Rafa Nadal ha derrotado al austriaco Dominic Thiem por (8)6-7 4-6 en la final del Mutua Madrid Open para colocarse el cuarto del mundo en la ATP.
Madrid, capital del tenis, capital del deporte, capital de la calidad. Madrid, la ciudad más importante de nuestro país en cuanto a lo que a este tipo de celebraciones se refiere, se ha vuelto a vestir de gala un domingo más en mayo para recibir a dos de los mejores representantes del circuito masculino, dos chicos que tenían mucho por contar en la Manolo Santana.
Ante la atenta mirada de unas 12.000 personas que abarrotaban la pista central de la Caja Mágica, Rafa Nadal y Dominic Thiem, dos especialistas en tierra batida, saltaban a pista para batirse en duelo. No existía un clima mejor, un viento más adecuado, un momento más idóneo para jugar al tenis en toda la semana. Era la hora más esperada por todos, y esta no iba a decepcionar ni mucho menos.
Ya desde los primeros instantes se les vio tensos a ambos. Nadal sabía que debía mantener la calma, no alterarse ni dejarse dominar por este joven de 23 años que había sido capaz de plantarse ya en la pasada final de Barcelona. Sin embargo, esta calma le jugó una mala pasada y le provocó que tuviese que cambiar el planteamiento por completo. Thiem lanzó un par de derechas mágicas que metieron presión al manacorí y se colocó 2-1 arriba con break incluido.
Era la segunda vez en estos dos días en los que Rafa perdía su servicio. Eran demasiados los momentos en los que las bolas del nuestro se quedaban cortas, perfectas para que su contrincante pudiese acabar con estas y llevarse el punto sin casi problemas.
Pero son en estos momentos en los que peor está nuestro estandarte tenístico, cuando saca la bestia que lleva dentro de sí. De manera consecutiva se llevó los siguientes tres juegos, incluyendo una rotura clave que le salvaría el primer parcial. Acto seguido, después de haberse llevado su saque el austriaco, metió presión y llegó a colocarse 0-40 arriba con triple punto de set.
En ese mismo instante, el pequeño aspirante se lanzó al cuello del histórico campeón y le planteó serios problemas. Todo un vendaval de golpes invisibles para Rafa inundó la pista durante cuatro puntos consecutivos. Los ‘Winners‘ se sucedieron y lo fueron conduciendo poco a poco a demorar la manga hasta mucho más de lo esperado.
La muerte súbita esperaba, esperaba ansiosa regalar el parcial a alguno de los dos, a aquel que más lo mereciese. Por momentos, este pudo ser el joven, pero la entereza de Nadal lo llevó a salvar en dos ocasiones el punto de set. Tal fue la igualada que este se tuvo que extender hasta 18 puntos y hasta un esfuerzo sobrenatural del balear para alzarse con el inaugural. Un error de Dominic puso el 8-10 definitivo y el (8)6-7 que, tras una hora y dieciocho minutos, imperaba en el electrónico.
‘No tengo ni idea‘, contestaba Toni Nadal a la pregunta de si sabía cómo se encontraba su sobrino en esos momentos. Y es que, ni siquiera el acompañante más cercano del ‘Rey de la Tierra‘, tenía la más mínima idea de cómo iba a comenzar su alumno el segundo de los sets. Tan poco se conocía lo que podría ocurrir, que este sorprendió a toda la Caja Mágica rompiendo el saque de su oponente a las primeras de cambio. Thiem no se pudo recuperar en el descanso, y dos bolas profundas del español lo dejaron sin opciones de contestar.
En el segundo de los juegos, el austriaco trató de quebrarle, sin embargo, el bueno de Rafa supo manejar la situación y poner el 0-2 en el marcador. Desde entonces, la ventaja se mantuvo paso a paso. El gran inicio de parcial le había dado al nuestro la solvencia suficiente como para no alterarse durante los siguientes turnos de saque y resto.
El resultado se fue extendiendo sin prisa ninguna. La promesa sabía que lo que se le venía encima no era más que una derrota. El cuatro veces campeón de Madrid tenía la oportunidad de llevarse su quinto trofeo en su novena final, y así terminaría haciendo, pese a que dos errores no forzados y una última inspiración de Dominic le robasen los dos primeros puntos de partido y algún que otro susto al ponerse con cuatro bolas de quiebra a su favor.
Las finales cuestan cerrarse, pero los grandes son los grandes. Toni pedía tranquilidad, ya que conocía la dificultad. Aunque, de todos modos, los grandes saben aparecer cuando deben, y Rafa es uno de ellos. Rafa es distinto, y sabe qué valor tiene todo en cada segundo, por ello sabe cuando apretar, cuando lanzar el golpe definitivo, ese que, una vez más, lo haría campeón. Una dejada de maestro cuando más lo necesitaba le dio la ventaja con 4-5. La grada coreaba ese ‘Vamos Rafa’ tan característico que retumbó en todo el estadio cuando el punto final hizo el resto.
Con esta victoria, se coloca el cuarto del mundo, sigue el primero en la ‘Race‘ de cara al final de temporada en Londres y obtiene de obsequio 1.043.088 euros, mientras que el chico de Gunter Bresnik se queda con medio millón de euros y medio millar de puntos que le ayudan a aumentar su posición en el Ranking hasta la sexta plaza.
Imagen: Eurosport.
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