Sevillista, acompañante de grada, bar, internet o tan solo de sentimiento. Estamos ante un nuevo derbi, y sientes ese gusanillo que todos tenemos ante las grandes citas. No es una final, de esas que últimamente nos estamos acostumbrando (y que siga), es NUESTRA final, la final que todos los años se repite al menos dos veces (siempre que coincidamos en la misma categoría), y la verdad, no llega en el mejor momento, con el equipo aún acoplándose y sin mostrar un estilo definido.
Pero, ¿sabes qué?, lo prefiero así. Muchas veces a los favoritos les han pintado la cara, a nosotros y a ellos. Aún recuerdo un 0-3 en contra con Olías en plan estelar con un Betis recién ascendido, o un 3-0 a favor cuando Griguol nos llamó “sparring” y solo ganamos tres partidos en toda la temporada, con Víctor Salas reivindicándose.
Y tú me dirás, querido sevillista: “eres un agorero”, “en los últimos derbis les hemos goleado”, “cinco les van a caer”. Puede que tengas razón. O no. Si algo hemos aprendido derbi a derbi es que la mayoría de las veces no sucede lo que creemos que va a suceder. Como claro ejemplo está el derbi de UEFA. Nadie esperaba que nos ganaran en el Sánchez-Pizjuán. Y pocos creíamos en la remontada en el Villamarín. Ambas cosas sucedieron.
Así que, compi sevillista, cuando el martes acudas al estadio, al bar, a la tele o al ordenador, aparte de la camiseta, no olvides una buena jarra de paciencia. Los derbis no se ganan en el minuto 1 y hay que estar preparado para cualquier tipo de circunstancia, pero, eso sí, la confianza en nuestro Sevilla nunca hay que perderla. Ya lo sabemos, DICEN QUE NUNCA SE RINDE.
Y aquí quiero hacer un inciso, y dirigirme también a los béticos. Estimados amantes al futbol de cualquiera de los dos equipos grandes de la ciudad de Sevilla: ESTO ES FUTBOL, todos tenemos familiares, amigos, vecinos, compañeros… del otro equipo de la ciudad. Son enemigos 90 minutos (más descuento), el resto del año NO. Que no pase de la guasa, el chiste, el chascarrillo, la broma. Sabes y sé que a veces nos pasamos y no sabemos medir, no nos acordamos cuando es el otro el que gana y queremos que cese en su burla. Pero de ahí nunca, y repito, NUNCA, debe degenerar en ningún tipo de acto violento.
Gane quien gane el martes, hay que tomarse una cerveza, refresco o lo que sea con el familiar, amigo, compañero derrotado (y que pague él o ella por perder, por supuesto) mientras aguanta la coña con estoicismo. No debe haber NADA DE VIOLENCIA; que los programas que todos conocemos están deseando sacar cosas malas de Andalucía, no les demos ese gusto.
Y ya para despedirme, con permiso de los verdiblancos, vuelvo a dirigirme a los míos, a los de colorao. Sevillista, el martes déjate la garganta, no importa si juega Sarabia o Ganso, Vietto o Ben Yedder, Mariano o Mercado. Los once que salgan y los tres cambios son los nuestros, nuestra familia y hay que defenderles, porque con nuestro aliento y nuestro apoyo podremos conseguir que nuestros queridos béticos y béticas nos paguen unas rondas y aguanten nuestras coñas. ¡¡¡VIVA EL SEVILLA!!!
Imagen destacada vïa: taxistasevillista.blogspot.com
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