Saracens con su victoria de hoy repite el título conseguido el año pasado, por contra Clermont no ha podido estrenarse como campeón, tras haberlo intentado también el 2013 y 2015.
Un dato para reflexionar sobre los galos es que de sus nueve últimas finales disputadas, desde el año 2000, solo ha ganado una. Para los dos equipos era su tercera final en la Champions Cup, pero los objetivos de uno y otro eran desde luego muy distintos, unos repetir título, los otros inscribir su nombre en el palmarés en la máxima competición.
Murrayfield presentaba un aspecto impresionante, 55.000 espectadores, tal como ha de ser en una cita como esta, digna desde luego del estadio escocés. La salida de los equipos por ese túnel ha sido recibida con auténtica locura, sólo con eso ya se presagiaba una buena tarde de rugby.
El quince francés sabía que tenía el apoyo de su afición tanto en la grada como en su ciudad, el centro de Clermont-Ferrand era una extensa marea amarilla, aunque su equipo había cambiado ese color por el azul.
Para completar el espectáculo, el encuentro fue arbitrado por Nigel Owens, considerado uno de los árbitros del mundo, y permitan que añadamos el más ingenioso y divertido, con un ácido sentido del humor, pero que para nada hace que quien está en el terreno de juego cuando el dirige un partido, sea capaz de faltarle al respeto o cuestionar su autoridad.
Dicho esto, vamos al partido en sí. Saracens, que hoy vestía de rojo salió a por todas, no dejó que Clermont tuviera el balón, y mantuvo al quince francés entre la linea de ensayo y la de veintidos durante bastantes minutos, pero el primer ensayo pudo haber sido para el equipo de Auvernia, si no es por un error. Pero la insistencia de los “sarries” con su juego de delantera llevados de la mano de un incomensurable Billy Vunipola, a la postre hombre del partido, dio sus frutos y por medio de Ashton consiguió el primer ensayo, que no puedo transformar Farrell ni tampoco un golpe de castigo posterior, y que habría puesto a su equipo con mayor ventaja y que se quedó en un 5-0.
Poco cambió el partido, Clermont encerrado en su campo, la delantera “sarracena” insistía una y otra vez, y de nuevo pudo sacar una balón claro y limpio que fue magistralmente jugado por su línea de tres cuarto y anotar el segundo ensayo por medio de Kruis, y ahora sí el “10” inglés transformó y dejaba el marcador en un 12-0 bastante claro y esperanzador para Saracens. El juego de Clermont seguía atascado, sin continuidad, sin fuerza, superado cada vez por la regularidad y buen hacer de su oponente quien parecía aumentar la presión y tener un control casi total del partido.
Pero en una jugada aislada, tras una patada del zaguero galo Spedding llevó el oval al terreno rival, que se mantuvo allí durante unos minutos y en la salida de una melé, Morgan Parra consigue dar juego a su línea y Lamerat posando la pelota en la zona de ensayo, anota el primero para Clermont, que transforma Parra y acorta distancias en el marcador que señala un 12-7, a favor de los ingleses. El resto del primer tiempo fue un intercambio constante entre ambos equipos y podía haber cambiado algo el signo del encuentro si Camille López no hubiera fallado un drop.
Se inició el segundo tiempo de forma similar al primero, juego dominado por los ingleses, atascados los franceses en su veintidos, y golpe de castigo que anota Farrell, y amplia en tres puntos la ventaja y parecía poner de cara la final para su equipo, y decimos parecía por que en la posterior jugada Spedding sale con balón a la mano desde su línea de ensayo y tras una jugada al mejor estilo “bleu” ensayo de Abendannon y convierte Parra, era el minuto 53 de partido y la diferencia de un solo punto. Parecía que el resto del partido iba a ser disputado y emocionante, y así fue. Pero Clermont no era capaz de asustar a su rival, solo en alguna jugada muy aislada.
Farell y Parra anotaron sendos golpes de castigo, el marcador era ahora de 17-18 para los sarracenos, y podían haberse adelantado los franceses en una buena jugada que no supieron finalizar por un absurdo adelantado.
De nuevo el oval para los hombres que hoy vestían de rojo, con una labor de delantera encomiable, sobre todo, tal y como hemos apuntado por parte del pequeño de los Vunipola, que aparecía en todas y cada una de las jugadas de su equipo. Saracens controlaba el partido, llevó el juego donde quería, insistía una y otra vez y el ensayo no tardó en llegar, esta vez por parte de Goode, se ampliaba la ventaja, y más con la conversión de Farrell, y posteriormente con otro golpe de castigo que esta vez tampoco falló. El resultado era ya muy favorable para los ingleses, 17-28 que a la postre fue el que reflejó el marcador al final del macht.
Clermont no pudo llevarse el título, no haremos especulaciones porqué no es nuestra labor, pero por momentos parecía que le pesaba el hecho de jugar de nuevo otra final y poder perderla. Saracens hizo su partido, serio, trabajado, elaborado, se llevó el triunfo y el título, a nuestro parecer muy merecido.
Enhorabuena a “the Sarries“.
Permitannos una pequeña anécdota. Damian Penaud, centro de Clermont, es hijo de Alain Penaud, quien en 1997 ganó la entonces denominada Heineken Cup con el Brives.
Foto vía: Twitter oficial ChampionsCup.
FICHA TÉCNICA:
17 – Clermont: Spedding (Fernández), Streete, Rougiere (Penaud), Lamerat, Abendannon, Lópe, Parra (Radosavijevic), Yato (Lapandry), Lee, Choly, Vahaamahina (Jedrasiak), Iturria, Zirakashvili (Jarvis), Kayser (Ulugia), Chaume (Falgaux).
28 – Saracens: Goode, Ashton, Bosch, Barrit (Taylor), Wyles (Lozowski), Farrel, Wigglesworth (Spencer), Wry (Burguer), B. Vunipola, Rhodes, Kruis, Itoje (Hamilton), Koch (P. du Plessis) George (Brits), M. Vunipola (Lamositele).
Marcador: Clermont dos ensayos, Lamerat y Abendannon, y Parra una conversión y un golpe de castigo. Saracens: tres ensayos, Ashton, Kruis y Goode, y Farrell, dos conversiones y tres golpes de castigo.
Árbitro: Nigel Owens, sin incidencias ni exclusiones.
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Por desgracia no pude ver la final.
Ahora, después de leer esta crónica, es como si la hubiera visto.
¡Felicidades, @campese56 !
Gracias por tu comentario y otros que has hecho en dias pasados, la verdad fue un buen partido, lastima que no pudieras verlo, pero todavia queda buen rugby esta temporada.
Te felicito Julio. Triste por una ciudad y su región volcánica que viven este deporte intensamente, como se pudo ver en la retransmisión, con la plaza de Jaude, completamente llena. Estuvieron mejores los Sarracens, sin duda. No obstante, los dos medios franceses, cuanto hijo de emigrante español hay y ha habido en el rugby francés! me siguen pareciendo de gran calidad tanto para Clermont como para la selección francesa, aquella que siempre esperamos que nos vuelva a enamorar.
Gracias por tu comentario, y estoy totalmente de acuerdo contigo sobre los medios de Clermont, fantasticos; los “bleus” necesitan hombres como ellos para devolvernos el “rugby champagne”