Psicología Deportiva

Futbolistas expatriados, una mirada desde Uruguay

Expatriados

El fútbol uruguayo parecería ser un verdadero milagro. Repetidamente las personas se preguntan cómo desde un país tan pequeño, con poco más de tres millones de habitantes,  anualmente se exportan varias decenas de jugadores. La gran mayoría de los jóvenes futbolistas sueñan con poder jugar en el exterior, lo que implicaría un futuro económico prometedor para ellos y sus familias. La expatriación, como suele llamarse actualmente desde la psicología del deporte a este proceso de migración, implica varios aspectos que habitualmente no son considerados al momento de soñar con ellos. Ser expatriados lleva aparejado una ardua tarea psicológica.

La expatriación es un acontecimiento que suele ocurrir en edades tempranas. Algunos jugadores se casan, en ocasiones apurando una decisión que quizás no hubieran tomado de no cambiar sus circunstancias actuales, con la finalidad de estar acompañados en su nuevo destino, otros emigran con sus familias o algún integrante de ellas y hay quienes lo hacen solos.

El trabajo psicológico con estos deportistas debería incluir la preparación para estas circunstancias, algo que no es habitual por estas latitudes. En primer lugar porque aún no está instalada la figura del psicólogo del deporte como integrante de las instituciones deportivas, por lo que es muy difícil que los jugadores tomen en cuenta estos aspectos, y por otra parte, sus representantes o contratistas, tampoco atienden a estas cuestiones.

Son numerosos los jugadores que al momento de alejarse del país, no han tenido la experiencia de subirse a un avión y tampoco hablan una segunda lengua, lo que genera desde el vamos miedos que llegan en ocasiones a descartar la posibilidad de salir a probar suerte en el exterior. Como contrapartida hay jugadores que han dejado el seno familiar en su adolescencia temprana, que han nacido en poblaciones alejadas de la capital del país que es donde mayoritariamente se encuentran los equipos de las primeras divisiones del fútbol profesional, que ya conocen una pequeña parte de ese camino que recorrerán al irse a jugar el exterior. Aunque las distancias entre poblaciones dentro Uruguay son muy cortas en comparación con otros países por lo que no es difícil que puedan ver seguido a sus familias de origen. Para tener una idea, desde Montevideo, la capital, al sur, y el punto más al norte, el más alejado, hay unos 600 km.

Desde la preparación psicológica hay una serie de puntos que deberían incluirse como forma de prevención de una mala experiencia. Si bien es cierto que hay ocasiones en que un futbolista es avisado de su venta o préstamo al exterior con un pequeño margen de tiempo antes de la partida, por lo cual no hay posibilidades de una larga preparación, sería importante que el jugador se familiarizara con variados aspectos de su nuevo destino. Cosas que quizás parecerían banales, que por ser parte de la cotidianidad no suelen pensarse en demasía, como ser la forma de alimentación y los tipos de alimentos propios del lugar, las costumbres básicas de horarios, transporte, la jerga futbolística local, entre otras, deberían conocerse con antelación al viaje. Y ni que hablar de cuestiones aún menos visibles como son los valores y costumbres arraigados de la nueva cultura en la que se insertarán. Esto quizás permitiría una mejor adaptación. Y no es un tema menor, ya que no son pocos los que vuelven pronto al país por no lograr justamente adaptarse a su nueva vida.

Los cambios culturales traen aparejados movimientos internos que solo las personalidades fácilmente adaptables pueden sobrellevar sin mayores dificultades. Para otras, en cambio, podría llegar a convertirse en un verdadero caos. Cada cultura tiene su propia estructura de patrones culturales, lo que a un nativo le es totalmente natural, no así a un extraño. Sucede habitualmente que el jugador necesita mantener costumbres propias para no sentirse tan alejado de su patria y su familia, pero eso debe mantener un equilibrio con el irse adaptando a la nueva sociedad a la que pertenece.

Es necesario tomar en cuenta que existen dos momentos bien diferenciados del día a día en la nueva vida, uno que corresponde a los entrenamientos o partidos y otro, bien distinto, como lo es el resto del día y la semana. Los entrenamientos, las concentraciones, los viajes y los partidos, las rutinas pre y post… seguramente sean muy parecidas a lo que está acostumbrado el jugador, pero lo realmente importante para trabajar en prevención, desde lo psicológico, son esos otros momentos en los cuales la persona llega a su casa y está solo. Entonces, son justamente esos lapsos del día a día que quizás hagan la diferencia entre alguien que pueda adaptarse mejor y por ende rendir más en su nuevo equipo.

Finalmente, lograr el máximo rendimiento posible de un deportista es uno de los principales objetivos que se plantea la psicología del deporte.

Nota: Se pueden ver cifras correspondientes a la expatriación de futbolistas uruguayos en 2016 en: http://www.referi.uy/en-2016-se-fueron-108-jugadores-uruguayos-al-exterior-n1015130

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Fuente de imagen: Wikimedia Commons

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