Ayer lunes, festivo en la ciudad de Zaragoza, fue el día elegido por Basket Zaragoza para hacer oficial la destitución de Andreu Casadevall como entrenador de Tecnyconta. Pocas horas después se hacía oficial el fichaje de Luis Guil para ocupar su puesto e intentar enderezar el rumbo del equipo.
El cambio del recambio
No por posible y hasta casi previsible, ha dejado de sorprender la destitución exprés de Andreu Casadevall. No era una opción que se barajase oficialmente, especialmente por la delicada situación económica del club. El técnico catalán se hizo cargo del equipo zaragozano a comienzos de la pasada temporada, sustituyendo a un Joaquín Ruiz Lorente muy cuestionado. Hay que decir que Andreu nunca ha sido un técnico que haya apasionado a la afición, si bien se le ha acabado reconociendo el trabajo realizado a lo largo de los meses con una plantilla tan limitada. Se suceden los mensajes de apoyo a su persona en las últimas horas. La afición rojilla se muestra consciente de que la cuerda se rompe una vez más por el lado más débil.
Proveniente del Burgos, de liga LEB Oro, se incorporaba al proyecto zaragozano con la misión de hacerse con un banquillo que parecía asentarse en arenas movedizas. Consiguió reconvertir a Jelovac de jugador apático a implicado, le hizo defender y por momentos parecía conseguir que ese vestuario fuese la piña que reclamaba para poder salvar la temporada. Y se consiguió salvar.
La presente campaña está siendo un cúmulo de despropósitos y Andreu no iba a escapar a ellos. Según cuenta el propio entrenador en declaraciones a El Periódico de Aragón, recibió un ultimatum en vísperas del partido ante Fuenlabrada. De no conseguir la victoria, su puesto peligraba. Y así ha acabado siendo, la derrota en el Fernando Martín se lo ha acabado llevando por delante. Prueba de que quizá ni el propio club confiaba en traerse una victoria de tierras madrileñas ha sido que en cuestión de horas ya había firmado un nuevo técnico que vendrá nada menos que de tierras venezolanas.
Un momento complicado
Nunca suele ser buen momento para un cambio de técnico. Pero Basket Zaragoza no parece acertar con el tempo de sus decisiones desde hace ya meses. La llegada del director deportivo Salva Guardia y una escasa comunicación con el presidente del club, Reynaldo Benito, parecen tener también su peso a la hora de la toma de esta decisión. Andreu en sus declaraciones recalca la plantilla tan escueta que tiene y se lamenta de las lesiones que viene padeciendo. Claramente esto es responsabilidad directa de la dirección deportiva y su planificación de la temporada. Y sí, hay limitaciones presupuestarias, pero no se ha acertado con prácticamente nada de lo que se ha hecho. De hecho, el “recado” que deja el catalán a modo de despedida es claro: “No ha habido dinero para eso pero sí ha habido dinero para cambiar el entrenador“.
El próximo fin de semana llega al Príncipe Felipe un rival más que directo, Obradoiro. Una sola victoria mantienen los maños sobre los gallegos y no parece el mejor momento, para un cambio de entrenador con tan poco tiempo para trabajar. Así pues, parece un revulsivo más psicológico que otra cosa.
De Venezuela a Zaragoza
El sustituto de Andreu Casadevall hasta fin de temporada es Luis Guil. Entrenador sevillano, proveniente de los Bucaneros de La Guaira (Venezuela) y que ha pasado por las ligas EBA, LEB y ACB en España. También ha sido seleccionador nacional y ayudante en categorías junior y SUB16 de España. En esas etapas con los jóvenes talentos de la selección, pudo dirigir a jugadores consagrados en la actualidad como Abrines o Willy Hernangómez.
En España su paso por ACB fue dirigiendo a Fuenlabrada la temporada 2008/09 y antes de marchar a Venezuela también dirigió a Murcia en liga LEB Oro, siempre alternando con su trabajo en las categorías inferiores de la selección. Desde el año 2013 estaba dirigiendo a los Bucaneros y viviendo la experiencia de una liga diferente que empieza en el mes de febrero.
Se reconoce como un entrenador al que le gusta un tipo de juego basado en la rapidez. Amante del juego directo y sistemas abiertos, llega a un equipo en el que el caballo de batalla es su defensa y el excesivo número de puntos que encaja.
Por el momento ha firmado hasta el final de la presente campaña y sólo cabe desearle toda la suerte, que a buen seguro la va a necesitar.
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Foto vía: somosbasket.com
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