Apenas un minuto separó la gloria de la decepción. España consiguió remontar el gol de Ricardinho en el primer minuto pero se dejó empatar en el último. En la prórroga, un lanzamiento de diez metros de Bruno Coelho a falta de 50 segundos le dio la victoria, y su primer título continental, a Portugal. Se une así a Italia, Rusia y la propia España como únicas campeonas de Europa en las once ediciones disputadas.
El partido comenzaba de la peor forma posible. Un fallo de Miguelín en campo propio lo recogía Ricardinho. El mago se acomodaba el balón a su pierna izquierda y soltaba un latigazo a la escuadra, imposible para Paco Sedano. Una vez más los errores defensivos condenaban a los españoles, como les pasase contra la débil Francia el día del debut.
Portugal, la única selección que había ganado todos sus encuentros hasta la final, se ponía delante en el marcador. Enfrente, una selección española con mucha más experiencia en finales pero todas las dudas en un torneo que no había terminado de ser bueno, más allá de momentos puntuales contra Kazajistán. La buena noticia para los españoles, que aún quedaban 39 minutos por delante para remontarlo. La otra buena noticia sería que Portugal, más allá de una ocasión de Bruno Coelho (en una nueva pérdida española) y un tiro de Ricardinho desde 35 metros que a punto estuvo de sorprender a Sedano, no inquietó en la primera parte.
La mala noticia para España fue nuevamente su poca mordiente en ataque, habitual en este torneo, pero sorprendente para un conjunto con tanto potencial. Posesiones largas sin finalizar. No sería hasta que restaba poco más de un minuto para el final que Tolrá, en una combinación con Lin, metía la puntera con delicadeza para superar la salida de André Sousa.
La segunda parte comenzó con el dominio español, que disfrutaban de ocasiones por medio de Miguelín y Pola, que fallaba a puerta vacía. Respondía André Coelho con un chutazo al larguero. Tras un intercambio de goles, el 1-2 para España llegaba, una vez más, a balón parado. Una falta botada por Miguelín, un mal bloqueo y una defectuosa colocación del portero, lo aprovechaba solo Lin al segundo palo para poner en ventaja a los españoles. Perdonó el propio Miguelín la sentencia en un lanzamiento de diez metros que se estrelló en el travesaño. Y una vez más, como el día de Kazajistán, el portero jugador, esa situación de la que sacábamos pecho siempre por nuestra gran defensa, nos devolvía la igualada en el marcador prácticamente en el último minuto. Una jugada trenzada por Portugal a la perfección lo aprovechaba Bruno Coelho en boca de gol.
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A moment they will never forget! ?? @selecaoportugal lift the trophy! ? pic.twitter.com/iQ1x7PWjXs
— UEFA Futsal (@UEFAFutsal) February 11, 2018
Ninguna selección se atrevía en ese minuto a jugar de cinco. El partido estaba abocado a la prórroga, y ahí estuvo nuestra sentencia. Con las faltas acumuladas como una losa, los equipos atacaban con el freno de mano puesto. Sin embargo, disfrutaría España de otra ocasión para adelantarse, pero el remate de Bebe se estrelló nuevamente en el palo. Poco después una caída de Ricardinho con Pola dejaba al portugués KO, y cuando todo parecía abocado a los penaltis, una falta inocente de Solano en campo contrario, la sexta de equipo, la aprovecharía Bruno Coelho con un lanzamiento magistral para establecer el 3-2 definitivo. No le pesó la responsabilidad al luso y con un tiro perfecto abajo batía a Paco Sedano. España atacaba de cinco a la desesperada, y aunque hubo una buena ocasión, no dio tiempo a más. Portugal era campeona.
Imagen destacada vía uefa.com
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