Análisis

Iniesta, juego, goles y pase a octavos

La Selección Española logró, en el partido de ayer ante Turquía, volver a su esencia. La forma de jugar al fútbol esta vez sí estuvo acompañada de tres premios, que le valen a “La Roja” para lograr la que es, hasta el momento, la mayor victoria de esta Eurocopa de Francia.

Vuelve España. Vuelve la Selección que nos hizo soñar durante cuatro años seguidos logrando esa cadena de títulos que nunca nadie ha conseguido. Y es que el combinado nacional español logró una victoria importantísima ante Turquía para cerrar su presencia en los octavos de final. Quién sabe si como primera o segunda, lo único claro es que los hombres de Vicente Del Bosque van a estar ahí.

El partido de España ante Turquía volvió a ser un recital de buen fútbol por parte de los nuestros, pero con una diferencia respecto al partido ante la República Checa: esta vez el balón entró. Y lo hizo en tres ocasiones. Dos para Morata, que se sitúa en lo alto de la tabla de máximos goleadores del torneo, y otro para Nolito, que no dudó en dedicarle su tanto a Casillas. Y es que España es una piña en la cual todos suman.

En lo referente al fútbol, creo que no hay que nombrar al hombre que dirige al equipo. Ese pequeño mago de Fuentealbilla que hace toda clase de delicias. Ayer, para no variar, otro recital. Andrés Iniesta volvió a dar otra clase de buen fútbol, moviendo al equipo donde él quería, y siendo ese hombre encargado de dar el pase que rompiese por completo las líneas del rival, como en el tercer gol, en el cual se inventó un pase entre líneas para Jordi Alba que acabaría con el tanto de Morata.

Y es que España, en el encuentro de ayer, jugó bien con y sin balón. Con él, cada vez que la pelota tocaba las botas de uno de los futbolistas de España, este se movía con gran criterio. Busquets volvió a ser el ancla que pedía a voces este combinado. En él empezaba el fútbol. Por delante Iniesta, del cual ya se ha dicho todo, y Fábregas, que aunque no brilló, se mostró a un buen nivel a lo largo del partido. En las bandas, Silva y Nolito aportaron ese desborde tan necesario. El canario, mejor en la primera mitad.

Atrás, el equipo volvió a mostrar una gran seguridad. Quizás lo único destacable, si tenemos que hacer referencia a algo negativo, fueron un par de errores de Sergio Ramos, que sus compañeros solventaron para que el peligro no acechase la portería de David De Gea. Junto a Ramos, Gerard Piqué. Ya nadie le pita. No es para menos. Otro partidazo del central del Barça, que está cuajando una competición sensacional. En las bandas, Juanfran y Jordi Alba fueron dos puñales. Sus aportaciones ofensivas fueron clave para abrir a la defensa rival.

Y sin balón, España volvió a ser ese equipo que nos enamoró hace ahora ocho años. Presión tras pérdida. Esa fue la clave. Cuando el combinado español perdía el balón se apretaba y se recuperaba muy rápido. La presión del equipo español fue muy alta, y ese aspecto acabó teniendo premio. Además, se pudo observar que el equipo está en un buen momento en lo referente al apartado físico, algo que en Brasil se echó mucho de menos y que para este torneo se pedía a voces.

Imagen destacada: www.abc.es

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