Un año más, Albert Llovera participa en el Dakar a los mandos de un Tatra. Con el objetivo de divertirse y disfrutar siempre por delante, nunca deja pasar las oportunidades que se le presentan. El piloto andorrano habló con Sexto Anillo para contarnos su experiencia en la competición, los nuevos proyectos en los que se ha estaado inmerso durante este pasado año y sus planes futuros.
Pregunta: Este año ha debutado en el Campeonato del Mundo de Rally Cross. ¿Cómo han sido las sensaciones de esta nueva experiencia?
Respuesta: Han sido geniales, porque es todo pura adrenalina. Las carreras son muy cortas y son muy seguidas; es como si fueran mangas. Pensaba que era gente que hacían rallies en circuitos y otras cosas… pero no, la gente se dedica a esto. Por eso triunfan «los del norte de Europa», porque se dedican a esta especialidad. Los circuitos son nuevos para mí y ellos llevan mucho tiempo.
P. A pesar de todo, los resultados han sido buenos para ser la primera vez que participa…
R. Estoy muy contento. Todo esto vino de hace un año y medio aproximadamente, cuando estaba buscando cosas nuevas y esto cumplía bastante las expectativas que buscaba. Lo que no pensé es que fuera tan complicado, porque lo es. Te vas tocando mucho, es el ritmo que se lleva allí dentro. Si dejas un poco de hueco, enseguida se meten.
P. ¿Es una conducción mucho más agresiva?
R. Sí, es todo muy agresivo. Ya lo he dicho antes, es adrenalina pura. Normalmente tú sales del box y haces una vuelta de calentamiento y te pones en parrilla. Aquí te colocas directamente en la salida, sin calentar nada. No es que me cueste, sino que me falta rodar un poco más. Es una especialidad que me gusta, aunque sea complicada. La gran mayoría de los que compiten son del norte de Europa y allí se lleva mucho. Tienen otra perspectiva de este tipo de carreras y no paran de entrenar en todo el año. Me gustaría hacer algo así, pero será complicado.
P. Tras Suecia y Noruega, la siguiente cita fue en España. ¿Ha sido la más especial?
R. Creo que es importante poder estar en España y por eso hice esas dos. He sacrificado un poco la Baja Aragón otra vez (el año pasado no pude participar en el último momento). En principio iba a hacerla con el camión o con un X5 y al final dije: “prefiero hacer tres carreras, aunque sea meterme solo en el campeonato para ver cómo es que hacer la Baja”.
P. Ha sido una pena que no le hayamos podido ver en la Baja Aragón…
R. Tenía que ver cómo era el campeonato para, a finales de año, decidir si el año próximo hacemos esto o ver qué hacemos. También depende de los sponsors, evidentemente. Hablé con el equipo, teníamos el X5 pero no había rodado. Íbamos muy justos de tiempo y, además, tenía que buscar copiloto. Era complicado.
P. Como siempre, nunca para quieto en busca de nuevas experiencias.
R. Intentamos divertirnos también. Creo que es muy importante. La preparación de las carreras siempre está en el último momento. Todo es coger experiencia y rodar. Empecé con mis amigos, no creas que todos empiezan con el bolsillo lleno… Está claro que lo importante es tener ganas e intentar salir, y después de eso ya coges experiencia y más ganas todavía.
P. Ha conducido coches, buggy e incluso camiones, con lo que repite en el Dakar este año. ¿Con qué vehículo se siente más cómodo a la hora de conducir?
R. Cuanta más “chicha” y sea más bajo mejor (risas). Un buggy es muy divertido, a lo mejor no es el más ideal para una carrera como la Baja por ejemplo, pero bueno. Peugeot aparte, eso sí, porque es un tipo de buggy al que los pilotos pueden sacar un poco más de provecho. Pero estos vehículos normalmente corren el Dakar y en España en las zonas más estrechas cuesta aprovechar la potencia que tienen.
P. ¿Y para el Dakar?
R. Un buggy potente, más del que yo llevaba. No a nivel de motor, sino a nivel de chasis principalmente. Con el que yo corrí en 2014 y 2015 es bueno, pero muy estrecho por dentro y las temperaturas ahí son muy altas. Es un chasis de una persona modificado para dos, así que puedes hacerte a la idea de que estábamos algo apretados. Pero hoy en día, un coche tipo Mini, por descontado. Pero un millón de euros lo tiene muy poca gente para gastárselo… Si tuviera un millón de euros de los patrocinadores no creo que me fuera con un Mini al Dakar. Soy incapaz de gastarme ese dinero, aunque me lo dieran. Antes me ganaría bien la vida.

P. ¿Qué supone participar en el Dakar con un camión?
R. La verdad es que termino muy tocado. Los dos meses de después estoy reventado, los huesos los tengo destrozados. Además, se nota mucho porque tengo la lesión muy alta. No tengo abdominales, entonces toda esa parte del cuerpo sufre mucho, sobre todo con los saltos. Cada vez se clava el diafragma más hacia la cadera, y se resiente muchísimo. Los fisioterapeutas te ponen a punto otra vez, pero la suma de cada día y de tantos kilómetros… cada vez me cuesta más recuperarme. Es normal. Pero las oportunidades van saliendo y siempre digo que hay que aprovecharlas y gozar de ellas. Empezamos todo a tope, nos quedaban 12 días para embarcar y teníamos que preparar todo.
P. Siempre a contrarreloj…
Ya estoy acostumbrado a no rodar. Con el buggy no rodé nada tampoco. Con el coche de carreras llevo toda mi vida y habré hecho cinco test en toda mi carrera. Voy directamente a las carreras. Hay que intentar coger el tacto con el aparato lo más rápido posible y en cuanto lo veas claro adelante.
P. A la hora de hacer balance, ¿cuál ha sido la mejor experiencia?
Todas las experiencias son buenas. Cualquiera. Hasta la de 2007 que iba de mochilero. Lo de ir al Dakar con el camión ha sido genial. Al estar en un equipo como TATRA con 40 personas te das cuenta de que ya estás en otro sitio. Al principio estaban con dudas sobre quien iba a ir, porque el tercer piloto se hizo daño. Por eso me cogieron en el último momento. Si te dicen que es un chaval en silla de ruedas es normal que puedas dudar, pero partir del tercer o cuarto día preguntaban: “¿Y este tío quién es? Va a toda hostia. Está todo el día riendo”.
Al final los jefes del equipo me decían: “cuando abres la puerta y sales sonriendo ya cambia todo”. De eso se trata, de que en una situación así, con mucha tensión, haya gente que ponga el punto divertido, aunque lo pases mal.Las oportunidades van saliendo y siempre digo que hay que aprovecharlas y gozar de ellas. Lo más importante es luchar cada día por todo y divertirse. Eso te da la vitamina para continuar.
P. Por otro lado, ¿ha habido algún momento en el que guarde un mal recuerdo?
R. No son malos recuerdos en sí, pero hay momentos de todo. Hay veces que dices: “¿qué coño haces aquí, tío?”. Con el calor, con los baches que van uno detrás de otro y se me clava el diafragma por dentro… Lo paso fatal. Sobre todo cuando no vas ni lento ni rápido en zonas intermedias, en piedras grandes, me rebota mucho el cuerpo. Y te lo vuelves a repetir: “¿Qué haces aquí, Albert?”. Lo que quieres es divertirte, derrapar; y aquí lo estás pasando fatal. Después, 40 km más tarde ya estás a fondo y dices “¡qué guapo esto!”. Es un poco la contrapartida. Donde peor lo puedo pasar es en el vivac. Para mí con la silla es bastante chungo y el equipo se vuelca mucho conmigo. Están es un equipo que te quieren se nota.
P. ¿Tiene algún objetivo futuro en mente?
R. No lo sé, voy haciendo… Cuando van saliendo las cosas luego me tiro. Pero no busco nada concreto. Me gusta divertirme. Me gustaría hacer algunas otras cosas con renombre, pero no sé. Empiezo a estar bastante dolorido en todas las articulaciones. No es que me canse, porque me motivo cuando estoy haciendo cosas. Pero también necesito un respaldo fuerte detrás para hacerlas.
P. No es solo la fuerza mental sino que a veces es el cuerpo el que pide parar.
R. Hago cosas que rompen mucho. No tener tronco te destroza mucho. Yo en principio la mano izquierda no la movía, tengo la lesión muy alta y esto la gente no lo sabe. Algunos dicen: “va en silla de ruedas, no anda”. No tienen ni idea de lo que supone. Pero todo el mundo, si quiere, puede sacar un plus para hacer lo que sea. Lo mismo que Nicola Dutto (piloto de motos italiano parapléjico, cuyo objetivo es correr el Dakar de 2018). Le costó mucho al principio, pero yo ya veía que se iba poniendo las pilas. Cuando me dijo que quería ir en moto pensé que se le había ido la cabeza, después de todo lo que pasó y con una recuperación larguísima. Pero lo mismo, puso de su parte y ahí lo tienes.
P. También has colaborado dando charlas en colegios o en conferencias. Después de todas las facetas que has tocado, ¿cuál te resulta más complicada?
R. La más complicada es encontrar pasta para hacer lo que quieres (risas). Es la parte más costosa. Y más sabiendo la inmensa repercusión que tienes y que te estés arrastrando por los despachos. Apoyado lo estás, pero se mueve tanto dinero que depende lo que quieras hacer cuesta más o menos. Puedes hacer una subida en cuesta o querer estar lo más arriba posible, no es lo mismo. Piensa que hace años que me muevo estando arriba del todo. No es fácil. No tengo mánager, soy yo. Hago de mánager, de secretaria, de piloto… de todo. Pero lo más importante es luchar cada día por todo y divertirse. Eso te da la vitamina para continuar. Tanto si te salen bien las cosas como si no, tienes que continuar.
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Foto destacada: Mundo Deportivo
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