Opinión

Entrenar los valores, ¿una guerra perdida?

El factor competitivo que condiciona el fútbol, en muchas ocasiones nos hace olvidar la idea principal de lo que significa el deporte. Y el fútbol, primero, debe ser deporte.

Si dejamos a un lado la competición, entendemos el deporte como medio para fomentar la actividad física, pero sobretodo, debería ser una herramienta con la que fomentemos “valores”. Esa palabra mal empleada, que se devalúa por salir más en memes humorísticos, que por mostrarla en nuestras intenciones educativas.

Y, sin embargo, cuando aparece la intención, a menudo la palabra tropieza con la práctica; “valores” con los que los entrenadores (y dirigentes) se llenan la boca, pero que difícilmente se ven aplicados en sus contenidos, y simplemente se dejan llevar por el ego de tener un equipo para ganar partidos.

Lejos todavía del fútbol negocio, el fútbol femenino, de la misma manera que en el fútbol base, somos responsables de dar buen ejemplo para permitir su correcto crecimiento, y crear una buena cultura de fútbol en las jugadoras. Tratar a las personas como personas, en muchos casos muy jóvenes, y formar enseñando lo que el deporte puede aportar a sus vidas. En muchas ocasiones hemos mostrado la realidad del fútbol femenino, con las evidentes dificultades del atraso evolutivo respecto a otros deportes y sin una apuesta clara todavía que permita su desarrollo. Es por ello, que nuestro fútbol femenino se deba entender más cerca del fútbol en las etapas de desarrollo que de rendimiento.

Así como entrenamos e intentamos alcanzar unos objetivos técnicos, tácticos o físicos, entrenemos y propongamos unos objetivos educacionales. La evolución competitiva de nuestro fútbol femenino será más sólida si la acompañamos de unos correctos valores deportivos.

Respeto, humildad, esfuerzo, compromiso o generosidad, no son sólo palabras bonitas que quedan bien en las publicaciones de facebook.

Pero claro, luego llega un Celta – R.Madrid, el fútbol profesional, el fútbol de los intereses, el negocio, y el deporte vuelva a perder su significado. Da igual que estemos hablando de un tema tan importante como la seguridad de las personas, perdemos el respeto por todo, y el nivel de los comentarios que podemos escuchar y leer por parte de los que debieran dar mayor ejemplo, es vergonzoso. El mayor espejo en el que se ven los jóvenes refleja una vez más precisamente lo que no es el deporte.

Educar en el fútbol, a través de los valores que debe tener el deporte, ¿una guerra perdida?

Foto destacada vía: laventanadeportiva.files.wordpress.com

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