El Betis-Granada del pasado domingo no fue un partido sin más para Alberto Undiano Mallenco. También fue su partido número 300 en Primera división. 28 años dedicados al arbitraje, una práctica que el colegiado de Pamplona, miembro del Comité Navarro, ha ido solventando desde muy joven, una condición muy favorable para llegar a la élite del arbitraje.
La trayectoria de Undiano se inicia en el año 1989, año en el cual comenzó en las categorías regionales de Navarra. Tras pasar por las categorías de Tercera y Segunda División “B”, inició en 1997 su andadura en Segunda División. El sueño culminó en el año 2000: con tan solo 26 años, el navarro se convirtió en el árbitro más joven que ha ascendido a la categoría reina del fútbol español: Primera División.
Además de todo su paso por el fútbol regional y nacional, se recuerdan varias actuaciones, como el encuentro de liga entre Real Madrid y Barcelona de la temporada 2013/2014, que acabó 3-4 y en el que Undiano expulsó a Sergio Ramos en el minuto 63. Además, señaló tres penaltis: dos para el Barcelona y uno para el Real Madrid. Y cómo olvidar la final de Copa del Rey 2010/2011 entre Real Madrid y Barcelona (1-0). El navarro y sus asistentes señalaron un ajustadísimo fuera de juego de Pedro. O la ida de la final de la Supercopa de España 2013 entre Atlético de Madrid y Barcelona, finalizado con 1-1.
El colegiado consiguió el reconocimiento de Árbitro FIFA en 2004. A raíz de ello, fue designado para dos campeonatos de Europa de categorías sub20 y sub19. Subió el último peldaño de su brillante carrera en el año 2010, cuando fue elegido para representar al arbitraje español en el Mundial de Sudáfrica. Dirigió tres partidos de la fase de grupos, y actuó como árbitro asistente en uno de los partidos más épicos del campeonato: el Uruguay-Ghana. La mano de Luis Suárez impidiendo el gol de la victoria de los ghaneses es ya parte de la historia. Tras la expulsión, Asamoah Gyan envió el balón al travesaño, y ambos equipos se disputaron el pase a semifinales en la tanda de penaltis. El partido lo acabaría ganando Uruguay.
Es por ello que se ha hecho un hueco significativo en el reducido club de los árbitros internacionales. En un oficio donde la objetividad se forma a partir de las apreciaciones subjetivas del individuo, los récords del trencilla cobran aún más importancia. Por 300 más.
Fotografía: Google Images.
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