Análisis ATP Tenis

Mens sana in corpore Gandor

El tenis es un deporte muy difícil, de los más complejos. No solo por el aspecto técnico, el estado físico y las condiciones climáticas. Además, por la cuestión mental. En este último tiempo contamos con buenos ejemplos de lo expuesto. No como casos aislados, cuyo mayor exponente es el autraliano Nick Kyrgios y sus extravagancias de todo tipo; o su compatriota Bernard Tomic, acusado de no esforzarse en alguno de sus partidos; sino por varios ejemplos donde la fortaleza mental es determinante.


La tan promocionada NextGen, generación de jugadores que tomarían la posta en la cima del ranking, tienen dificultades para mantenerse como líderes. ¿Qué es lo que los condiciona? Claramente la cuestión mental, la “mens sana”, fuerte, enfocada, para así, lograr un “corpore Gandor” o una postura ganadora, una postura sólida ante los desafíos. Ahora bien, esta situación sería el síntoma, el resultado. ¿Pero, generado por qué causa? Básicamente por una “no fortaleza” mental, por la incapacidad de afrontar las múltiples presiones que el éxito demanda. Ruvlev, Zverev, Tiafoe, Tsitsipas, Shapovalov, Yunseong, etc. son algunos jóvenes quienes, a temprana edad, alcanzaron el éxito, la fama, los flashes…y la presión. Esto no es matemático ni muchos menos, o un condicionante asociado a la edad o a una cuestión fisiológica porque otros jugadores, a esa edad, no solo afrontaron la presión, sino que se mantuvieron en la cima o siguieron evolucionando.

No nos olvidemos que Nadal obtuvo su primer Roland Garros a los 19 años, Borg a los 18 y Becker, con 17, su primer Wimbledon. Descartado lo fisiológico, pudiendo objetivamente comparar con otros casos, lo único que restaría es un análisis desde lo aprendido y lo aprehendido.

La fortaleza mental puede ser innata, parte del carácter o temperamento propio, pero también puede ser algo que se “entrena”, algo que se forja a través de las buenas costumbres, del ejemplo, de copiar las “best practices”. Y también de los limites. Citando algunos casos, podemos abonar esta premisa. El gran Federer, en su época de juvenil, era irascible, rompía numerosas raquetas y tenía un temperamento explosivo dentro de los courts; el incansable Ferrer, era rebelde y travieso, pero ambos, hoy en día, son tal vez de los jugadores más admirados, no solo por su juego, más que nada por su educación, profesionalismo y civilidad dentro de la cancha. ¿Qué ocurrió, entonces? Les pusieron límites. A Roger, su padre le dijo que no debía seguir comportándose así. Y para el caso de Ferru, hay graciosas anécdotas por parte de su entrenador, pero en un momento, a modo de penitencia, hasta llegó a dejarlo encerrado en un depósito.

Sin ánimo de ingresar en un terreno psicológico analizando si corresponde o no, simplemente exponemos la hipótesis de la posibilidad de ayudar, apoyar y hasta “entrenar” a los jóvenes en el aspecto mental a fin de lograr el foco necesario al momento de vivenciar las presiones del éxito o de la prensa, por nombrar algunas. El tío Tony Nadal y su famoso sobrino son otro ejemplo de la observación a esa cuestión. La fortaleza granítica del mallorquín, también se ha forjado en incontables horas de charlas sin raqueta. Tal vez, un tanto extremo, los entrenamientos en la nieve en heladas mañanas austriacas impuestas a un muy joven Dominic Thiem tenían más como fundamento fortalecer su mentalidad que sus piernas.

Mientras escribo miro Wimbledon. Nadal en la red, Nick Kyrgios tira un bombazo directo al cuerpo. Rafa lo mira, el australiano festeja. Es licito, pero las buenas costumbres indican que debería de haber pedido disculpas. Eso se aprende. Y también se aprehende. Para ser un campeón, no alcanza solo con ser excelente técnicamente y físicamente ser un atleta. También requiere de prepararse mentalmente, estar enfocado, poder concentrarse en el juego. Y que las redes sociales, la prensa, los flashes, los comentarios y el miedo a fallar, queden en el vestuario. La evolución genera una prolongación en la etapa de envejecimiento, y también una adolescencia cada más temprana. Este jueves tenemos a una Cori Gauff con tan solo 15 años jugando segunda ronda del abierto inglés. Como decían nuestros abuelos, no quemar etapas, cada cosa a su tiempo. Y también, el tiempo necesario a cada cosa.

Acompañar a futuros jugadores profesionales desde el respeto de sus tiempos madurativos, evitar la sobre exposición y presiones exitistas por un puñado de partidos, debería ser el gran desafío de quienes preparan y entrenan a estos contemporáneos gladiadores para salir a la arena, donde feroces factores externos serán, seguramente, difíciles de manejar para quienes no estén preparados.

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Fuente: Wikipedia.org

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