México tiene a su primer campeón femenil profesional, las Chivas del Guadalajara, pero el camino del fútbol femenil en México no ha sido fácil y aún tiene mucho por recorrer.
En diciembre del 2016 surgió la iniciativa de empezar una liga profesional para mujeres. Todos los equipos de primera división deberían contar con una contraparte femenina. Las condiciones eran que debían tener 21 jugadoras, cuatro sub-17, dos libres de edad, el resto, sub-23 y únicamente nacidas en México, aunque en un inicio, estaba la promesa de incluir mexicanas nacidas Estados Unidos, al final, sería descartado. El inicio del torneo sería en mayo del 2017.
Si algo caracteriza al fútbol mexicano es la corrupción y el poco interés que se tiene el fútbol femenil. Así, los equipos eran tomados por sorpresa, pues no contaban con un trabajo base en divisiones para mujeres. Las redes sociales se llenaron de convocatorias a visorias para conformar los equipos. La fecha de inicio ya estaba cerca, pero los equipos aún no estaban listos. Comenzaron los problemas: salarios bajos, condiciones injustas, discriminación y demás, aunque al final todo fuera un “mal entendido”.
Ante esta situación, la FEMEXFUT decidió hacer un torneo más corto: la primer Copa MX Femenil. El campeón de dicha justa fue el Pachuca. El torneo dejó ver la evidente desorganización y el poco trabajo que aún tenían los clubes, pero también les dio tiempo para mejor.
El 28 de agosto inició la primer edición de la Liga MX Femenil y pasó algo que nadie se esperó: las mujeres tenían un nivel enorme, además comenzó a ser atractivo para la afición. Los gastos de este torneo corrieron por cuenta de la FIFA, por lo que los clubes se daban el lujo de tener entradas gratis (los aficionados abarrotaron algunas localidades, por cierto).
Sí, el fútbol femenil tenía popularidad entre la afición mexicana, pero la gran pregunta es ¿por qué? La gente muchas veces va al estadio a los deportes (que culturalmente están inclinados a lo masculino) femeniles porque es gratis o están guapas, muy pocas veces por la calidad de sus atletas. Esto es porque el lugar de la mujer estos deportes es el de la exhibición.
En México, el fútbol se mueve únicamente por el dinero, la calidad es lo de menos. Desafortunadamente, el fútbol femenil no está exento de ello, por lo que ahora tienen un obstáculo enorme: conservar lo maravilloso de esta primer edición a pesar de la corrupción.
Si bien hubo partidos con costo que se llenaron, como la final con más de 32 mil aficionados y que el boleto rondó los 50 y 25 pesos mexicanos (entre 1 y 2 euros) precio que jamás tendría una final varonil, sigue siendo un precio simbólico. México tiene una tendencia en el espectáculo, si no deja, hay que buscar la forma de que deje, la mejor y más fácil es la sexualización: mujeres sexualmente atractivas que estén dispuestas a enseñar: la lucha libre y el box son grandes ejemplo, no importa que en el deporte seas un fiasco, el chiste es la explotación de la imagen.
Hoy el fútbol femenil mexicano ha llegado a un nivel histórico, se ha materializado la lucha y sueños de jugadoras que dejaron todo por el reconocimiento de las mujeres. Todas y cada una de las integrantes de los 16 equipos han dado lo mejor para sorprendernos, pero el monstruo de la corrupción está ahí, latente.
Otra gran batalla ha comenzado, el siguiente torneo tendrá otra implicación, todas estas chicas que ahora pueden (son) ser profesionales, los cuerpos técnicos deberán proteger todo lo logrado, seguir demostrando que el fútbol femenil tiene gran calidad y sobre todo, no permitir que el ansia económica de la corrupción destruya su fútbol, por supuesto, también será tarea de los aficionados que realmente respetamos y valoramos su juego.
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Foto por, the18.com
