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Hay final

El referente en el mundo del ciclismo es sin duda http://ciclismo2005.com, y utiliza una frase muy recurrente cuando se presenta un buen mundial de ciclismo: “Hay mundial”. Trasladado a la SVM hay que decir que: “hay final”.

Tras el paso de la serie por el CID el pasado fin de semana, Guaguas y Río Duero están empatados a una victoria y la final se va a Soria con todo por decidir. Todo ello con perfectos arbitrajes de Fernando Cerrato y Ángel Romero que demostraron el buen nivel del arbitraje del voley español.

Para tirar de tópicos, en todos los chats de amigos sale el intelectual del grupo poniendo el refrán del día para regocijo de todos los participantes.

Cada bota huele al vino que tiene

El primer partido de la serie del pasado sábado en Las Palmas de Gran Canaria, fue una oda al voley por parte de CV Guaguas, con un nivel de juego inalcanzable para nadie en Superliga. Cuando los canarios juegan de esta manera se llevan por delante a cualquiera y es lo que les ha llevado a estar a un set de oro de entrar en la Final Four de la mayor competición continental. Y eso son palabras mayores.

Río Duero aguantó los 2 primeros sets con marcador igualado hasta mitad de set, pero a partir de ahí Guaguas fue una apisonadora con un nivel de juego superlativo. Walla probablemente sea el mejor opuesto que ha pasado por Superliga en los últimos años y no dio tregua a los celestes. Por el centro Marín Ramos se adueñó de la red y los visitantes no pudieron parar esa jugada por 3 en todo el partido.

En el tercer set, Soria no pudo casi ni competir y se rindió al juego de su rival. La bota de vino canaria olía a la gran cosecha que tiene en su plantilla y que si no se pica es el mejor vino de España y de los mejores de Europa. A esas alturas de la eliminatoria, tras el primer partido, parecía todo tan normal que todos pensaban: “aquí no hay final”

A perro flaco todo son pulgas

Además de tener que soportar la mejor versión de Guaguas, Grupo Herce jugó probablemente el sábado uno de los perores partidos del año (exceptuando el de Leganés). Los 2 primeros sets los compitió de tú a tú al principio, pero se atascó una barbaridad en ataque, con Lucas Lorente invariablemente colocando mucho más atrás de la línea de 3 metros, y eso es dar de comer a los tiburones ante Guaguas.

Los conceptos básicos de Alberto Toribio, bloqueo defensivo, defensa, apoyos… prácticamente no se vieron en toda la tarde y Soria fue un juguete roto y los números en recepción hablan porqué su colocador no pudo jugar cómodo en ningún momento.

La lógica hace pensar que Soria se fue el sábado al hotel apesadumbrado, pensando en el perro flaco que no le sale nada e incluso temiendo: “aquí no hay final”

Caras vemos, corazones no sabemos

Pero, ¿Cómo se fue Soria al hotel? y ¿Cómo durmió Guaguas?. Las caras y las sensaciones decían una cosa, pero es imposible descifrar cómo sienten los corazones en un deporte tan psicológico como el voleibol.

La puesta en escena de Río Duero en la tarde del domingo fue radicalmente opuesta al partido de 24 horas antes. Se encendieron las alarmas en el CID preguntándose la afición local cómo un equipo tan a merced de los locales el día anterior osara a discutir la final. Y es que Soria cambió la serie cuando empezó a ser Soria, tocando prácticamente en un set más balones en bloqueo que en el día anterior y esta vez sí, Lucas jugando a sus anchas.

El corazón de Río Duero se despertó el domingo distinto a lo que decía su cara el sábado, y al revés en un equipo canario que pensó el sábado por la noche: “aquí no hay final”.

A la guerra, con la guerra

Soria pudo poner tierra de por medio en un segundo set electrizante el domingo, con 2 equipos zurrándose sin contemplaciones. No en vano el equipo de Toribio tuvo 2 balones de set y una descoordinación brutal en los puntos extras que le habría dado otra pelota de set. Río Duero estaba por encima de Guaguas y le perdonó la vida.

Nico Bruno (si hay que decirlo se dice: horroroso toda la tarde), clavó el ataque más difícil que tuvo en el partido ante triple bloqueo para igualar el partido en un CID encolerizado. Aquí Sergio Camarero decidió ir a la guerra, en un escenario que le encanta y en el que es el mejor. Tangana en el cambio de pista y cambio de dinámica en el partido.

Esas pulsaciones que adquirió Guaguas se materializaron en el tercer set, el único momento del partido donde los canarios entraron en trance y solventaron el set por corazón. De nuevo en el imaginario colectivo: “aquí no hay final”.

Se cuenta el milagro pero no el santo

Cuando todo parecía volver a la normalidad, nuevamente Soria tiró de lo que dicen es un defecto: la terquedad. Siempre creyendo en sus opciones y agarrándose en su defensa y K2 los de Toribio llevaron el cuarto set muy cómodo hasta que Bruno Cunha se torció el tobillo al caer contra Tenorio en un bloqueo. En esos momento Soria lleva una cómoda ventaja con 12-17 y 15-18 y Toribio tiró del concejal de deportes de Soria mientras Miriam Barranco hacía su trabajo con el portugués en la banda.

Guaguas olió sangre e igualó el set en un pestañeo, con Io de Amo jugando con la superioridad de sus centrales. Cunha volvió con 20-20 y Guaguas se hizo el lío con los saques para prácticamente regalar el set a los visitantes. Vigrass echó un balón muy fuera en un ataque sencillo en un error impropio de un jugador de su nivel y Soria forzó el quinto set: ¿aquí hay final?. Un milagro y muchos santos detrás de él (sobre todo el trabajo).

Déjate la vergüenza atrás y medrarás

Tras el intercambio de golpes las vibras buenas estaban en Soria, y ahí el equipo de Toribio se quitó la careta descaradamente. El quinto set de Río Duero en el CID el domingo es catedralicio ante un equipo de los 5 mejores de Europa este año y que le quintuplica el presupuesto.

El tie break lo manejaron cómo quisieron Lucas Lorente y Adrián Olalla buscando el lado débil del bloqueo permanentemente, 2 chavales de Soria que se entienden casi desde que empezaron a andar. Sólo Walla dio la cara en el quinto set, muy poco para un equipazo cómo Guaguas.

Fueron muchos los errores del equipo canario en este set, en saque, en ataque, en recepción… El gran Paolo Zonca, al que pocas veces se le ve fallar, Nico Bruno fallando todo, Jean Pascal desaparecido en combate… se vio a un Guaguas humano, al que se le puede ganar.

Soria se dejó la vergüenza en el hotel el sábado y compitió el domingo cómo le gusta a su entrenador: HAY FINAL.

Ciudad pequeña, infierno grande

La serie se va ahora a Los Pajaritos, inexpugnable en Superliga esta temporada y Soria va a meter a 2.000 personas en el pabellón sí o sí el próximo viernes y sábado.

Las preguntas son claras:

  • ¿Puede Guaguas ganar los 2 partidos en Soria? Indiscutiblemente SI, y además es su obligación por plantilla y presupuesto, y el que diga lo contrario miente.
  • ¿Va a tener opciones Soria? Indiscutiblemente SI, por trabajo, por jugar en su cancha y porque Alberto va a preparar bien los partidos.
  • ¿Es obligación de Soria ganar la liga con 2 partidos de local? Indiscutiblemente NO y el que diga lo contrario miente.

Esto es lo que tienen que trabajar ambos entrenadores durante la semana, donde van a haber 2 partidos muy de cabeza, muy de sensaciones. Si el nivel de ambos es el del sábado pasado Guaguas ganará muy fácil, si es el del domingo: “Hay final”.

El domingo a las 18:00 arranca en Soria el Catapan. ¿podrá en esos momentos la ciudad celebrar un ascenso de futbol y una liga de voley? ¿no celebrará nada? Si es así, pues a la bota de vino a ahogar penas…

No hay quinto malo

Según se está desarrollando la serie no se descarta un quino partido en el CID el 11 de mayo, situación que a lo mejor es la ideal para el voley español.

Mes de mayo, tiempo de comuniones, tiempo de bodas, con esa pareja de novios que ponen pantallas gigantes para ver el encuentro decisivo de la Superliga, con esos invitados repartiendo anís mientras vocifera la gente, con ese ambiente de voley en toda España. No hay quinto malo.

Por cierto: “¿hay final?”

IMÁGENES CEDIDAS POR LOS CLUBS Y ORGANIZACIÓN,

TOMADAS DE LA WEB DE LA RFEVB,

MUCHAS GRACIAS.

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