Con este triunfo los blancos logran además dos hitos: el sexto triunfo más amplio en la era ACB (el primero desde 1988) y, sobretodo, completar un año perfecto como local. Y es que con este triunfo el Madrid cierra su periplo liguero como local en 2016 sin conocer la derrota, algo que nadie lograba desde 1987.
Inicio dubitativo
En los inicios del partido nada hacía presagiar una diferencia tan amplía como la que finalmente se daría. El Madrid salió como contagiado del apagado ambiente que reinaba en las gradas. Y es que el Palacio parecía casi tan pendiente de lo que ocurría con el equipo de fútbol en Yokohoma como del propio partido y los de Laso no tardaron en pagarlo.
Los triples del conjunto gallego a cargo de Rosco Allen pronto darían la vuelta al 7-3 con el que se iniciaría el partido. De esta forma, entre el jugador americano y un Pustovyi que estaba destrozando en la pintura a Ayón, el conjunto gallego lograba acabar el primer periodo en ventaja (20-22)ante un equipo blanco en el que sólo el reaparecido Sergio Llull daba la talla.
El Chapu entra en escena
Con la segunda unidad en cancha, los secundarios tomarían protagonismo. Tras unos minutos en los que el Obradoiro seguía aprovechándose de la endeblez defensiva del Madrid la dirección de Rudy y el poderío de Hunter en la pintura permitirían al equipo blanco volver a dominar el electrónico.
Sin embargo, el verdadero protagonista de este periodo no sería otro que Andrés Nocioni. El Chapu sacaría en este cuarto su alma de francotirador para fusilar una y otra vez a su rival. Un 4/4 en triples del bravo argentino permirían, de esta forma, que el Madrid se marchara a vestuarios ocho arriba (48-40). Una gran renta teniendo en cuenta como iba el partido pero aún quedaba sentenciar.
Huracán
El paso por vestuarios cambió por completo el partido, sobretodo en lo que a la actitud blanca en la pista se refiere. El equipo blanco salió a destrozar a su rival desde el primer segundo y así lo haría. Los blancos golpearían una y otra vez hasta lograr un parcial de 12-2 en los primeros tres minutos que dejaban el partido visto para sentencia (60-42).
Pero los blancos no se contentarían con esto. El directo al mentón de los primeros minutos había dejado noqueado al rival y los blancos se seguirían aprovechando de ello. Diez puntos en este cuarto de un LLull descomunal y un Taylor muy acertado (3/4 en triples) serían decisivos para otro parcial, esta vez de 16-2, que dejaría un clarísimo 81-48 en el electrónico tras un increíble parcial de 33-8 en el cuarto.
Carroll se reencuentra
Con todo ya decidido el último cuarto, tal y como es costumbre en este tipo de situaciones, serviría para ver a los menos habituales y para que jugadores que venían de estar lejos de su nivel como Jaycee Carroll se reencontraran consigo mismos.
Sin duda alguna el protagonista de este final de partido sería el de Laramie. Cuatro triples y 16 puntos en 10 minutos le permitirían volver a encontrarse con la puntería y dejar al Madrid al borde de la cincuentena en un partido cuya única mala noticia para los blancos fue una nueva lesión (parece que de poca importancia): la de Othello Hunter.
Ficha técnica
REAL MADRID 106 (20+28+33+25): Llull (18), Doncic (7), Maciulis (0), Reyes (4) y Ayón (11) -cinco inicial- Draper (2), Rudy (7), Nocioni (17), Carroll (23), Hunter (8), Suárez (0) y Taylor (9).
RIO NATURA MONBUS OBRADOIRO 59 (22+18+8+11): Pozas (0), Dulkys (3), Bendzius (5), Allen (19) y Pustovyi (8) – cinco inicial- Castro (-), Llovet (7), Urtasun (2), Yusta (9), Whittington (6), Pechacek (-) y Cárdenas (0).
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Foto destacada vía: Víctor Carretero
