La número uno volvió a conquistar el Grand Slam de hierba por séptima vez derrotando a la alemana, número dos del mundo, Angelique Kerber, por dos sets 7-5 y 6-3, en 1h 21m de partido.
Primero fue Roberta Vinci, en su casa, en la semifinal del US Open del año pasado. Luego fue la misma Kerber de hoy en el Australian Open y más tarde tuvo que llegar Garbiñe Muguruza para volver a arrebatarle su siguiente título de Grand Slam. Pero hoy era el día, y por fin Serena Williams pudo volver a disfrutar de lo que es levantar el trofeo de campeona.
Se hizo esperar, pero con este, Williams se hacía con su 22° título de Grand Slam igualando a la alemana Steffi Graf y a tan solo dos más de la australiana Margaret Court, quien presenció el encuentro en la pista central.
Hasta el 6-5 del primer set la zurda de Bremen pareció estar a la altura de la número uno respondiendo a los golpes de la estadounidense, hasta que Williams empezó a forzar los errores de la alemana llevándose finalmente el primer set. Kerber apenas cometió 9 errores no forzados, pero toda la resistencia que mantuvo la alemana durante todo el partido quedaba contrarrestada con la fuerza de los saques y de los pelotazos de derecha que acabaron dando la ventaja a Williams.
“Definitivamente, este año he estado unas cuantas noches sin dormir”, admitió en la sala de conferencias. Sin duda este último título de campeona volverá a hacer soñar a la número uno, quizá, con ser la tenista más grande de la historia.
Foto vía: sport.es
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