Sin categoría

Chris Amon fallece a los 73 años

El fracaso es algo con el que lidiamos todos en el diario vivir. Es parte de la raza humana saber reponerse, limpiarse la tierra después de haber tropezado y seguir adelante, con la frente en alto y el pecho inflado. Y en el deporte del motor no hay tiempo para dejar que la mente te gane cuando las cosas van mal. Todo, incluso el tiempo para que la mente del piloto se recupere se mide en milésimas de segundo. No hay tiempo para sentirse mal por uno mismo. Es, al final, sobrevivir.

Ese afán de supervivencia en un mundo tan competitivo como es la Fórmula 1 ha perdido uno de sus más queridos y simbólicos hijos, alguien que luchó incansablemente para obtener algo que siempre le fue esquivo, como  es ganar un Gran Premio de F1. El pasado 3 de agosto el ex piloto de F1, Chris Amon, falleció víctima de cáncer a sus 73 años de edad.

Brian Watson
Brian Watson

En su paso por la F1, Amon participó en 14 temporadas, fue parte de 13 equipos, participó en 96 Grandes Premios y no obtuvo ningún triunfo. Y no se puede poner en cuestión sus habilidades como piloto, que por muchos colegas contemporáneos del Neozelandés se le consideran virtuosas. Incansables problemas mecánicos y ocasionales accidentes le permitieron ver la corona de laureles en variadas ocasiones, pero no poder tocarla nunca.

Top Gear
Top Gear

Chris Amon nunca temió sacar fuerzas del fracaso, algo que le trajo más que una “recompensa” en 1966. Teniendo como compañero de equipo a su compatriota, Bruce McLaren, consiguieron el trono de Le Mans a bordo de un Ford GT 40 Mk II, colocando en los tres primeros lugares a la marca norteamericana y que se dio el lujo de enrostrárselo a Enzo Ferrari por el firme rechazo del italiano a la compra de la marca homónima por parte de la marca del óvalo. Este grandioso triunfo del kiwi vino a demostrar la calidad de piloto que era.

La temporada 1976 vio el retiro definitivo de Chris Amon de la F1. Estamos hablando de un periodo de la F1 en que las muertes de los pilotos no eran algo extraño y algo que estaba presente en la mente de cada uno de ellos. En un periodo de tres años hasta 1976 habían muerto 6 pilotos.

Después de dos accidentes consecutivos, en los GP’s de Bélgica y de Suecia respectivamente, decidió tomarse un descanso y no participar en el GP de Francia. En el siguiente GP de Gran Bretaña, calificando sexto y pilotando cuarto en la carrera, un problema de suspensión lo lanzó fuera del circuito.

El Gran Premio de Alemania albergó uno de los momentos más trágicos de la historia de la F1: el accidente en la segunda vuelta a Nürburgring de Niki Lauda. Y fue justamente esto, y no el echo de que no logró calificar en una buena posición, lo que llevó a Amon a dejar de pilotar un coche de F1. El impacto que generó el accidente de Lauda  en el neozelandés fue tan grande que se rehusó a recomenzar la carrera, lo que llevó a que el dueño de Ensign, Morris Nunn, lo despidiera en forma inmediata. “Había visto demasiadas gente frita en coches de carrera hasta esa altura. Cuando has pasado con tu auto al lado de Bandini, Schlesser, Courage y Williamson, otro golpe como ese era simplemente demasiado”, comentaría Amon sobre su retiro.

Autosport
Autosport

Hoy el mundo del motorsport ha perdido a uno de esos pilotos que no ven a través del velo negro del fracaso, porque para ellos el fracaso no existe.

Foto: F1

Síganme en @McGrot y sigan toda la información y actualidad deportiva en @SextoAnillo, @SextoAMotor, en www.facebook.com/sextoanillo o en nuestro Instagram: sextoanillo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *