La temporada para el Alcorcón ha llegado a su fin. Nadie se esperaba por las dificultades por las que los alfareros han tenido que pasar hasta llegar a la salvación. Y es que ha sido en la ultima jornada cuando han podido hacerlo realidad. El curso pasado terminaba de una forma excepcional, tras estar toda la campaña con opciones reales de playoff, se lo jugaron en la última jornada. En esta 2016-2017 han estado peleando también hasta el último partido, pero justo por lo contrario. Con la temporada pasada acabada, en Alcorcón se respiraban aires de esperanza.
Tenían un técnico que ya había manifestado sus intenciones de seguir, y una plantilla con nombres importantes que también se suponían parte del proyecto. Un proyecto que desde la llegada del belga Ronald Duchatelet en 2014, se basaba en el ascenso a Primera División a medio plazo, en 4 o 5 años se llegó a comentar desde la dirección. El empresario belga convertido en máximo accionista del club, es también poseedor de varias entidades mas. El Carl Zeiss alemán, el Charlton ingles, el Ujpest hungaro y el Sint Truidense belga. Además fue dueño del mítico Standard de Lieja del que se deshizo en 2015. Casi dos años después de su llegada, nombraría a Ignacio Legido como presidente del club, ante las dificultades de estar en Alcorcón debido a sus múltiples compromisos.
Espantada
Poco tardaron en desmoronarse las esperanzas, en Junio, la piedra angular del proyecto, Juan Ramon Lopez Muñiz anunciaba su marcha al Levante. La noticia cae como una bomba en Alcorcón, y es que el técnico asturiano no se marchaba solo. Nombres muy importantes como Natxo Insa, Campaña o Chema Rodríguez acompañarían al técnico en su nueva andadura. Desbandada absoluta, ya que hasta una veintena de jugadores abandonarían la entidad.
Pero hay un caso cuanto menos curioso, el del central togolés Dakoman Djene. El joven había cuajado una excepcional temporada y estaba siendo seguido incluso por varios equipos de Primera División. Betis y Real Sociedad entre otros, estaban detrás de el, pero sorprendentemente fue traspasado al Sint Truidense, propiedad casualmente de Duchatelet. Muchas caras nuevas llegaron pero no parecían a priori mejorar lo que se había dejado escapar. Antes de todo esto parecía que el ”modus operandi” de temporadas pasadas en las que se desmantelaba el equipo literalmente, ya no se vería en esta. Pero resulto ser más de lo mismo.
Cambio de identidad
En Alcorcón no ganaban para disgustos. A todo lo anterior y con motivo del 45 aniversario del club, se anunciaba por sorpresa el cambio del escudo. Esa seña de identidad de todo equipo, ese detalle que los jugadores se besan mostrando su orgullo al club al que pertenecen. No fue un retoque no, fue un cambio radical, porque poco queda del histórico símbolo anterior. Al marketing, progreso, y ‘dar un aire fresco’ se agarro el club entonces para justificarlo, pero la realidad es que la afición se mostró muy enfadada por las formas, sin consulta ni aviso previo. Ignacio Legido dijo entonces que ‘queremos ser el Liverpool del sur de Madrid’, de momento por clasificación, el Alcorcón se ha quedado en el Burnley ingles.
Primera vuelta irregular
El encargado de dirigir la nave alfarera fue Cosmin Contra. El técnico rumano tenia ante si la difícil papeleta de intentar ensamblar un equipo ya hecho, con la dificultad de no haber sido participe de la confección del mismo. Ya en pretemporada se empezó a vislumbrar por lo que el plantel amarillo iba a tener que pasar. No llegaban los resultados y con el comienzo de la temporada la cosa no mejoró. Se empezó el curso en Santo Domingo frente al Huesca de Anquela empatando a cero. Luego perdieron frente al Levante (2-0) y volvieron a empatar con el Numancia en Soria (1-1). La primera victoria llegaría en la cuarta jornada frente al Nastic por la mínima.
El juego de mano del rumano no convencía y pronto llegarían las críticas. Mientras tanto se iban pasando rondas en Copa del Rey, pero no fue suficiente. En el mes de octubre y tras eliminar al Elche en el torneo del KO, Contra era destituido con 9 puntos tan solo en el casillero, habían pasado apenas dos meses desde el inicio de temporada y se avistaba la tormenta en el horizonte. El encargado de coger las riendas fue Julio Velázquez, que rescindió su contrato con el Os Belenenses portugués.
De la mano del entrenador salmantino el juego y la actitud del equipo mejoro notablemente, pero los resultados no terminaban de llegar. De ahí en adelante el Alcorcón entraría en una irregularidad absoluta. Prueba de ello son las jornadas 15 y 16. En la 15 el Alcorcón visitaba el Ramón de Carranza, estando aun inédito en lo que a victorias a domicilio se refería. Se llevaron una goleada de tierras gaditanas (4-1). En la jornada siguiente recibieron al Oviedo en Santo Domingo con las alarmas ya encendidas. Los ovetenses llamados a pelear por el ascenso cayeron derrotados por (5-1), inexplicable tal descompensación de juego y resultados de una semana a otra.
Los alfareros seguían viviendo de las rentas que le dejaba la competición del KO, eliminando a todo un primera como el Espanyol de Quique Sánchez Flores y al Córdoba, plantándose así en cuartos de final. Pasaron los partidos y los amarillos no mejoraban sus pobres números anotadores, llegando a la ultima jornada de la primera vuelta visitando Lugo. En el Anxo Carro tampoco cambió el guión, perdiendo por la mínima y quedaron a un solo punto de puestos de descenso. Casi apeados de la Copa del Rey (seria eliminado tres dias después) por el Alaves, los alfareros lo tenían muy complicado ya por entonces para salvar la categoría.
Mercado de invierno.
Como todos sabemos el campeonato da otra oportunidad en enero para enmendar errores pasados o para mejorar lo ya existente. Pues bien, el Alcorcón entendió que todo iba bien. Ya había serios avisos de desastre y tres jugadores de la plantilla se encontraban apartados. Iván González, Luís Fernández y Manuel Sánchez no contaban para Velázquez y se entrenaban al margen del equipo. Finalmente los tres abandonarían el club en dicho mercado. Desde las oficinas alfareras se hicieron tan solo tres incorporaciones. El argelino Fouer Kadir procedente del Getafe en el cual no jugaba, el montenegrino Marko Bakic cedido por el Sporting de Braga y el camerunés Lucien Owona procedente del Villanovense de Segunda División b. Pese a la falta de gol, el club no incorporaría a ningún delantero. Seguiría contando con sus dos arietes puros hasta el momento, un David Rodríguez venido a menos y un Álvaro Giménez casi inedito hasta esa fecha.
Segunda vuelta de infarto
El Alcorcón no empezó nada mal la segunda vuelta. Con el comienzo de la misma vendría la primera y tardía victoria a domicilio. Fue en la visita al Huesca, y el único gol del partido lo firmó el central David Navarro. Pero esta victoria resultaría ser humo. En los siguientes 7 encuentros los alfareros conseguirían tan solo dos puntos, algo que les haría entrar en una verdadera crisis. Lo malo de esto es que se habían enfrentado a rivales directos por no descender como Almería, Córdoba, Elche y Nàstic, no consiguiendo la victoria frente a ninguno de ellos. Fue ante otro rival directo, el Mallorca al que lograron doblegar por la mínima, pero no era suficiente para salir a flote.
Posteriormente perdieron ante el colista en Miranda de Ebro, haciendo lo propio en casa con el getafe. Situación critica que no hizo más que agravarse con el empate cosechado en Reus y con una nueva derrota en casa frente al Cádiz. Así se llegaba a las seis ultimas jornadas. Con el agua al cuello y con casi pie y medio en segunda División b. El partido en Oviedo supuso un punto de inflexión para la Agrupación. Velázquez tomo entonces una serie de decisiones que serian clave para el cambio de rumbo del equipo. Para empezar cambió de sistema defensivo e incorporó un zaguero mas a su ya clásica defensa de 4. También relego al banquillo a hombres importantes como el capitán Oscar Plano, y al goleador David Rodríguez. La jugada salio a la perfección, el partido es verdad que podía haberse decantado para ambos lados, pero fue el Alcorcón el que se llevó la victoria por 0-1 con un gol de Álvaro Gimenez que no desperdicio su oportunidad.
Los alfareros tomaban un aire esencial en esos momentos. En el siguiente encuentro recibieron al Rayo Vallecano al que derrotaron por 2-0, empatando sin goles en Girona en su desplazamiento posterior. Tres resultados consecutivos sumando que fueron decisivos para la salvación final. Pero la pesadilla no había terminado aun, ya que recibieron al Tenerife a falta de tres jornadas para el final de la liga y cayeron derrotados por 3-1. Esta derrota sumada a los aciertos de sus rivales directos hacían que los amarillos no salieran de puestos de descenso. Dos jornadas quedaban tan solo y en su visita al UCAM Murcia tenían por primera vez opciones reales de descender.
Fue un partido a todo o nada. Unos 400 aficionados se desplazaron a Murcia para apoyar a los suyos y el equipo volvió a responder. En otro partido agónico volvían a ganar por la mínima con un gol de Pablo Pérez y con un Iván Alejo en plan estelar. Este resultado subía a la palestra una jornada final de infarto, ya que hasta 4 equipos estaban implicados en la lucha por no descender. El ultimo encuentro se jugo en Santo Domingo frente a un Lugo que no se jugaba nada pero que se tornaba peligroso.
La afición volvió a responder recibiendo al equipo antes del duelo y llevándolo en volandas durante todo el choque. Finalmente los locales se impusieron a los gallegos por 3-0 con goles de Giménez, David Rodríguez y Toribio. Final de la agonía de una temporada para olvidar. La fiesta fue mayúscula, quizás porque en Alcorcón habían sufrido sin esperarlo y sin estar acostumbrados. Ahora habrá que ver donde y como caen repartidas las responsabilidades, y si la entidad amarilla hace autocrítica, algo de lo que andan escasos últimamente en sus oficinas. Lo que esta fuera de toda duda es que los alfareros no dejaron jamás de creer, y no se puede reprochar que no hayan luchado ”hasta el ultimo minuto del ultimo partido”.
Imagen destacada: adalcorcon.com
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