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Los polos opuestos al final se acaban encontrando

Se enfrentaban en La Rosaleda dos equipos que, en los últimos seis partidos, uno de ellos, el Málaga, había ganado cinco, y el otro, el Celta, casualmente había perdido cinco. Con esos precedentes tan diametralmente opuestos y con el Celta pensando además en otras cosas, ocurrió lo que tenía que ocurrir, y es que los polos opuestos al final se acaban encontrando.

Cómo puede llegar a cambiar el fútbol con una mera sucesión de resultados. Que se lo pregunten a Málaga y Celta. El equipo malaguista suma ya su sexta victoria en los últimos siete partidos, en una racha vertiginosa que parte desde que ganó en el Molinón y que le ha llevado de la decimosexta posición, pasando de coquetear con un posible descenso afrontando un partido a cara de perro con un Sporting al que tan sólo aventajaba en cinco puntos de diferencia, a alcanzar ahora la undécima posición tras superar en la tabla a su rival de hoy, el Celta.

El conjunto vigués lleva una intensa temporada manejando eficientemente el desgaste que suponen tres competiciones y se encuentra ahora totalmente volcado en su histórica cita de las semifinales de la Europa League. Es por ello, por lo que su entrenador, Eduardo Berizzo opta por dar protagonismo a los menos habituales en los encuentros de LaLiga Santander mientras reserva su once de gala para la competición continental, dada su trascendencia. Ello le ha llevado a perder hoy su sexto partido liguero de los últimos siete disputados ante un Málaga que suma y sigue, nunca mejor dicho.

Berizzo volvió a sacar un once repleto de no habituales en Liga: Foto El Desmarque

Málaga y Celta han sido los polos opuestos del espejo en estas últimas siete jornadas. En la jornada 29, con la derrota del Málaga frente al Atlético de Madrid y la victoria del Celta frente a Las Palmas, ambos equipos estaban distanciados por 14 puntos y cinco puestos en la clasificación. Pero cuando un equipo suma 18 puntos de 21 puntos y el otro suma tan sólo tres, dándose la casualidad además de que el Celta ganó precisamente en la única jornada de esa sucesión en la que curiosamente perdió el Málaga (el Celta ganó 0-3 en el Nuevo Los Cármenes y el Málaga perdió 2-0 en Riazor), las matemáticas no engañan y lo que parecía una utopía hace poco al final se ha acabado dando.

¿Han sido tan diferentes pues las temporadas ligueras de Málaga y Celta como para que ahora sean tan parejas, con la del Málaga considerada un fracaso hasta hace no demasiado y la del Celta que sólo se entiende con el gran aliciente añadido de las fantásticas Copa del Rey y Europa League del equipo vigués? Es lo que tienen al fin y al cabo las rachas en el fútbol, donde todo puede pasar del blanco al negro y viceversa en cuestión de unos pocos partidos.

El gol de Sandro se hizo de rogar en este partido: Foto El Desmarque

Centrándonos en el partido que nos atañe, volvimos a ver nuevamente a un Celta poniendo en liza a su “segunda unidad”, término que tanta popularidad parece tener últimamente aunque en este caso no parece ser tan efectiva como la de ciertos equipos. Jugadores más o menos habituales como el portero Sergio Álvarez, los defensas Cabral y Sergi Gómez y el extremo Bongonda se combinaban con otros con apenas una decena de partidos a sus espaldas como Beauvue, Cheikh y Señé para conformar el eje del juego ofensivo del Celta. De referencias ofensivas como Iago Aspas ni se sabía ni se esperaba, por lo que el punta gallego tuvo que faltar a la que podría haber sido una prometedora cita de goleadores, midiéndose a Sandro, en favor de su trascendental choque del jueves en Old Trafford y con la remontada del 0-1 adverso de Balaidos en mente.

El Málaga, con las miras puestas en terminar la temporada lo más arriba posible en la clasificación para los ingresos de televisión queden mermados lo menos posible, sacó un once que aglutinaba a buena parte de los que han comandado en estas últimas jornadas la trayectoria ascendente del Málaga. La gran novedad fue Miguel Torres, que volvía tras su lesión para ocupar el lateral derecho y que en los últimos partidos había ostentado el canterano Luis Muñoz debido a la ausencia de Rosales por lesión. Arriba, el técnico Míchel le dio su confianza esta vez a Ontiveros y Jony para que fueran los puñales en los extremos, siendo especialmente la aportación del canterano constante y esencial en el encuentro.

El joven canterano malaguista Ontiveros fue el gran protagonista del partido: Foto El Desmarque

Jugando el Málaga en casa, con más habituales en su once y con las aspiraciones más volcadas en la Liga que las del Celta, era lógico que el dominio del equipo malaguista se impusiera en el terreno de juego desde el principio. Lo personalizaba, como siempre, Sandro, al que los aficionados malaguistas que se dan cita habitualmente en La Rosaleda no deja de expresarle sus más sinceros deseos de que el canario se quede más tiempo vistiendo la camiseta malaguista y marcando goles partido a partido como últimamente viene haciendo. Hoy no fue menos y también acabó marcando cuando el partido ya encaraba su conclusión, pero presentó diversos intentos para haberlo realizado mucho antes y fue un acertado Sergio Álvarez quien hasta entonces salvó una y otra vez sus distintas ocasiones, como la primera que tuvo lugar en el minuto 11.

Las imprecisiones del Celta le costaban pasar del centro del campo, y cuando lo hacía tampoco era con un peligro real para la puerta de Kameni. El Málaga lo intentó con varios balones parados, incluyendo los potentes centros al área marca de la casa de Luis Hernández, pero no fue hasta el minuto 23 cuando llegó la otra gran ocasión del conjunto malaguista para adelantarse en el marcador, de nuevo en los pies de Sandro y otra vez interceptada de manera esplendorosa por Sergio Álvarez, que sostenía a su equipo y evidenciaba por qué él no forma parte de ninguna “segunda unidad”. No duró la igualdad mucho más tiempo sin embargo, porque en el 26, Ontiveros recibió el balón y se internó en la frontal del área prácticamente sin oposición, para colocarla con un gran disparo allí donde el meta del equipo de Vigo no podía llegar, muy ajustada al palo. Era el 1-0 y una reivindicación más del canterano marbellí, que se está ganando la confianza de Míchel a pasos agigantados.

El gol suponía una losa para un Celta que prácticamente no la había olido hasta entonces. Los encargados de elaborar juego ofensivo como Bongonda y Jozabed se encontraban totalmente ausentes del choque y Beauvue era poco menos que un islote arriba. Tras el gol, sin embargo, el Celta decidió dar un paso adelante y se sucedieron los minutos en los que probablemente los vigueses lo llegaron a intentar con mayor ahínco, especialmente en la figura de un activo Planas. Primero puso un centro potente desde la izquierda que no encontró ningún rematador, y luego, tras una buena apertura con Jozabed, volvió a sacarse de la manga otro centro que tampoco aprovechó nadie. Los centros laterales parecían ser la única opción posible para el conjunto gallego, pero Kameni no tuvo ni que inmutarse al no culminar eficientemente las jugadas.

A cinco minutos del final, un fallo de Lemos dando un pase atrás estuvo a punto de aprovecharlo Sandro que volvió a toparse con el muro de Sergio Álvarez, que lo traía por la calle de la amargura en estos primeros 45 minutos en su obsesión por sumar su decimocuarto gol en liga y su séptimo gol en los últimos siete partidos. Tuvo otra más desde fuera del área pero que en esta ocasión fue desbaratada por Cabral. Terminaba así, con 1-0, una primera parte en el que el nombre propio fue desde luego Ontiveros, que desbordaba con gran talento y había marcado un estupendo tanto. También había destacado Sandro, que intentaba de manera infructuosa batir a Sergio Álvarez allí donde sí que lo había logrado el canterano marbellí. El Celta, de hecho, se mantenía todavía inmerso en el partido gracias a las excelentes actuaciones del propio Sergio.

Al comienzo de la segunda parte, el Celta tuvo la que posiblemente fue su mejor oportunidad de todo el partido. Cheikh recibió una falta muy peligrosa al borde del área y Marcelo Díaz estuvo a punto de aprovecharla con un buen disparo que se fue al palo. Pero apenas dos minutos después, del posible 1-1 se pasaba a lo que tenía toda la pinta de que iba a ser el 2-0. Sandro se internó en el área tras un gran pase entre líneas de Ontiveros y recibió penalti por parte de Cabral. Todo parecía indicar que el canario estaba ante la oportunidad perfecta de marcar su ansiado gol del encuentro en su suma y sigue particular en las últimas jornadas, pero para sorpresa de toda La Rosaleda, fue Recio quien asumió la responsabilidad del lanzamiento desde los once metros. Engañó al portero y puso el segundo tanto malaguista en el marcador. Era el minuto 56.

Es entonces cuando Berizzo realiza el primer cambio del partido, sacando del campo Cabral y metiendo en su lugar a Roncaglia. Y en el 63, llegó otra ocasión para el Celta a través de una falta lateral que Jozabed lanzó y Sergi Gómez remató, pero el lanzamiento no puso en demasiados aprietos a Kameni. El Celta intentaba volver a meterse en el partido y cortar su nefasta racha de derrotas subiendo algo la presión, pero no era suficiente. Y fue además otro mal pase atrás de los vigueses lo que le dio la enésima oportunidad a Sandro de anotar el gol que tanto estaba buscando, sin éxito. Berizzo volvía entonces a mover banquillo retirando a Señé por Hjulsager. Poco después, su homólogo Míchel llevaría a cabo el primer cambio malaguista, metiendo a Juankar en lugar de un Jony al que le faltó más acierto en los últimos metros.

Faltaban ya poco menos de 20 minutos para el término del partido y este se estabilizaba paulatinamente con la diferencia en el marcador. El Málaga, amen de las acometidas de un incansable Ontiveros que intentó desbordar siempre que pudo, optó por esperar atrás con la tranquilidad del resultado mientras que el Celta lo intentaba con lo justo, claramente concienciado de que su guerra no iba realmente con este partido, a pesar de que suponía una buena oportunidad de reivindicación para aquellos no habituales que seguramente no serán de la partida el jueves en la histórica cita ante el Manchester United. No se les veía excesivas ganas ni siquiera de convencer a Berizzo.

Pablo Fornals disputa el balón con Cheikh: Foto El Desmarque

De hecho, fue el técnico argentino del Celta quien se empeñó en animar el encuentro, pero de otra forma muy diferente a la de los cauces deportivos. Pablo Fornals, que no había tenido el mismo protagonismo en este encuentro que sí tuvo en anteriores, realizó sin mucho éxito ante Cheikh una filigrana conocida como “lambretta” que quizás estaba algo de más. Semejante movimiento no pareció sentar demasiado bien de hecho a Berizzo, que lo interpretó como una provocación fruto de la comodidad del resultado, y en la siguiente jugada en la que atacó el Celta y el balón acabó en saque de banda cercano al banquillo del equipo vigués, el técnico aprovechó que Recio pasaba cerca de él y el argentino decidió encararse con el malagueño.

Ello derivó en una tangana bastante poblada por jugadores y miembros del cuerpo técnico de ambos equipos, en la que incluso Luis Hernández, para que la cosa no fuera a mayores, tuvo que acabar apartando a Míchel en su intento de acercarse a la misma. Dicha tangana acabó sancionándose con tarjetas amarillas para Recio y Guidetti (que estaba a punto de entrar en sustitución de Jozabed) y también la expulsión del propio entrenador del Celta, alegando el colegiado que había “golpeado en el pecho y posteriormente pisado en uno de sus pies, todo ello sin una fuerza excesiva o brutalidad” en alusión a su escarceo con Recio. Algunos de los aficionados malaguistas más radicales aprovecharon para meter el dedo en la llaga con cánticos ofensivos en alusión al Celta y su eliminatoria de Europa League con el Manchester United.

Tangana entre jugadores y cuerpo técnico de ambos equipos: Foto El Desmarque

¿De verdad era necesario que se produjera semejante tensión en lo que había sido un encuentro tranquilo y sin especial trascendencia, cuando además no media rencor u odio alguno entre ambos equipos? Desde luego supone una gran mancha para lo que, de otra forma, habría sido un partido inmaculado.

En los últimos minutos del encuentro, Míchel agotó sus cambios dando entrada primero a Keko por Ontiveros, despedido con una ovación cerrada de La Rosaleda por su gran partido, y después a Chory Castro por Fornals. Antes de la salida del canterano castellonense, éste había gozado de una buena oportunidad a centro raso de Keko que Sandro dejó pasar y que Pablo no pudo atinar. Y en las postrimerías del partido, llegó la oportunidad de lucirse tanto para Kameni, que iba a volver a mantener su portería a cero tras haberlo hecho en cinco de sus últimos ocho partidos, como para, por fin, Sandro. El meta camerunés hizo su mejor estirada del partido desbaratando un buen tiro de Beauvue a pase de Hjusalgi, y el canario, que tras numerosos intentos no se hizo esperar más en su cita personal con el gol que ya viene siendo más que habitual en cada encuentro.

Era el minuto 91. Keko realiza un excelente pase en profundidad a Juankar en el área que, sin un buen ángulo de tiro, prefirió dar un pase de la muerte a Sandro para que este batiera a placer por fin a Sergio Álvarez. Ya no quedaba tiempo para La Rosaleda para entonar eso de “que bonitos son los goles de Sandrito”, pero sí para celebrar un triunfo con el que el Málaga conseguía superar en la clasificación al equipo vigués y revertirle incluso la diferencia particular de goles tras el 3-1 de la primera vuelta que supuso el ya lejano debut de Marcelo “gato” Romero.

Uno se pregunta cuánto se ha perdido desde luego en esta temporada con esas diez jornadas desperdiciadas que tuvo el inexperto técnico uruguayo y qué podría haber hecho Míchel en ellas si hubiera llegado entonces y hubiese conseguido poner en liza una dinámica semejante a la que está desempeñando ahora que ya no quedan demasiadas jornadas. Tarea pendiente para la temporada que viene.

Los jugadores malaguistas celebran otro triunfo más en un buen final de temporada: Foto El Desmarque

Por su parte, el Celta sigue acumulando un mal término liguero a una temporada que desde luego ha sido para quitarse el sombrero llevando tantas competiciones para una plantilla que no es desde luego la de los grandes. Se ha quedado a las puertas de la final de Copa del Rey cayendo en semifinales contra el Alavés y está ahora ante la oportunidad de meterse en la final de Europa League si supera su difícil reto contra el Manchester United por el adverso resultado que arrastra del partido de Balaidos. Es un reto para valientes el de Old Trafford y quién sabe si merecerá la pena el haber realizado tanta rotación y el haberse dejado ir en Liga como lo ha hecho el equipo vigués en las últimas jornadas, pero todo quedará en anécdota si consigue vencer en Manchester y meterse en la final a disputar en el Friends Arena de la ciudad sueca de Solna. Boa sorte, Celta.

Ficha técnica

Málaga C.F.: Kameni, Miguel Torres, Luis Hernández, Llorente, Ricca, Camacho, Recio, Ontiveros (Keko, m. 84), Jony (Juankar, m. 74), Pablo Fornals (Chory Castro, m. 89) y Sandro.

R.C. Celta de Vigo: Sergio Álvarez, Lemos (Guidetti, m. 82), Cabral (Roncaglia, m. 59), Sergi Gómez, Planas, Marcelo Díaz, Cheikh, Bongonda, Señé (Hjulsager, m. 70), Jozabed y Beauvue.

Goles: 1-0: Ontiveros (m. 26). 2-0: Recio (m. 56, p.). 3-0: Sandro (m. 91).

Árbitro: Del Cerro Grande del colegio madrileño. Amonestó con tarjeta amarilla al malaguista Recio (m. 83) y a los célticos Lemos (m. 13), Jozabed (m. 30), Guidetti (m. 83) y Cheikh (m. 88). También expulsó al entrenador céltico Eduardo Berizzo (m. 83).

Incidencias: Partido de la jornada 36 de la Liga Santander de Primera División celebrado en el estadio La Rosaleda con una asistencia de 20.552 espectadores.

Foto destacada: Málaga Club de Fútbol

Vídeos de @AdriCanLoz para Sexto Anillo.

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