La temporada del Athletic de Bilbao en el primer proyecto de José Ángel “Kuko” Ziganda no está siendo fácil. Las bajas de piezas esenciales en el sistema (Yeray Álvarez en defensa o Iker Muniain arriba) y la dificultad para puntuar en Liga no están dejando al aficionado de San Mamés disfrutar de esta temporada. Les está costando especialmente celebrar goles.
Todavía está por definir cómo quiere atacar el Athletic este año. Tiene piezas para ejecutar varios planes. Por un lado, jugar y atacar a través de la presión, intensidad física y el balón largo, características tan unidas al ADN rojiblanco, podrían ser bien ejecutadas, como años atrás, por bastiones como Aritz Aduriz, Raúl García o Aymeric Laporte. Sin embargo, el nivel de estos se está quedando en mediocre, y no les está ayudando la dificultad de su equipo para hacerles llegar balones en ventaja, debido a una circulación de balón deficitaria que no es capaz de habilitar espacio suficiente para que las bandas den adecuada cobertura de centros al área, que sí pueden aportar a partir del buen toque de Balenziaga, Susaeta o Aketxe. Jugadores como Beñat, Íñigo Córdoba o Markel Susaeta pueden constar entre líneas para subir un escalón la posesión y acercar al equipo al área, haciendo que los centros salgan desde más cerca de la portería rival. Precisamente, en el partido del domingo ante el Villarreal vimos una franca mejoría del ataque del Athletic cuando el propio Susaeta entró al campo y dio aire a la mediapunta. Una mediapunta que ha sido abandonada por un Muniain muy adaptado a la misma y cuya baja está incidiendo especialmente en estos problemas del ataque bilbaino.
Para mejorar, todavía se pueden buscar opciones. Una, mezclar el juego. El domingo vimos a Mikel San José y a Ander Iturraspe con muchas dificultades para crear triángulos de pase, limitándose a una presión alta que, cuando era superada por la circulación amarilla, desequilibraba sobremanera al colectivo. Así, un mayor papel de Beñat como contrapunto a la preponderancia física debe sentarle bien al Athletic. Y, por supuesto, apostar por Iñaki Williams. El cachorro se ha hecho mayor y, en espera de una mejoría en la toma de decisiones, su potencia física y velocidad deben ser pilares sobre los que apoyarse Ziganda para construir un ataque que llene San Mamés de vibración y victorias.
Foto: elconfidencial.com
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