Corría el minuto 36 de partido cuando Sergio Lozano aceleraba, con 3-2 a favor en el marcador, para anotar el tanto que debía dar la tranquilidad al combinado español, el gol que certificase el pase a cuartos de final, cuando un mal apoyo hizo que el Búfalo cayese al suelo retorcido de dolor. Tras las exploraciones los peores presagios se han confirmado: rotura del ligamento cruzado anterior.
El árbitro consideró que Lozano fingía la caída con el objetivo de que le pitasen penalti, por lo que le mostró la cartulina amarilla (la segunda) y por tanto la expulsión. Pero eso ahora no importa. La imagen de Lozano retorciéndose, al borde del llanto, nos sobrecogió a los espectadores mientras deseábamos que no fuese grave. Se fue cojeando, pero por su propio pie. Un leve rayo de esperanza que finalmente no se ha cumplido. Tras estar en observación, el doctor Luis Martínez Riaza, de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha emitido un comunicado el pasado jueves noche con el parte médico oficial en el que se informa que sufre una rotura casi total del ligamento cruzado anterior en la porción proximal de su rodilla derecha, lo cual requiere intervención quirúrgica, motivo por el cual el jugador ha vuelto a España para ser, después de una revisión por parte de los médicos de su club, operado en Barcelona.
El madrileño, emocionado ante las muestras recibidas no ya de su afición sino de compañeros y rivales de profesión, escribió estas líneas en su cuenta personal de twitter (@sergiolozano09) a modo de agradecimiento:
Desde Sexto Anillo queremos enviarle mucha fuerza y el deseo de verle muy pronto en las pistas haciendo lo que más ama: jugar al futsal.
¡Ánimo Búfalo!
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