Todo comenzó por el año 2007 cuando un compañero de trabajo y amigo me dijo que si me apetecía jugar una tarde un partido de Padel pues le faltaba un jugador .
Mi cara de asombro fue un poema pues era la primera vez en mi vida que escuchaba el nombre de ese deporte. Desde bien pequeño fui un gran aficionado al fútbol y fútbol sala, deportes que practicaba como aficionado menos una ocasión en la que pude jugar de forma federada en el club de fútbol sala de un pueblo de Valladolid que es donde residía.
El tenis con paredes
Mi amigo simplemente me comentó que el deporte era básicamente como el tenis pero con paredes y que lo único que debía de hacer era acercarme a unos grandes almacenes de deportes donde allí, presentando mi DNI, me dejarían prestada una “pala” para poder disputar ese partido.
Así es como fue,me personé allí poco antes que tuviera la cita para el encuentro y el dependiente muy amable me facilitó la herramienta fundamental para poder presentarme en el partido con mi amigo y otros dos compañeros.
Neófito total
Decir también que rara vez había cogido ni si quiera una raqueta de tenis por muy amante de los deportes que fuera. Llegó el momento de asistir al club donde habíamos quedado y de nuevo mis ojos se sorprendieron de ver la grandeza que tenían esas naves vistas desde fuera por sus dimensiones.
Entré al club y allí estaba mi amigo esperándome bien equipado. Me recordaba a un tenista viéndome a mí con zapatillas de correr y la primera camiseta y pantalón corto que pillé del armario de mis partidos de fútbol.
Vi aquellas mini pistas con moqueta que parecía césped artificial, cristaleras por la parte de atrás y los laterales, verjas a la mitad de pista …no dejaba de sorprenderme con cada detalle.
Un conocimiento básico de las reglas.
Me comentaron las reglas básicas del deporte,desde el saque hasta los rebotes del cristal y las situaciones en las que el punto era bueno o malo,todo una locura para mí,bastante tenía con saber coger la pala.
De lo malo malo,hay que decir que el partido para mi parecer no salió del todo tan mal, aunque pensándolo ahora fríamente me imagino lo que pensaron las otras 3 personas viéndome jugar cuando ellos se veía que eran avanzados en un deporte nuevo para mí.
Si bien, pese a todo hacia muchísimo tiempo que no salía tan contento después de practicar un deporte. Para tanto fue que llegué a casa y me empecé a interesar más por el deporte y ver numerosos vídeos de pádel para empaparme bien de él.
Adios fútbol sala, hola pádel
Los partidos se sucedieron casi a diario,deje el fútbol sala que era lo que estaba practicando,me hice socio de aquel club y ellos cada día me facilitaban partidos con gente que no conocía que estaba en mi nivel, por lo que todo fue sobre ruedas.
Desde aquel momento quedé prendado de ese deporte hasta el día de hoy .
Jugar con el número 1
Recuerdo con alegría que un fin de semana en el club que había justo al lado de donde yo iba y que se iba a inaugurar venían a hacer un partido de exhibición profesionales del deporte de la talla de Juan Martín Díaz (por aquel entonces número 1 ) Maximiliano Sánchez,Daniel Sanyo Gutiérrez y Agustín Gomez Silingo.
Tuve la suerte de jugar unos tanteos con cada uno de ellos y disfrutar del partido entre los 4.
De todos ellos me maravilló por su forma de jugar,reflejos y filigranas Juan Martin Díaz.
Me quedé asombrado de las cosas que se podían hacer con una pala y una pelota.
Por todo ello seguí apostando por el nuevo deporte que acababa de conocer más allá de que porque me empezaba a apasionar cada partido que jugaba eran 90 minutos de risas y alegrías con todo tipo de gente y edades .
Ya son 13 años disfrutando del pádel de forma federada y aprendiendo de los que más saben .
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