La selección de Jan Kozak se verá las caras ante la portentosa Rusia para marcar el cierre o la continuidad de esta Eurocopa 2016 que no ha comenzado a desarrollarse según sus planes.
Ya se vio el pasado sábado ante Gales que algún que otro enclave no encajaba en el terreno de juego, centrándose el equipo excesivamente en jugar en largo y precipitándose en la salida de balón. Tan solo se trataba de llegar al marco rival, el de Ward, de una forma rápida y sencilla, no se hacía uso de ninguna táctica.
Aún así, la perla, Marek Hamsik, consiguió brillar y hacer de su juego lo mejor de una selección que temblaba con el balón en los pies de su defensa. Fue incómodo sobrellevar un encuentro de esta forma, aunque se consiguió un tanto que dejó a la afición parcialmente contenta. Sin embargo, una vez se mira el 0 en el casillero de los eslovacos, uno se percata de la necesidad que tienen de sumar en esta próxima jornada.
Rusia será la que se situará enfrente de ellos. Los habituados al gélido clima del este de Europa ya saben lo que es terminar con los sueños de una Inglaterra que, a pesar de practicar un gran juego, acabó por empatar a uno con ellos el pasado sábado, llegando el gol inglés a raíz de una falta directa (la primera en la historia de Inglaterra en la Eurocopa en acabar en tanto). Son, pues, un bloque creado para la sorpresa y el aguante en el que sus nuevos futbolistas son capaces de todo y más.
No hay un claro favorito para este duelo, aunque si se mira únicamente el plano deportivo, se encuentra una mayor calidad por parte de los rusos, quienes ostentan mayor consistencia y pueden sobrellevar mejor los noventa minutos. En caso de que todo se desarrollase como los partidos anteriores, Rusia sería la que se llevaría el gato al agua; todo ello sin tener en cuenta que Eslovaquia necesita puntuar para seguir viviendo.
Es ese el punto a destacar de este país. El hecho de marcharse de este enfrentamiento sin punto alguno les haría colocarse en el ranking de fracasos europeos, además de en el punto de mira de las selecciones poco potentes. Junto a ello, el disponer de un equipo de un gran nivel y con jugadores militando en grandes conjuntos del viejo continente como Martin Skrtel (Liverpool) o Hamsik (Napoli), obligaría a la competición europea a perder estrellas que, en caso de que sus equipos se organizasen, podrían llegar un paso más lejos.
Por otro lado, la posible sanción a Rusia podría dejar a su afición con cierta confusión, así como a sus representantes, los cuales son sabedores de que no puede ocurrir incidente alguno previamente al partido si desean seguir. Este puede ser uno de los matices más llamativos para analizar de cara al choque, ya que, si los hombres de Leonid Slutski se adhieren al tema, podría acabar todo en una tragedia futbolística.
No será cuestión de valores premeditados, sino de efectivos que se vean en el césped. Dos filas de once jugadores saltarán al campo con todo lo que tengan para brindar a los presentes en el Pierre-Mauroy de Lille a las 15:00 el mejor espectáculo posible. El de un Rusia-Eslovaquia con demasiada intrahistoria.
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