Durante la prueba de 50 kilómetros marcha disputado durante la jornada de ayer, pudimos ver como el francés, plusmarquista mundial de la distancia, Yohann Diniz terminaba octavo. Esto no sería noticia si no fuera por el desfallecimiento que sufrió durante la prueba.
Salió muy fuerte el francés que cuando contaba con 1:40 minutos de ventaja se vio obligado a parar durante un minuto echándose mano al estomago, todo apuntaba a problemas intestinales. Reanudó la marcha cuando pasaba a su altura el canadiense Evan Dunfee, y poco después fue absorbido por un grupo de media docena de perseguidores liderado por Thot.
Parecía ya recuperado cuando de repente el marchador galo cayó al suelo desplomado en el kilómetro 35. Saltaron las alarmas y las asistencias le atendieron, pero tras una recuperación milagrosa continuó su marcha para terminar octavo y lograr un diploma olímpico.
Y es aquí donde surge el debate, ¿es una heroicidad o una inconsciencia? Desde mi humilde punto de vista, una inconsciencia. Él es un atleta de élite, y esta acostumbrado a llevar a su cuerpo al límite y, posiblemente sea capaz de realizar este soobreesfuerzo sin consecuencias negativas para él, aunque me cuesta creerlo.
Pero ahora, pongámonos en la piel del espectador, un espectador que ha día de hoy, probablemente, practique ‘running’, el correr de toda la vida y, que participe en carreras populares y maratones. ¿Qué imagen se le da? ¿Intentar llegar a meta en cualquier circunstancia? En mi opinión es una mala imagen ya que, si en un futuro, esa persona se encuentra mal participando en una carrera, intentará llegar a meta bajo cualquier circunstanciaría, poniendo en riesgo su salud.
Últimamente han sido numerosas las noticias de fallecidos en maratones y pruebas populares, con acciones como la de ayer, no hacemos más que incrementar las posibilidades de que esto ocurra, de que la gente trate de llegar a meta sí o sí, sin importar nada su salud.
Diniz llevaba cuatro años trabajando y entrenando para esa carrera, es entendible que él quiera seguir, pero para eso deberían estar los jueces y responsables, para hacer reinar la cordura y evitar estas situaciones. También me gustaría recordar que al ser un atleta de élite, ha pasado numerosos controles médicos y esta controlado, pero un atleta popular es muy probable que no se haya realizado ni siquiera un electrocardiograma, pero eso, es otro debate.
Imagen destacada vía non-stop-zapping.com
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