Daniel Ricciardo firmó en 2016 su mejor temporada desde que comenzara su andadura en la Fórmula 1 hace cinco años. La anticipada llegada del joven Max Verstappen a Red Bull no desestabilizó al piloto australiano.
La habitual sonrisa de Ricciardo se esfumó en la temporada 2015. Superado en puntos en el campeonato por su nuevo compañero Daniil Kvyat, el australiano no se sintió cómodo en ningún momento del año. Un octavo puesto en el Mundial de Pilotos con 92 puntos hizo olvidar su gran debut en la escudería dirigida por Christian Horner tan solo un año antes, cuando fue capaz de batir al tetracampeón Sebastian Vettel –su compañero por aquella época antes de su marcha a Ferrari– y ser el único capaz de arrebatar alguna victoria a los imbatibles hombres de Mercedes.
Pero en 2016 la historia pintaba diferente para Ricciardo y la escudería Red Bull, aunque pronto comenzarían las “turbulencias” dentro del equipo. Tras un buen arranque por parte del aussie encadenando tres cuartos puestos en las tres primeras carreras del año (Australia, Bahréin y China), la escudería anunció que el joven Max Verstappen sería el nuevo compañero de Ricciardo desde el Gran Premio de España. La noticia pilló por sorpresa a todos y desencadenó múltiples comentarios cuestionando el cambio de pilotos. Con la llegada de Verstappen “al primer equipo”, el perjudicado fue el ruso Kvyat que veía como, tan solo un año y unos meses después de su llegada a Red Bull, tenía que volver a Toro Rosso, esta vez acompañando a Carlos Sainz en el equipo.
Y Verstappen llegó a Red Bull y por la puerta grande. Un 15 de mayo de 2016, Montmeló era testigo de la hazaña de este joven holandés de 18 años. Verstappen conseguía su primera victoria en el Gran Circo recién subido a su nuevo monoplaza y convirtiéndose en el piloto más joven en subir a lo más alto del podio, desbancando a Sebastian Vettel. Pero lejos de quedar eclipsado por la nueva estrella del equipo, Ricciardo siguió demostrando su talento a los mandos del Red Bull.
Los números de la temporada, desde el Gran Premio de España, nos muestran que Daniel Ricciardo ha sido más regular que Max Verstappen. El australiano ha sumado 220 puntos terminando diez veces por delante del holandés que ha sumado 190 puntos y ha terminado siete veces por delante de su compañero desde que llegara la escudería de las bebidas energéticas. Si nos fijamos en los podios, ambos pilotos tienen datos similares: ocho podios para Daniel y siete para Max; ambos han terminado cuatro veces en el segundo escalón del podio, una victoria para los dos y un tercer puesto más para Ricciardo que los conseguidos por Verstappen –tres y dos respectivamente–. Ricciardo no ha abandonado en ninguna carrera y ha puntuado en todos los Grandes Premios, mientras que Verstappen abandonó en dos ocasiones (Mónaco y Estados Unidos) y estuvo fuera de los puntos en Bélgica.
Hace pocos días, Ricciardo confesaba en una entrevista que la llegada de Verstappen a Red Bull le supuso una motivación extra. La igualdad entre ambos pilotos, junto al buen rendimiento del monoplaza esta temporada y el buen ambiente dentro de la escudería, ha propiciado que los de Christian Horner batieran a Ferrari en el Mundial de Constructores y fueran la única “alternativa” a las flechas plateadas de Mercedes.
En 2017 la Fórmula 1 cambia: nueva normativa, nuevos monoplazas… y los pilotos de Red Bull quieren luchar por el título mundial. El piloto australiano también afirmaba que la popularidad de Verstappen le favorece, ya que cuánto mejor valorado esté el holndés su compañero mejor será su reputación si consigue vencerle como este año. Pero Max no pondrá las cosas tan fáciles. A sus 18 años, Verstappen ya ha entrado en la historia de la F1 y su carrera promete grandes éxitos. Por el momento, Ricciardo no teme a Verstappen pero… ¿será su pesadilla la próxima temporada? ¿Seguirá habiendo igualdad en Red Bull?
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Foto destacada: thisisf1.com
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