Análisis Opinión Psicología Deportiva

Hacer del deporte de masas una herramienta para todos

Cuando se habla de fútbol se suele pensar en aquel deporte de masas que genera y acumula grandes riquezas y no en la potencial herramienta en que puede llegar a convertirse. Todos conocemos a alguien que no le gusta el fútbol precisamente por las cantidades ingentes de dinero que mueve. Cambiar esta dinámica parece improbable, pero aprovechar este mismo impacto como motor para potenciar la sociedad no debería estar tan lejos de nuestro alcance.

El poder que rodea al fútbol es incuestionable. De hecho, según el último informe presentado por OBS,  el fútbol tiene un impacto en la economía española del 1,27% del PIB total. Además, actualmente está creciendo a más velocidad que la economía nacional, siendo uno de los sectores con más proyección de futuro. Un dato más sorprendente aún que nos brinda la consultora Deloitte en su informe “Football Money League” es que por sí solo, el fútbol puede ser considerado como la decimoséptima economía mundial y la principal industria de ocio en muchos países.

El impacto social desprendido del fútbol tampoco se puede dudar. Según una
encuesta realizada por adecco el 2017 a más de 2.000 niños y niñas de entre 4 y 16
años, el fútbol sigue siendo la primera opción profesional con un 18,2% del total.
Asimismo, para los niños españoles, el futbolista Leo Messi es su máximo referente, elegido por el 13% de los encuestados. Tras él, le sigue Cristiano Ronaldo con el
10,6% de los resultados.

Tradicionalmente, el fútbol ha sido considerado como un medio apropiado para conseguir valores de desarrollo personal y social; afán de superación, integración, respeto a la persona, tolerancia, acotación de reglas, etc. son cualidades enriquecedoras que se pueden conseguir a través de la práctica de este deporte.
Además, el fútbol, como el resto de deportes, posee el valor añadido que tiene un lenguaje universal, y que para practicarlo (en este caso) solo se necesita un balón que ruede, sin importar de lo que esté hecho.

Es por esta razón, por no tener prácticamente barreras de acceso, que el fútbol resulta tan útil como herramienta de integración social, especialmente para aquellos colectivos con dificultad para relacionarse ya sea por el idioma o por su forma de ser.

Según el plan integral para la actividad física y el deporte elaborado por el Consejo.Superior de Deportes, el deporte contribuye a aumentar los grandes ejes del capital ocial. Promueve las relaciones informales con compatriotas y ayuda a hacer nuevos ontactos con autóctonos que permiten acumular información de cara a la integración.

Gracias a la práctica deportiva se establecen vínculos espontáneos, de esta forma se pueden crear lazos entre los distintos miembros del grupo que permiten fortalecer la figura de la persona y del grupo en sí. De esta manera se desprende un sentimiento de colectivo que les permite volver a formar parte de una normalidad de la que se les había privado por unos estereotipos que alguien o algo decidió inventarse.

La magia de este tipo de vínculos es que surgen de la naturalidad de tener una misma afición en común, un mismo sueño por el que luchar, o una única manera de poder pertenecer a un colectivo. El fútbol, una vía de escape y de entrada al mismo tiempo.

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