Ganas, intensidad o, si me lo permiten, hasta cojones. Eso es lo que le falta a toda la primera plantilla del Córdoba CF últimamente, algo muy distinto respecto al filial, el cual ha tirado de casta y garra para amarrar una salvación que de poco le servirá si no se contagian de estas ganas los jugadores en Segunda División.
Lo que ha sucedido en el círculo blanquiverde este fin de semana ha reflejado las dos velocidades a las que van las dos plantillas del fútbol califa. Unos no se achantaron y supieron apretar los dientes para conseguir en la segunda mitad dos goles que les permitieron llevarse un punto del Nuevo Arcángel frente al Melilla. Los otros, los mayores, caían por 2-0 frente al Getafe en otra lamentable exhibición de falta de ideas.
Dos carreras por la permanencia muy distintas
Hace 10 jornadas, el Córdoba CF y su filial llegaban a sus respectivos encuentros casi en la misma situación. El equipo de Carrión ocupaba la 17ª plaza en la clasificación y miraba con recelo los puestos de descenso, mientras que Jorge Romero llegaba a un equipo al borde del descenso que solo necesitaba motivación e ideas frescas en su juego.
Desde entonces, las carreras de ambas plantillas han sido muy distintas. El Córdoba B solo ha perdido un solo partido, frente al Real Murcia, dejando muy atrás esos puestos de descenso, pese a no tener a veces a todos sus jugadores claves ya que Carrión los necesitaba o llamaba para sus partidos en LaLiga 1|2|3. Totalmente lo opuesto ha sido lo de la primera plantilla, la cual ha ido dejando atrás muchos puntos importantes por fallos absurdos y falta de ganas e ideas.
¿Dónde está el problema?
Tal vez ya no haya que mirar a los propios jugadores porque el cambio que se realizó en el filial fue el que surtió efecto, la llegada de Jorge Romero, quien ha conseguido cambiar la actitud de todos sus jugadores y, manteniendo incluso casi el mismo once en muchas ocasiones, amarrar la permanencia. Por el contrario, el efecto Carrión se está viendo cada vez peor.
Frente al Getafe CF decidió probar algo nuevo y muy distinto a lo usado con anterioridad. Teniendo tres arietes de gran calidad en la convocatoria (Rodri, Piovaccari y Moha Traoré), el técnico catalán decidió salir usando un falso 9 con Alfaro en la punta. Un error garrafal que le supuso al Córdoba perder toda la ofensiva arriba y la llegada en los últimos metros.
Cinco jornadas es lo que le queda al Córdoba CF para saber si acabará salvándose esta temporada, y en consecuencia salvándose su filial, o volverá diez años después a Segunda B para hundir más a una afición que ya no sabe como pedir tanto la destitución de Carrión como la venta del club por parte de González.
Imagen destacada: Córdoba CF y LaLiga
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