Llegaban los Chicago Bulls a Minnesota con dos derrotas consecutivas y sin sus dos estrellas, Dwayne Wade y Jimmy Butler, además de no poder contar con su sexto hombre, el hispano-montenegrino Nikola Mirotic por molestias en la espalda. A priori demasiadas bajas para plantar cara a la manada de Ricky Rubio, como a la postre se demostró rompiendo el partido los Wolves en el primer cuarto con un parcial de +17 y sin capacidad de reacción de los Bulls. Destacaron Andrew Wiggins y Karl-Anthony Towns con 27 y 22 puntos respectivamente y Ricky firmó un gran partido desde la dirección con un doble-doble de diecisiete puntos y once asistencias más seis rebotes, oteando así el triple-doble y barriendo de la pista a la dupla formada por Rajon Rondo y Michael Carter-Williams. Además de crear un espectacular alley-hoop para Wiggins. En los Bulls sólo McDermott y Portis con dieciseis puntos cada uno se salvaron de la quema.
Empezó el partido con los Wolves a por todas y con unos Bulls descolocados y sin tensión defensiva, hecho que provocó que los locales se pusieran catorce arriba en los primeros seis minutos de juego, con el tándem Rubio-Wiggins destrozando a los Bulls con nueve y ocho puntos respectivamente, y adornándose con alguna jugada espectacular a pase del español. De nada sirvieron los dos tiempos muertos pedidos por los visitantes. El primer cuarto acabó con un resultado a favor de los Wolves de 34 – 17. Quedando claro que el Santo y Seña de los Bulls de la era Thibodeau, la defensa, ha pasado a la historia. Mientras que el técnico, ahora en el banquillo de Minnesota, disfrutaba por una vez viendo a sus pupilos infligir esta lección a sus “ex”.
En el segundo y el tercer cuarto los Bulls no lograron recortar la distancia perdida en el primer cuarto, sus intentos fueron en balde sin conseguir bajar de la barrera psicológica de los diez puntos por desesperación del técnico Fred Hoiberg, que lo intentó todo sin dar con la solución. Sólo McDermott estuvo a la altura y con su esfuerzo y sus puntos lograba que los Wolves no se escaparan en el marcador. Pero a falta de dos minutos y medio para finalizar el tercer cuarto los Bulls se desvanecieron, permitiendo un parcial de nueve puntos a tres, suponiendo una ventaja ya de diecinueve puntos para los Wolves. En estos dos minutos y medio el tridente local formado por Wiggins, Towns y Rubio sentenció el partido.
En el útimo cuarto los Bulls sucumbieron llegando a perder por 30 puntos, minutos de segundas unidades y sin mucha historia. Con esta derrota los Bulls tienen un balance de 26 victorias y 29 derrotas, ocupando el séptimo puesto de la Conferencia Este, pero empatados con el octavo, los Detroit Pistons que tienen el mismo balance. No pueden distraerse los de Chicago si quieren asegurarse la post-temporada. Por su parte, los Wolves con esta victoria tienen un balance de 21 victorias y 34 derrotas, antepenúltimos de la Conferencia Oeste a cuatro victorias del octavo puesto, y con cuatro victorias en los últimos diez partidos, tímida reacción en Minnesota en el último mes coincidiendo con el gran momento de Ricky Rubio, quien ha sentado al rookie Dunn defintivamente en el banquillo. Estos Wolves pueden ser de playoff pero tienen que acabar de creérselo. Como anécdota comentar que debutó Lance Stenpheson en sustitución del lesionado Zach Lavine, quien firmó un contrato de diez días con los Wolves.
RESULTADO
CHI 89 – 117 MIN
BOX SCORE
MIN: Wiggins (27), Dieng (10), Towns (22), Rush (6), Rubio (17), Dunn (0), Muhammad (12), Stephenson (6), Aldrich (2), Bjelica (16), Jones (0)
CHI: McDermott (16), Gibson (2), López (10), Carter-Williams (12), Grant (8), Rondo (10), Portis (16), Valentine (3), Canaan (5), Felicio (7)
RESULTADOS
MIL 116 – 100 IND
MIA 109 – 117 PHI
DEN 109 – 125 CLE
SAS 90 – 94 NYK
DET 102 – 101 TOR
NOP 99 – 105 SAC
Fuentes: nba.com
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