La Selección Chilena logró, una vez más, deslumbrar a sus fanáticos y al país sudamericano con buen fútbol y una consecución inédita de títulos. En dos años lograron sus dos primeras copas, aquellas que durante 100 años le fueron negadas.
Aunque su rótulo de campeón vigente los alzaba como candidatos, no era lo mismo que se reflejaba desde la cancha. La Roja había dejado atrás la vertiginosa estrategia de Sampaoli para sumarse a la táctica ofensiva pero pausada de Juan Antonio Pizzi, que llegó para apagar el incendio que emanaba humo negro desde las oficinas de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).
Los primeros partidos de Pizzi no fueron buenos. El equipo mostraba confusión en la cancha e irregularidad en los resultados. Las críticas comenzaron a caer, ya que el equipo formado por Bielsa, mejorado por Sampaoli, se veía distinto a la línea que comenzó el “Loco”, para las Clasificatorias rumbo a Sudáfrica 2010.
Con el andar de los meses, Pizzi fue encontrando el funcionamiento. En la preparación para la Copa América Centenario, los chilenos cayeron en sus amistosos frente a Jamaica como local y ante México, ya en tierras estadounidenses. Ambas caídas dejaron tranquilo al técnico rosarino, que pese a ser derrotado, vio un mejoramiento en el equipo, que luego, con el andar del campeonato, fue llegando a su máxima expresión.
El debut de Chile fue complicado. Argentina llegaba como la número uno del ranking FIFA y lo demostró en la cancha. Dos errores puntuales en la salida marcaron la suerte de La Roja, que cayó derrotada por 2-1. Sólo el descuento de José Pedro Fuenzalida fue rescatable de aquel encuentro.
Los dos siguientes partidos, y donde se selló la clasificación, fueron ante Bolivia y Panamá, tarea que se veía fácil para los de Pizzi, pero que en la cancha presentó más de una complicación. En un largo duelo, Chile se midió ante los bolivianos. Con dos goles de Arturo Vidal, uno de ellos de penal, tras una polémica mano, los campeones de América se perfilaban de cara a los cuartos de final.
Ante los panameños se cerró la fase de grupos. Chile salió con lo mejor que tenía y logró un amplio 4-2, sin embargo la nota negra la marcó Claudio Bravo. El arquero y capitán cometió dos errores que significaron los goles de Panamá. Eso sí, Alexis Sánchez, como gran figura del partido, quiso otra cosa y lideró a los chilenos a conseguir los seis puntos en el grupo y pasar como segundo, tras Argentina que ganó sus tres encuentros.
En el camino hacia el título se cruzó México, cuadro fuerte que llegaba como uno de los grandes favoritos a levantar la copa. El juego de los centro americanos se preveía superior al chileno, incluso en el amistoso jugado días antes, los aztecas derrotaron 1-0 a La Roja. Eduardo Vargas por cuatro, Edson Puch por dos y Alexis Sánchez, marcaron los siete goles con los que Chile masacró al “Tri” y avanzó a semifinales.
Era el turno de la Colombia de James, otro de los candidatos de fierro a quedarse con el título. Juan Antonio Pizzi volvió a confiar en Fuenzalida, convirtiéndose este en una de las figuras de la cancha. El primer gol salió tras un desborde del ex Boca Juniors, que centró y tras rebotar en un colombiano, Charles Aránguiz empujó para el 1-0. Minutos más tarde, siempre en los primeros 10 de juego, sería el mismo Fuenzalida quien empujara en la línea un balón que antes había rematado Alexis Sánchez. 2-0 de Chile y La Roja se anotaba en una nueva final, otra vez ante Argentina.
La final se veía complicada, pero los chilenos salían confiados y tranquilos en repetir lo hecho 358 días. Tanto lo pensaban que alargaron la agonía hasta los penales, igual que el año pasado. El cero en los 120 y los fallos de Messi y Biglia, este último tapado por Bravo, daban a Chile su segundo título en dos años. Su segundo título en 100 años. Su segundo título en toda su historia.
Imagen central: diario el día
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