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LSDJ: Jamal Crawford

En “La Sonrisa del Jugón” de esta semana vamos a centrarnos en la figura de un auténtico jugón, que sin obedecer a sistemas, jugadas y estrategia, se ha hecho un hueco enorme en la NBA y en las preferencias de los espectadores de todo el mundo: Jamal Crawford.

Jamal Crawford nació en Seattle, Washington, el 20 de marzo de 1980 y juega de escolta en Los Ángeles Clippers. Comenzó su andadura en el mundo del baloncesto en el Ranier Beach High School, ganando en 1998 el WIAA State Championship, torneo organizado por la Asociación de Actividades Interescolares de Washington. Era la estrella del equipo que, incluso, retiró su número en su honor (23) cuando terminó el instituto y se marchó a la Universidad de Michigan.

En los Wolverines de Michigan empezó a tener unas medias en puntos y asistencias similares a las totales de su carrera NBA (16 puntos y 5 asistencias) en su único año universitario. Se declararía elegible para el Draft del año 2000 en el que resultaría escogido en la octava posición por los Cleveland Cavaliers. Sería traspasado por la elección de Chicago Bulls, Chris Mimh, empezando su carrera en la franquicia del lago Michigan.

Sorprende, en su primera temporada, negativamente debido a su baja efectividad en los tiros de campo (35.2 %), teniendo en cuenta que ha basado su juego en el uno contra uno y en el tiro exterior. Su segunda temporada estuvo marcada, lamentablemente, por una lesión, así que vemos que no fueron triunfales sus primeros años en la mejor liga de baloncesto del mundo. Jugó únicamente 23 partidos en su segundo año, mejorando el siguiente y llegando a su última temporada en Chicago con los mejores números de su carrera hasta el momento (17.3 puntos, 5.1 asistencias). En esta última, anotó cincuenta puntos en un partido con 6/11 en tiros de tres puntos contra los Toronto Raptors. Terminaría traspasado a Nueva York su cuarto año en la NBA.

En La Gran Manzana se consolidó como titular, superando los veinte puntos en muchos partidos, incluyendo uno de 41 contra Charlotte. Durante su segunda temporada en Manhattan, Larry Brown encontró el acomodo perfecto de Jamal en el roster, que lo definiría durante toda su carrera, el sexto hombre. Aunque es con Isiah Thomas en el banco cuando tuvo su mejor año (20.6 puntos y 5 asistencias). En los Knicks también consiguió otro partido de más de cincuenta puntos (52), con una exhibición en el tiro: hasta dieciséis tiros libres anotados seguidos y ocho triples consecutivos.

Volvió a ser traspasado, esta vez a los Golden State Warriors de Don Nelson, convirtiéndose en el cuarto jugador de la historia en meter más de cincuenta puntos en tres equipos diferentes, junto a jugadores como Wilt Chamberlain, Bernard King o Moses Malone, históricos todos ellos. Poco tiempo duraría jugando para los de Oakland, ya que fue de nuevo traspasado, esta vez a Atlanta Hawks, donde empezó a desarrollar esa imagen de eterno candidato al Mejor sexto hombre del año.

Ganó por primera vez el premio en 2010, en un equipazo de Atlanta donde jugaban Mike Bibby, Joe Johnson, Josh Smith y Al Horford, entre otros. Sin embargo, tras pasar una temporada discreta en Portland Trail-Blazers durante el año del Lockout, Los Ángeles Clippers se hacían con sus servicios.

Primero con Del Negro y después con Doc Rivers, continuó desarrollando su peculiar estilo de juego, llegando a las cotas más altas con Rivers en la banda, ganando su segundo (2014) y tercer (2016) premio.

Pero más allá de los equipos y las estadísticas, Jamal Crawford ha destacado, destaca y destacará para siempre por ser un enorme jugador de uno contra uno y por ser el máximo anotador de 3+1 de la historia de la NBA (52 contando hasta los Playoffs de este año).

Cuando Rivers llegó a los Clippers, hubo muchas dudas sobre si Crawford encajaba en su sistema, y el propio Jamal ha dicho en continuas ocasiones que agradece infinitamente que Rivers haya entendido su juego y le permita desarrollarlo.

Llama la atención que no haya promediado más asistencias en su carrera un escolta del tipo de Crawford, pero viendo su juego no resulta tan extraño, dado que es de ese tipo de jugadores que toma la pelota y asume la responsabilidad.

Ha hecho del crossover su marca distintiva debido a que gracias al manejo de balón y la manera de botar y tirar muy cerca del rival, ha conseguido esa estadística bárbara de 3+1. Se trata de un jugador que no traiciona nunca su estilo, capaz de calentar un partido en un minuto y destrozarlo en uno y medio. Técnicamente, quizá compartido desde la llegada de Kyrie Irving a la liga, es el jugador que mejor maneja el balón en toda la NBA.

Aparte de todo lo mencionado, hay que destacar la labor social que cumple Crawford sobre todo en la zona de Seattle. Es digno de mención que muchos de los jugadores de esa zona de Estados Unidos, como Doug Christie o Nate Robinson, están muy concienciados con su comunidad y acuden con regularidad durante las vacaciones de verano a una infinidad de campus y demás actos relacionados con la inclusión social en el área de Seattle.

Por todos estos rasgos, porque es uno de los jugadores por los que pagar una entrada por ver, por sus tiros, sus cambios de mano y dirección, por su descaro, por ser Jamal Crawford, es nuestro jugón de la semana.


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Foto: vía foxsports.com

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