Margarita Mamún se ha hecho con el oro olímpico en la tarde del 20 de agosto, ya entrada la noche en España. La rusa se sube al pódium con una puntuación de 76.483, seguida por su compañera Yana Kudryavtseva, a casi un punto de diferencia (75.608). El bronce ha sido para la ucraniana Ganna Rizatdinova, que se ha sumado al pódium con 73.583 puntos.
Ya el viernes, en las primeras rotaciones, Mamún demostró una templanza absoluta para llevar a cabo sus ejercicios. Actuó radiante, pero sobre todo tranquila, consiguiendo una puntuación regular con la calma y la destreza que le caracterizan. No fue el caso de Yana, que algo más lenta e inquieta —aunque no dejó de ser espléndida— se alejó de la primera posición.
Se temía que en el día de la final Kudryavtseva estuviera descentrada y afectada por los resultados de la jornada anterior. Sin embargo, crecida y tranquila, ha ofrecido su mejor versión en los ejercicios de aro, pelota y cinta. Elegancia, flexibilidad y técnica, cualidades de oro en una gimnasta, reflejadas en tres ejercicios que le prometían lo más alto del pódium. Sin embargo, un fallo en los últimos segundos de su ejercicio de mazas le ha impedido el oro. Así es la gimnasia y ellas asumen las consecuencias: un segundo de desconcentración le ha dejado fuera de su meta olímpica.
Mamún ha actuado brillante durante toda la competición, aun obteniendo notas ligeramente inferiores a las de su compañera en tres de los ejercicios. Con mucha templanza y sin grandes fallos, ha conseguido una puntuación muy regular que le prometían la victoria. La actuación con cinta, en la que ha mostrado todo su carácter, ha terminado asegurándole el oro.
El tercer puesto ha estado reñido hasta el último momento. La coreana Son Yeon Jae ha tenido una muy buena actuación durante la clasificación y la final, persiguiendo a las rusas con distancia, pero superior a las demás. Pese a dos poderosos ejercicios con pelota (18.266) y mazas (18.300), no ha podido ser: Rizatdinova, por Ucrania, ha demostrado unas cualidades excelentes y ha brillado durante toda la competición. En la jornada de clasificación consiguió puntuaciones muy cercanas a las de las favoritas, y en la final ha destacado con unos ejercicios llenos de carisma y energía, sin grandes fallos y con la elegancia propia que la caracteriza. Ha cambiado de vestuario respecto a las actuaciones del día anterior, se ha llenado de fuerza y ha destacado en el tapiz con puntuaciones muy altas, coronando con 18.483 puntos su ejercicio de aro.
Son Yeon ha quedado desplazada al cuarto puesto, por encima de las bielorrusas Staniouta y Halkina, seguidas de la búlgara Vladinova, Carolina Rodríguez por España, Marina Durunda (Azerbaiyán), y Mustafayeva (Francia). Solo ellas diez consiguieron el pase a la final la tarde anterior, de entre las veintiséis gimnastas que se presentaron a Los Juegos.
La emoción ha continuado hasta el final: Rizatdinova ha conseguido por fin un metal olímpico, tras años de evolución constante que poco le hacen parecerse a la joven de Londres 2012. Ha terminado su último ejercicio irradiando una felicidad que ha contagiado al público, y ha subido al pódium emocionada por tan gran logro personal y profesional. Kudryavtseva ha conseguido la plata tras una temporada muy dura que puso en cuestión su continuidad en la gimnasia y su participación en Río. Margarita Mamún ha alcanzado el primer puesto, ha abrazado a Kudryavtseva y ha mostrado total respeto hacia su compañera, afectada por los fallos cometidos en el ejercicio de mazas. Sin embargo, la actual campeona del mundo se ha deshecho en lágrimas de emoción, ha recibido la felicitación de cada una de las gimnastas presentes en la final, y vuelve a casa con un oro, fruto de su espléndido trabajo del que hemos podido disfrutar este fin de semana en Río de Janeiro.
Foto destacada vía RTVE.
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