Análisis Football Americano NFC NFL

Análisis a mitad de viaje: NFC

Con 9 semanas jugadas de las 17 que dura la temporada regular de la NFL es de recibo el que debamos hacer una recopilación y retrospectiva de dónde están las 32 franquicias a estas alturas y si han cumplido con los, no siempre bien intencionados, vaticinios de los aficionados a este deporte. Para ello os dejamos estos análisis de ambas conferencias. Primero, la NFC.

Arranquemos con ello empezando con la conferencia nacional, y lo haremos por la única división cuya totalidad de integrantes ha conseguido levantar el Vince Lombardi, la NFC Este.

Esta división parecía a principios de septiembre que tendría un dominador claro. Los Philadelphia Eagles venían de conseguir su primer Lombardi y todos teníamos la sensación de que los chicos de Doug Pederson segurían siendo una apisonadora. Pero ay amigos, las resacas existen – que se lo digan a los  Denver Broncos… – y  cundía el pánico de un nuevo caso. Aún con todo, el equipo dejó atrás el comienzo dubitativo y parece que llega a la segunda parte de la temporada con los engranajes más pulidos y como favorito a llevarse la división de nuevo, con un Carson Wentz que ha vuelto a parecerse a lo que nos tenía acostumbrados ¿El problema? El calendario. Les quedan auténticos partidazos dignos de enero. Pero es el precio a pagar por ser 1º de división el año pasado, y todos los equipos lo pagan a gusto.

Los Giants eran la apuesta loca de muchas personas. Argumentando que la defensa estaba ahí como hacía dos años y que la llegada de Saquon Barkley catapultaría al equipo, muchos se aventuraron a situarlos luchando por los puestos de Wildcard. Nada más lejos de la realidad. La OL es un coladero y el bueno de Saquon se tiene que ganar cada yarda luchando contra viento y marea. Y Eli Manning… Bueno, decir que si la gente les echaba en cara no haber cogido a un QB teniendo una ronda tan alta en el draft, tranquilos. Este año para fortuna de los aficionados de los azules del Metlife volverán a elegir alto.

Foto del Eagles at Giants – Week 6 2018 (vía Bill Koustron/Associated Press)

Completamente contrario al caso anterior tenemos a los Redskins. Todos los situábamos como un equipo sin catalogar, con nuevo QB y con muchas preguntas por responder. De la mano de un Adrian Peterson que parece vivir una segunda juventud, se han postulado como serios candidatos a luchar por una plaza en postemporada. Si bien el coach Gruden (¿el bueno?) está sabiendo hacer funcionar el ataque, lo sobresaliente de este equipo es la defensa. Ha pasado de ser la peor contra la carrera, recibiendo 134 yardas de media por partido, a ser este año la segunda mejor, concediendo únicamente 80. Un ejemplo más de lo grandiosidad de la NFL.

Con los Dallas Cowboys ha pasado algo extraño. Se suponía que el equipo estaba montado para que esa pedazo de OL, en términos de salarios, que no siempre aparejado a su rendimiento real, volviese a permitirle a Zeke Elliott asfaltar defensas a su paso. Por otro lado, el puesto de Dak Prescott se presumía que estaba en juego en base a su rendimiento. Pues bien, el equipo ha tenido sus más y su menos, primando lo segundo, pero si ahora mismo siguen en la pelea es gracias a su defensa. Los Lawrence, Smith y Vander Esch están tirando del carro del equipo y permitiendo menos de 18 puntos por partido a sus rivales. Pero todo parece nublarse ante el que podemos catalogar como el entrenador más amarrategui de toda la liga, Jason Garret. La jugada que mejor justifica esta afirmación la tenemos todos en mente. En 4ª y 2, en la yarda 42 del equipo contrario, en OT, con Zeke Elliot y esa OL. Todos sabemos el final de la jugada, pero el de la carrera de Garrett como HC de Dallas da la sensación de que dependerá de él y de cómo acabe el equipo esta temporada.

Foto del Cowboys at Redskins, Week 7 2018 (vía Mark Tenally/ Associated Press)

Vayámonos hacia la NFC Norte, donde el que sus franquicias hayan sido tan laureadas a lo largo de la historia de la NFL, tanto en la era SuperBowl como en épocas anteriores,  otorga a la división un halo de misticismo único.

Los Minnesota Vikings fueron uno de los grandes protagonistas de la offseason, en la que se hicieron con Kirk Cousins prometiéndole un contrato 100% garantizado de 3 años. Muchos temíamos que un equipo tan bien montado y con un sistema tan definido tuviese problemas a la hora de adaptar al ex QB de los Redskins al mismo. Pero esos temores se disiparon con el paso de los partidos. Con un Cousins jugando a muy buen nivel, acompañado por un grupo de receptores en los que la figura de Adam Thielen (menuda historia la de este chico) ha alcanzado unas dimensiones de superestrella, la única pega en ataque sería el juego de carrera. Por su parte, la defensa sigue a lo mismo que el año pasado secando ofensivas en terceros downs, lo que hace que todos veamos a estos Vikings como los favoritos a llevarse la división y candidatos a todo.

En Detroit afrontaban esta nueva temporada como el Año I de la saga Matt Patricia. El excoordinador defensivo de Patriots llegaba a los Lions con la vitola de tener que quitarse de encima el supuesto gafe que ha acompañado siempre a los pupilos de Bill Belichick al salir de la protección del maestro y hacer dar al equipo ese pasito más para convertirse en aspirante serio en la NFC. Lo más llamativo hasta el momento aun contratando un HC de corte defensivo lo encontramos en ataque, donde se ha producido la conversión de un sistema completamente pasador a uno más equilibrado. Jugadores como Blount o la explosión del rookie Kerryon Johnson han dejado atrás estos malos años en que Detroit aparecia en la cola de la clasificación de yardas de carrera por partido. Aun con ello y mantener una defensa apañada, el equipo sigue dando una de cal y una de arena a los aficionados, y el panorama para los de Motor City no parece muy halagüeño para lo que resta de una  temporada que pintaba a priori como la que parecía iba a ser el punto de inflexión de esta franquicia.

Foto del Lions at Vikings, Week 9 (vía Bruce Kluckhohn/ Associated Press)

En la ciudad del viento los Chicago Bears veían nacer un proyecto ilusionante, el cuál parecía emular la fórmula llevada a cabo el año anterior por los L.A. Rams. Matt Nagy, coordinador ofensivo en Kansas la temporada pasada y otro de los muchos HC que salen de la escuela de Andy Reid, llegaba al equipo con la misión de darle una nueva dimensión a un ataque en el que un joven Mitch Trubisky no había tenido prácticamente ocasión de demostrar si valía o no. Y la verdad que el chico ha dejado alguna que otra duda, posiblemente porque las comparaciones con otros QB como Mahomes o Watson, que salieron con él en el Draft de hace dos años, le dejan en mal lugar, pero se le ve capacidad para evolucionar bajo la nueva gestión y poder dar el salto de ser un simple gestor de juego a algo más. Sin embargo, su primera parte de la temporada se resume en un nombre, Khalil Mack. El excelente pass rusher llegaba de los Raiders para transformar una defensa que ya contaba con buenos efectivos, pero que con él ha alcanzado una dimensión superior. Ha sido un gusto verles jugar en defensa dominando la gran mayoría de partidos, lo que les ha facilitado que hayan llegado a esta mitad de campaña con un récord positivo y con pintas de poder disputar tanto la división como una plaza de wildcard de la NFC.

Los Green Bay Packers siguen encomendando su juego, su presente y su futuro a la figura del omnipotente Aaron Rodgers, al que le hemos visto momentos brillantes este inicio como nos tiene acostumbrado pero al que se le comienza a ver frustrado. Y no es para menos. Por fin esa defensa repleta de jóvenes talentos como Blake Martínez, Kenny Clark, Kyler Fackrell o Jaire Alexander está siendo más que una apuesta para el futuro y está rindiendo a un nivel más que aceptable, lo cual debería favorecer a que el ataque pudiese mostrar su mejor versión, pero no es así. El sistema plano y muchas veces predecible de Mike McCarthy hace que muchos de los fans cheeseheads se desesperen viendo como uno de los mejores quarterbacks de la era moderna pierde el tiempo y las oportunidades de conseguir un segundo anillo de campeón de la Superbowl. Les queda una segunda parte de temporada en la que van a tener que remar contra viento y marea para llegar a meterse en playoffs, cambiar la dinámica y ser por fin el claro contendiente que todos le consideramos tan solo por contar con Rodgers en sus filas. Pero estas proezas ya se las hemos visto hacer antes a los del estado de Milwaukee.

 

Foto del Bears at Packers, Week 1 (vía Mike Roemer/ Associated Press)

Nos vamos del frío del norte al soleado sur para analizar la que a todos nos parece una de las divisiones más difíciles y con mayor nivel de la NFL. En la NFC sur, cada duelo divisional parece valer el doble y el gran nivel de sus equipos el año pasado les llevó a meter a 3 equipos en postemporada.

Creo que es justo comenzar hablado del que a día de hoy es el mejor equipo de toda la competición, los New Orleans Saints. Es justo porque, si bien comenzaron las dos primeras semanas con dudas y afrontando las primeras cuatro sin Mark Ingram, este equipo es un espectáculo digno de ver cada domingo. La defensa cada partido que pasa parece ponerse más a tono, la elección de Marcus Davenport les ha aportado mucho al pass rush y la secundaria parece ir cogiendo de nuevo el nivel del año pasado. Dicho todo esto, hablemos de cómo un hombre llamado Drew Brees con 39 años sigue dominando la liga a su antojo y jugando el mejor football de su carrera, cómo Alvin Kamara es uno de los running backs más completos que ha visto este deporte en los últimos años y cómo la consagración de Michael Thomas les ha catapultado a ser un arma ofensiva imparable. ¿No es suficiente? El mencionado Ingram, una OL de lujo, el rookie Tre’quan Smith y el no tan rookie Ted Ginn… ¡Y ahora van y firman a Dez Bryant! Pinta a que van a arrasar con lo que pillen y que en enero hablaremos mucho y seguramente muy bien de estos Saints.

A su vera, acechando aunque no parece que por nivel de cerca en la división tenemos a unos Carolina Panthers jugando a su mejor nivel desde la temporada del 15-1 en que llegaron a la Superbowl.  Norv Turner ha conseguido crear un sistema en que luce de nuevo la mejor versión de Cam Newton, lo que se traduce en un ataque muy serio con mucha versatilidad, tanto por aire explotando el excelente brazo de número 1 como por tierra, donde el uso de Christian McCaffrey y del propio Newton y las option le convierten en uno de los mejores equipos en yardas de carrera por partido con casi 144. En defensa el equipo está agradeciendo la salud de Luke Kuechly, y si ya disponía de un front seven más que decente, la irrupción del rookie Donte Jackson y la llegada de Eric Reid en la secundaria les hace plantarse de cara a la segunda mitad de temporada con muchas papeletas de entrar en playoffs para luchar por un puesto en el gran partido que se jugará el primer domingo de febrero en el estadio del siguiente equipo a analizar.

 

Foto del Buccaneers at Panthers, Week 9 (vía Neil Redmond/ Associated Press

 

Y es que los Atlanta Falcons en este momento son uno de los equipos que más incógnitas a responder de la conferencia. Después de empezar el curso con un 1-4 que hacía que muchos los dejasen ya fuera de playoffs, el equipo se ha sabido sobreponer a todas las lesiones que han minado su defensa y afronta lo que queda de campaña con un récord de 4-4 que le permite poder soñar con entrar de nuevo en playoffs. Y es que la realidad es que Atlanta tiene un equipo plagado de talento en ataque, con una defensa que rezuma a Dan Quinn que acaba de incorporar a Bruce Irvin y con un aura de equipo grande ganada por estos últimos dos años de presencia en postemporada. Todo esto nos devuelve a todos a la postura de verlos yendo hacia arriba siendo uno de los aspirantes a la wildcard de la NFC.

Para concluir la división nada mejor que hablar de los Tampa Bay Buccaneers. Que no os engañe su récord actual o el que no se les vea capaces de hacer más que dejar pasar la temporada para seguir construyendo. Este equipo copó las portadas de las primeras semanas de competición, siendo capaces de ganar a equipos como Saints o Eagles. La figura de Ryan Fitzpatrick emergió de nuevo, como movido por los dioses de Canton, encadenando partidos de 400 yardas y múltiples TD. Pero las alegrías tan pronto llegaron se fueron y volvimos a conocer a la versión más mundana de “Fitzmagic”. El regreso de la sanción de Jameis Winston en un estado de forma pésimo no ayudó, y ahora parece que de nuevo el equipo se encomienda a la grandiosidad de Fitzpatrick para no pasar otra temporada de sequía. En secundaria siguen teniendo un agujero tan grande que son la peor defensa de toda la NFL en puntos por partido, recibiendo más de 34, lo que hace que enfrentarse a ellos sea un poco como jugar a la ruleta rusa. Mucho que cambiar de cara al futuro y una segunda parte de la temporada que se les puede hacer muy larga.

 

Foto del Saints at Falcons, Week 3 (vía David Goldman/ Associated Press)

Última división, nos vamos a la NFC oeste para dar por terminado este análisis de la NFC y así llegar a la mitad de nuestra recapitulación de lo que ha dado de sí la primera parte de la temporada en la NFL.

Los Seattle Seahawks son una de las historias positivas de estos primeros dos meses de competición. Cuando todos creíamos que ese proyecto no daba para más, que dejarían de ser competitivos y que la reconstrucción en la ciudad esmeralda era el camino a seguir, estos tipos comandados por su HC Pete Carroll salen cada domingo a luchar y competir como si se acabase la temporada. Con un 4-4 tiene a años luz la división, pero quién sabe si pueden ser uno de esos equipos que luche por meterse en la wildcard. La OL está a un nivel excepcional, más aún comparado con lo que nos tenía acostumbrados, lo que permite a la gran estrella que es Russell Wilson poder hacer más que no simplemente correr por su vida. También ha favorecido a esto el resurgir del juego de carrera más allá de Wilson. Por su parte, la defensa sólida que caracteriza la cultura de los del CenturyLink Field sigue siendo un hueso duro de roer. Veremos si no dan a más de uno de la conferencia un disgusto llegado el punto…

En el desierto arena y poco más. Los Arizona Cardinals parece que vagan sin rumbo. Con un quarterback rookie elegido en primera ronda del draft al que cada partido que pasa le meten más palos (tras inexplicablemente darle a Sam Bradford una cantidad de dinero ingente por un par de partidos) parece que piensan más en el 2019 que en otra cosa. La vuelta de David Johnson parecía que podía dar un halo de esperanza a la franquicia y que su defensa tenía efectivos para poder funcionar bien. Ni lo uno ni lo otro. Ahora mismo muchos aficionados de los Cardinals rezan cada domingo para que su equipo no gane y así aspirar a un pick alto en el próximo draft, aunque suene triste. Destacar por lo menos el buen acierto de elegir a Christian Kirk. La segunda parte de la temporada va a ser eterna, y cuidado que Josh Rosen no salga quemado o veamos cambios en el staff.

 

Foto del Seahaws at Cardinals, Week 4 (vía Rick Scuteri/ Associated Press)

En San Francisco 49ers están las cosas parecidas, solo que aquí hay un hecho que ha marcado el que su temporada se dé por acabada, la lesión de Jimmy Garoppolo a principio de temporada. Eso, combinado con la baja antes de empezar de McKinnon y demás problemas de salud han hecho que el proyecto de Kyle Shanahan tenga que esperar un año más para poder competir de verdad. Aun con ello, tal vez el hype que había en torno al equipo era demasiado. Es un proyecto joven y hay paciencia. Ahora les toca esperar a postemporada y a seguir construyendo el proyecto que esperan devuelva a la bahía la gloria que han disfrutado históricamente los mineros. Mucho talento joven y piezas para probar y seguir mejorando de cara a este final de campaña sin presión.

Para terminar con un sabor dulce el análisis hablaremos del inicio de campaña tan espectacular de los L.A. Rams. El año pasado el HC Sean McVay revolucionó totalmente el equipo de arriba abajo e implantó uno de los sistemas ofensivos más atrevidos, modernos y explosivos de la competición. Por si fuera poco, en offseason dieron todo lo que tenían de cara al futuro por hacerse con piezas que les hiciesen contendientes serios al anillo desde ya. De esta forma llegaron Brandin Cooks, Marcus Peters, Ndamukong Suh o Aqib Talib. El ataque comandado por Todd Gurley ha recibido muy bien al exreceptor de Patriots y el equipo parece ser el de una Pro Bowl, lo que les ha hecho llegar a mitad de temporada con un récord que de no ser por los Saints seguiría luciendo un 0 en la columna de derrotas. Aun con ello, la defensa ha dejado dudas en ciertos momentos y tienen una falta de calidad en el grupo de LB importante. El único que no falla, sigue jugando y destrozando todo lo que pilla a su paso partido a partido es Aaron Donald. Veremos si Wade Phillips consigue solucionar y engrasar al máximo la máquina de nuevo. Y de cara a lo que queda simplemente decir que tienen la división más que cerrada y que son favoritos junto a los de New Orleans a llegar a la Superbowl.

Foto del Rams at 49ers, Week 7 (vía Josie Lepe/ Associated Press)

Todas las fotos empleadas pertenecen a Associated Press, bajo de cada una de ellas consta el autor de la misma.

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