digno de una final olímpica, Williams salió airosa 3-6, 6-2, 6-4.
La semifinal no sería menos difícil. De momento, Venus se convirtió en la jugadora perseguida, la que todos querían vencer. Entonces otra veterana, Mónica Seles, trató todo lo que estuvo a su alcance para vencer a la jugadora más caliente del momento. Pero ni los ángulos más increíbles, ni toda la experiencia del mundo iban a poder contra Venus, quien igualmente salió por la puerta ancha 6-1, 4-6, 6-3.
La peor parte parecía haber sido superada. En la final Venus se enfrentaría a la rusa Elena Dementieva, quien venía de alcanzar las semifinales del Abierto de Estados Unidos. Sin embargo, aún no había alcanzado la madurez para retar a una Venus que, sin duda, estaba en el punto más alto de su carrera.
Atenas ’04: el triunfo del tenis clásico
En el 2004, la belga Justine Henin ocupaba la primera posición del ranking de la WTA. A pesar de esto, había llegado a la capital griega sin haber visto mucha acción luego de ausentarse del circuito durante varios meses debido a problemas de salud. Así que las expectativas no eran altas, pero si algo había caracterizado a Henin, era la confianza en su juego, en el cual mezclaba una hermosa variedad de tiros, con un revés a una mano, que era devastador para sus oponentes.
La recuperación del virus que la aquejó llegó justo a tiempo para vestir con orgullo, los colores de su país. En las primeras tres rondas superó sin problemas a la checa Barbora Strycova 6-3, 6-4, a la venezolana María Vento Kabchi 6-2, 6-1, y a la australiana Nicole Pratt 6-1, 6-0. Los resultados anteriores despejaron cualquier duda que pudiera haber en cuanto a su condición física. Había que tomarla en cuenta.
En los cuartos de finales se llevó por el medio 6-4, 6-4, a la francesa Mary Pierce, quien había superado a la campeona defensora Venus Williams en la ronda anterior. Ya en las semifinales, la belga tuvo un partido épico ante la campeona del Roland Garros, Anastasia Myskina, a quien venció 7-5, 5-7, 6-4. La final se daría ante otra talentosa jugadora poseedora de otro estilo clásico de tenis, Amelie Mauresmo. Pero en esta etapa, Henin fue más decidida a demostrarle al mundo por qué era la número uno del ranking. Y al vencer a la francesa 6-3, 6-3 dejó claro que, este era su momento.
Pekín ’08: una nueva oportunidad
Hay jugadoras que sacan lo mejor de ellas cuando visten el uniforme patrio. Tal es el caso de Dementieva quien, en Sídney, tuvo el honor de irse con la medalla de plata, pero en China, dio un paso adicional y se llevó el oro. La rusa era la quinta sembrada del torneo, y no tuvo problemas al vencer a sus primeras tres oponentes, entre las cuales estaba una jovencita danesa llamada Caroline Wozniacki. Superada estas tres rondas, se enfrentó a Serena Williams quien ocupaba la cuarta posición del ranking en ese momento. Esta vez la rusa no se dejaría intimidar ante el poderío y atletismo de las Williams, y saldría victoriosa 3-6, 6-4, 6-3.
Luego de esta enorme victoria, y con un cuadro bastante despejado, la rusa haría gala de su experiencia para superar a dos compatriotas. En primera instancia venció a Vera Zvonareva 6-3, 7-6, y finalmente a Dinara Safina, aunque de forma más ajustada, 3-6, 7-5, 6-3.
Mañana culminamos la serie de artículos con los Juegos Olímpicos de Londres ’12 y Río ‘16.
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Fuente de la foto principal: Olympic Channel
