Muchas veces, el esfuerzo realizado en el mundo de fútbol no se ve reflejado en las portadas de los medios o en los titulares de la crónica de tu equipo. Sin embargo, el reconocimiento siempre acaba llegando tomándote como protagonista, aunque sea una única vez.
Y es que, el que la sigue, la consigue, bien trates de encontrar a un pez payaso, o el mismo Forrest Gump, logrando su meta y siendo reconocido por ello. Y es que habían pasado más de 260 partidos desde que Mikel Balenziaga no se encontraba con el gol en la competición profesional, un largo camino lleno de desgaste físico dentro del campo por parte del lateral izquierdo.
Bien es cierto que ofensivamente no es ningún prodigio futbolístico, pero el de Zumárraga ha demostrado ser una fiabilidad en la banda izquierda del Athletic, donde, en los últimos años, ha habido un hueco importante al no haber nadie con un nivel superlativo. Su solidez en la zaga le ha hecho ser indiscutible en el puesto y ganarse la plena confianza de su entrenador, que nunca ha dudado de él y que valora también su ademán de aportar también ofensivamente. En las últimas temporadas se ha notado una mejora a la hora de encarar a su oponente e intentar regates para desbordar y provocar ocasiones.

Corría el minuto 66 del partido disputado entre los rojiblancos y el conjunto hispalense, cuando Balenziaga logra arrebatar un rechace y encarar la frontal del área cuando, de repente, deleita con un auto-pase impropio de él y quedarse cara a cara contra Salvatore Sirigu, definiendo como si de un delantero estuviésemos hablando. La celebración supuso una alegría colectiva, más allá del gol, cada uno de los compañeros celebró ese gol como si fuese suyo y cada uno de los aficionados sentados en San Mamés o en el sofá de su casa lo celebraron como el mérito de todos hecho realidad por una persona merecedora de esa recompensa.
«Cuando ha metido el gol Balenziaga es como si lo hubiésemos metido los 25 de la plantilla, el cuerpo técnico…», decía Óscar De Marcos tras el partido. Todos los compañeros recibieron al lateral en el vestuario como si de un título se tratase.
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— Athletic Club (@AthleticClub) 24 de septiembre de 2016
Su trayectoria no ha sido fácil, llegó a Bilbao desde el otro lado de la A-8 debido al hueco que apareció en el lateral desde la marcha de Asier Del Horno y supuso una pieza importante para Joaquín Caparrós hasta que Koikili Lertxundi, lateral contundente procedente del Sestao, logró arrebatarle el puesto, suponiendo la cuesta abajo para el guipuzcoano. Así, marchó cedido al Numancia y, posteriormente, dos años al Valladolid, con el que consiguió el ascenso a la máxima categoría de manos de Djukic jugando en el lateral diestro, a pesar de ser zurdo. El Athletic, tras su notable rendimiento de blanquivioleta, logró repescarle y destinarle el puesto de lateral tras la marcha de Marcelo Bielsa y la llegada de su valedor, Ernesto Valverde. Con él, cuatro temporadas sin recambio y logrando el título de la Supercopa de España ante el FC Barcelona.
Definitivamente, hay muchos jugadores que son «tapados» en los logros colectivos por el simple hecho de no lograr anotar tantos. Así, Balenziaga se sale de esa lista de jugadores con más partidos sin marcar gol, que encabeza el barcelonista Mascherano.
Imagen destacada: foxsports.com
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