Análisis

Paco Herrera, señalado

La derrota del Real Valladolid en casa frente al Nástic de Tarragona deja en entredicho a Paco Herrera que tras este varapalo fue seriamente criticado hasta el punto de que una parte de la grada del José Zorrilla, aunque no mayoritaria, pidió repetidamente su dimisión.

Los últimos resultados han alejado notablemente al Valladolid del objetivo de entrar en puestos de play-off. Esto se debe principalmente a la falta de constancia de juego y sobre todo de resultados. El entrenador del conjunto pucelano es considerado por la afición uno de los principales responsables de que no estén encajando las piezas como deberían.

Si bien es cierto que el Valladolid perdió a algunos de sus mejores jugadores el pasado verano, y que Paco Herrera afirmó tras su llegada que se trataba de un proyecto a largo plazo de regeneración del equipo, muchos esperaban más de este grupo. El año pasado a estas alturas el conjunto pucelano tenía exactamente los mismos puntos que ahora, aunque las sensaciones son bastante mejores esta temporada con un bloque más sólido y un juego notablemente mejor, pero los resultados están ahí y la afición blanquivioleta lo considera insuficiente.

Sorprendía que las críticas a Paco Herrera previamente a este partido no hubieran sido muy trascendentes, ya que la afición vallisoletana ha tendido por costumbre a sentenciar, en ocasiones demasiado pronto, a un gran número de entrenadores en los últimos años. Esta temporada las culpas habían ido hasta el momento más dirigidas a los jugadores que al propio entrenador, puede que esto se deba a errores concretos tanto en ataque como en defensa, o a que Herrera cuente con el aval de su gran trayectoria como escudo, la cual no le había librado de protestas concretas durante la temporada por sustituciones no muy acertadas o decisiones técnicas que no salieron bien, pero hasta ahora ninguna suscitó tantas críticas como el planteamiento de la segunda parte frente al Nástic.

Con el empate a 1 campeando en el marcador y el Valladolid dominando, el central Rafa sufrió una desafortunada lesión, Paco Herrera tenía que decidir rápido, y optó por meter a un delantero para ir a por el partido, situando a André Leao de central, una posición totalmente antinatural para él. Lo sorprendente de esta decisión es que el Valladolid tenía en el banquillo a Lichnovsky un central puro al que decidió mantener sentado. En cuestión de 5 minutos reinó el descontrol en el campo y el Nástic aviso dos veces, hasta que a la tercera llegó un jarro de

fría en forma de gol. El experimento había salido mal y ya por debajo en el marcador Paco Herrera introduce, ahora si, a Lichnovsky quitando a un jugador más ofensivo. Tras este desastre parte de la grada estalló contra el entrenador en el tiempo restante de partido, y una vez finalizado el mismo con la derrota en el marcador.

Paco Herrera se encuentra en el punto de mira y la única forma de salir de él es a base de victorias. El primer objetivo es la visita a La Romareda de este fin de semana, donde se medirá a un Zaragoza que parece haber encontrado la línea y no se lo pondrá nada fácil.

Imagen: realvalladolid.es

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