Opinión

El Athletic y la maldición arbitral contra el Málaga

Tercer partido en tres temporadas consecutivas en las que el colegiado correspondiente a un enfrentamiento entre el conjunto rojiblanco y la escuadra boquerona decide el partido con una decisión discutible. Una maldición que envuelve a los zurigorris.

Todo aquel que piense que se trata de un artículo sensacionalista, tienen la posibilidad de cambiar el chip y de continuar leyendo. Anecdóticamente, el conjunto del Txingurri Valverde ha vuelto a verse perjudicado por la decisión arbitral contra el equipo de la Costa del Sol.

Haciendo honor a Jack el Destripador, mejor ir por partes para que quede clara la idea de esta maldición a la que se hace referencia en el título.

Mateu Lahoz evita un empate

Corría el día 23 de agosto de 2014, el Athletic visitaba la Rosaleda para comenzar el campeonato liguero en medio de la eliminatoria de play-off que daría acceso a la fase de grupos de la Europa League. El partido comenzó con un penalty de Iraizoz tras fallo defensivo de Gurpegui que transformaría Luis Alberto en un segundo intento tras la parada del portero. En la recta final, Antunes y Duda, tras sendas agresiones, tomaron el camino del vestuario, dejando así al Málaga con 2 jugadores menos y con un gol por encima en el marcador.

La jugada decisiva fue en el último minuto, con una falta lateral rojiblanca en la que el guardameta Gorka Iraizoz subió a aportar ofensivamente gracias a su altura. La suerte corrió de su mano y consiguió mandar el balón al fondo de las redes con un salto aparentemente limpio. Por contra, el colegiado Mateu Lahoz decidió anular el gol y, tras dos años, aún no se sabe el motivo por el cual lo hizo. Algunos especularon con una falta de Laporte, otros con un fuera de juego posicional, pero lo cierto es que no se vislumbra nada por lo que ese gol, que suponía el empate a 1, no debiera subir al marcador.

Un pisotón inexistente para Álvarez Izquierdo

Domingo 6 de diciembre de la temporada pasada, correspondiente a la jornada número 14 del campeonato liguero, esta vez en San Mamés, un empate a cero culminó en un partido en el que el fútbol estuvo ausente durante toda su duración.

Parte de culpa la tuvo el colegiado Álvarez Izquierdo, que privó al conjunto bilbaíno de competir en igualdad de contendientes tras expulsar a Mikel San José en el minuto 18. “Empujar a un contrario derribándole utilizando una fuerza excesiva no estando el balón a distancia de ser jugado”, concluía en el acta el colegiado catalán, sin ahí constatar el previo pisotón de Charles por el cual el centrocampista navarro se revolvió y agredió al brasileño. Ambos debieron marchar hacia la caseta y así no privar a la asistencia de un espectáculo futbolístico.

Del Cerro Grande no acaba de ser equitativo

Esta vez no hay que echar demasiado la vista atrás, día 2 de octubre de 2016, La Rosaleda, partido correspondiente a la séptima jornada de La Liga Santander, concluyendo el partido en un 2-1.

Los del extremeño se adelantaron en el minuto 2 tras una genialidad de Aduriz, que controló y definió ante Kameni. A partir de ahí, el partido se dividió sin tener un dominador claro, hasta el minuto 36 de la primera parte, cuando Balenziaga se marcha hacia el vestuario expulsado. “Dar una patada a un adversario desde el suelo, estando el balón en juego pero no a distancia de ser jugado”, era el motivo que exponía el árbitro en el documento federativo.

Hasta ahí, todo correcto, el de Zumárraga, desde el suelo, agrede al venezolano Rosales, que previamente le propinó una patada, sin balón de por medio, en el costillar, recibiendo únicamente una tarjeta amarilla. “Derribar a un contrario en la disputa del balón de forma temeraria”, era lo que el madrileño constató en el acta. Las imágenes se expresan por sí solas.

Sorprende ver que el trencilla amonestó a Rosales por derribar a un contrario pero, tras toda la trifulca, el balón fue puesto en juego por el Málaga; es decir, señaló la falta del lateral venezolano pero no sacó el Athletic dicha infracción.

Además, Del Cerro Grande obvió los cánticos repetidos de la grada malaguista al grito de “puto vasco el que no vote” (escuchar vídeo) en contra del conjunto rojiblanco. Finalmente, con uno menos, los rojiblancos se cerraron atrás y recibieron dos goles en la recta final del partido, uno de Sandro y otro de Duda.

Conclusiones varias las que saca la afición athleticzale de todo esto, demasiados planetas se alinean cada vez que se ven las caras con la afición boquerona, aunque realmente sea todo una simple curiosidad… o una maldición.

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