El piloto alemán de Mercedes entra en el selecto club de los campeones del Gran Circo al alzarse con su primera corona el pasado fin de semana en Abu Dhabi, consiguiendo derrotar a su máxima ‘pesadilla’ estos años, su compañero Lewis Hamilton.
Nico Rosberg es un tipo tranquilo, discreto y educado. Nunca alza la voz más de lo debido, guarda las formas dentro del paddock y no suele perder su tímida sonrisa. Rosberg ha tenido que lidiar con el peso que supone llevar su apellido, desde que se subiera por primera vez a un Fórmula 1 en 2006. Hijo del campeón Keke Rosberg, Nico ha tenido que pelear por deshacerse de comentarios y críticas que le asestaban como la “eterna promesa” por llevar el apellido Rosberg. Pero esa “promesa” que no tuvo la oportunidad de brillar en Williams se marchó a Mercedes donde comenzó a cosechar sus mejores resultados. Primero compartiendo garaje con el siete veces campeón del Mundo, Michael Schumacher y después con su amigo de la infancia, Lewis Hamilton.
Su primera victoria no llegaría hasta 2012 en el Gran Premio de China y desde entonces 23 han sido las veces que se ha subido a lo más alto del podio. Nico Rosberg ha conseguido dejar atrás esa fama de “segundón”, de piloto frío y sin talento para reclamar un sitio entre los más grandes y obtener el respeto de todo el paddock. En la previa del Gran Premio de Abu Dhabi, el mismo Rosberg afirmaba que la experiencia de 2014, perdiendo el Mundial ante Hamilton, le hizo aprender y ser más fuerte. Y así ha sido.
El alemán comenzó la temporada con la inercia con la que terminó la anterior, enlazando victoria tras victoria para hacerse con las primeras cuatro carreras del año –Australia, Bahrein, China y Rusia– y llegar a tener una ventaja de 43 puntos sobre Hamilton. Pero el británico, mucho más temperamental y agresivo, consiguió revertir la situación para irse de vacaciones con 19 puntos de ventaja sobre su compañero en Mercedes. Pero un Rosberg mucho más regular, con menos problemas mecánicos y con la calculadora en la mano, resistió los contraataques de Hamilton y volvió a darle la vuelta al Mundial hasta lograr conseguir su primer título.
Dicen que los logros en un deporte como la Fórmula 1 se miden en función de los rivales a los que te enfrentas. Por ello la merecida corona de Nico Rosberg, después de una gran temporada, adquiere un valor incalculable. No es fácil doblegar a un campeón nato como Lewis Hamilton y el alemán por fin lo ha conseguido tras dos años en el subcampeonato.
Rosberg se convierte en el campeón número 33 de la historia de la Fórmula 1 y es el tercer alemán, tras Michael Schumacher y Sebastian Vettel, en sumar un título mundial. Además, los Rosberg –Keke y Nico– se convierten en la segunda pareja de pilotos padre-hijo en ser campeones del Mundo de F1, después de que ya lo hicieran Graham y Damon Hill.
La temporada 2016 de Fórmula 1 ha llegado a su fin dejando un nuevo campeón. Nico Rosberg ya ha escrito su nombre en la historia, ingresando en el club de los campeones junto a pilotos como su padre o, Fernando Alonso, Kimi Raikkonen, Sebastian Vettel o Jenson Button, pilotos con los que se ha tenido que pelear en pista en su trayectoria en el Gran Circo. La “eterna promesa” aprendió de sus errores, trabajó y luchó para mostrar su talento y llegar a ser campeón.
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Foto destacada: formula1.com
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