Una fácil pero triste victoria de Seahawks

Después de haber sufrido dos duras derrotas la temporada pasada en sus dos enfrentamientos, Seattle Seahawks se tomó la revancha frente a Carolina Panthers durante el primer Sunday Night Football de diciembre.

Solo existió un equipo en el CenturyLink Field. De principio a fin el aún campeón de la Conferencia Nacional fue barrido del mapa. Ya la primera jugada fue un presagio de lo que se le iba a venir por delante. En una controvertida decisión del entrenador Ron Rivera, el último MVP de la competición, Cam Newton, fue relegado a la banda para sorpresa de todo el mundo. El quarterback backup Derek Anderson empezaba como titular. La explicación, una violación al código interno de la franquicia. Os preguntaréis cuál fue exactamente la falta que llevó a  Rivera a tomar una decisión así cuando te estás jugando las pocas opciones que te quedan de entrar en playoff. Pues bien, la respuesta es tan ridícula como inaceptable. El excéntrico jugador no llevó puesta una corbata durante el viaje a Seattle. Por si no lo sabéis, esta primera jugada terminó en intercepción. De locos.

“Suerte” ha tenido Rivera de que el encuentro no fuera apretado y que la paliza que recibieron ayudara a que la decisión terminara siendo una simple anécdota. No obstante, las sensaciones que transmite un staffing coach, que el año pasado era alabado por todos los expertos, son horribles. No acierta con los cambios, sobretodo en defensa, a los que recurren semana tras semana, el plan de juega actual deja mucho que desear, siendo demasiado plano y unidireccional, y los ajustes al descanso de cada partido son inexistentes. Tienen como respaldo la gran temporada pasada que realizaron, pero como no haya un pequeño indicio de mejoría de aquí al final no es nada descabellado que rueden cabezas. Tanto entrenador como coordinadores están ahora mismo en entredicho.

Si bien la resistencia que pusieron los visitantes fue nula, no podemos dejar de señalar la buena imagen ofrecida por el equipo local. Probablemente haya sido el partido más completo de Seahawks en lo que va de campaña. Obviando a la defensa, la cual sigue regalándonos una exhibición tras otra, esta vez el ataque mostró su mejor cara. La línea ofensiva fue aceptable, que es lo más que se le puede pedir a una de las peores unidades de toda la competición. En el apartado de pass protection mejoró respecto a la semana pasada, concediendo “solo” tres sacks y evitando en la mayoría de las jugadas de pase una presión asfixiante a Russell Wilson.

Si bien la estrella del equipo tuvo un inicio titubeante, regalando incluso una intercepción, con el paso de los minutos fue mejorando. Dirigió una ofensiva muy balanceada, en la que las cuatros piezas más importantes vía aérea, Baldwin, Graham, Lockett y Kearse,  recibieron al menos cinco pases y sumaron un mínimo de 60 yardas. Mención especial para el ala cerrada, quien cada vez es más importante para Wilson, sobretodo dentro de la zona roja, siendo el único de los cuatro que logró anotar un touchdown de recepción. Además, su antigua incapacidad para ayudar en el juego de carrera como bloqueador está quedando en el olvido. El gran Pete Carroll está consiguiendo una mejoría evidente de Graham en esta faceta y ya no hay partido en el que no se le vea hacer varios bloqueos de calidad.

En el juego de carrera, Thomas Rawls sigue respondiendo a la confianza mostrada por el equipo con una gran efectividad. Se fue a más de 100 yardas en tan solo 15 acarreos, además de conseguir atravesar la endzone en dos ocasiones. Lo malo, que después de un golpe que recibió en la cabeza avanzado el encuentro, va haberse obligado a entrar en el protocolo de conmociones, lo cual complica su participación de cara al partido del próximo fin de semana contra los Packers. Recordemos que el otro corredor del equipo, Prosise, es baja hasta enero, por lo que la controversia que se creó con el corte de Christine Michael hace tres semanas toma ahora más valor que nunca.

En el apartado defensivo lo que comentábamos varias líneas atrás. Otra demostración absoluta de poderío. Van camino de conseguir ser el equipo que menos puntos recibe por partido por quinto año consecutivo. Un dato completamente demoledor. Nos faltarían adjetivos para describir el trabajo que realiza temporada tras temporada esta defensiva, la cual por si sola es capaz de poner al equipo en postemporada. Lo más significativo es que no bajan el nivel, incluso me atrevería a decir que esta campaña se están mostrando un par de puntos por encima respecto a la pasada. En este partido hay que destacar a Chancellor. El strong safety está de dulce y tras perderse varias citas por lesión durante los primeros meses de competición, ha vuelto por todo lo alto.

Sin embargo, la felicidad este domingo no fue completa en Seattle. Es más, a pesar del gran triunfo, la llamada “afición número 12” se fue muy cabizbaja a sus casas. No es para menos, pues han perdido para lo que resta de temporada a uno de sus baluartes defensivos, Earl Thomas. El pequeño jugador es sin duda el mejor safety de toda la liga y uno de los mejores defensivos de manera global. No hay nadie que posea su capacidad para leer al mariscal rival y su inteligencia supone un plus extra para su equipo. Si descontamos el partido que perdieron de hace una semana contra Tampa Bay Buccaneers, Thomas no se había perdido un solo encuentro en los seis años y medios que lleva como profesional, por lo que Seahawks se encuentran ante un escenario muy insólito para ellos. La famosa Legion of Boom se queda sin una de sus torres y vamos a tener que estar muy atentos a ver como Carroll trata de superar esta importantísima baja.
(Foto destacada vía Seattle Times)

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