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Año 0 después de Totti

 “Acta est fabula, plaudite” (Aplaudid, la función ha terminado) son las palabras que el primer emperador de Roma, Augusto, dijo en su lecho de muerte y con las podríamos despedir  al último emperador Romano, Francesco Totti.

fuente: dagospia

El 27 de septiembre de 1976 nacía Totti en la Ciudad Eterna, sin ni siquiera imaginarse la vida que le esperaba, una vida que le iba a llevar a ser el emblema de una ciudad gracias a un balón y el amor a unos colores, y es que Totti ha pasado 28 de sus 40 años ligado al club de sus amores y de la ciudad que le vio crecer y de la que jamás se separó.

Totti empezó a conocer el fútbol en el equipo de su barrio, más tarde al descubrir su don con el balón, ingresó en las categorías inferiores de la Roma en 1989 a los 13 años después de rechazar una oferta del Milan, 3 años después empezaba la leyenda. El 28 de marzo de 1993 Totti debutaba con el primer equipo de la Roma a la edad de 16 años, a los 20 ya era capitán de uno de los clubes más importantes de Italia y una figura importante en la ciudad, tenían un nuevo gladiador, un jugador que ilusionaba a un club al cual su dimensión no le correspondía su palmarés, un tipo humilde con el que identificarse, sin estudios, del pueblo, que siempre se rio de si mismo e incluso llegó a escribir un libro de chistes sobre él para fines benéficos, ahora en su adiós, es el Emperador sin discusión de la ciudad.

fuente: the18

Nos deja con 5 títulos bajo el brazo para la Roma, 1 mundial, 1 juegos olímpicos y una infinidad de premios individuales, que pudieron ser más, de haber aceptado la oferta que el Madrid le puso sobre la mesa, pero que rechazó siendo uno de los últimos emblemas contra el futbol moderno, vestir en 782 ocasiones la camiseta de la Roma, con la que ha marcado 306 tantos, abalan la trayectoria de un futbolista que después de fracturarse el peroné declaró “volveré más fuerte” y vaya si lo hizo. Estuvo 67 días de baja, fue pieza clave para conquistar el Mundial de Alemania esa misma temporada y al año siguiente se llevó la bota de oro con 26 goles como máximo goleador continental hazaña solo al alcance de un futbolista que parecía estar tocado por los dioses.

Pero Totti se lleva mucho más que todos aquellos trofeos que ganó o pudo ganar de haberse ido a otro club, se lleva en el recuerdo haber hecho campeón de Italia a su Roma en el 2001, casi 20 años después de la última en la temporada 83-84, se lleva el respeto y las ovaciones de todas las aficiones de Italia en su adiós, incluida la de la Lazio, el reconocimiento de una afición, de una ciudad, de un país y de todo el planeta.

Y es que en su despedida, Totti se humanizó. El ahora ya Emperador Romano declaró sentir miedo ante un Olímpico a reventar, ante miles de mujeres y hombres que en su día eran niños con su misma ilusión y que ahora, llevan a sus hijos a despedirse de su héroe, un héroe que ahora es leyenda.

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